Italia, 1915-1918. El frente del Isonzo (VII): la cuarta batalla

La cuarta batalla del Isonzo (10/11 a 4/12 de 1915)

La cuarta batalla del Isonzo comenzó oficialmente el 10 de noviembre, seis días después de que terminara la tercera, y terminó el día 4 de diciembre, casi un mes después. Siendo tan larga y tan cercana a la anterior, es perfectamente lógico que algunos autores hayan fusionado estas batallas en una sola, más aún si tenemos en cuenta que no cambiaron ni los objetivos, ni los mandos de las unidades. Sin embargo vamos a diferenciar ambas batallas no solo porque así podemos dedicar una entrada a cada una y acercarnos un poco (no mucho) al detalle, sino también porque hubo algo que si cambió en esta batalla: el tiempo climático.

Un puesto de comunicaciones en el frente, es interesante observar que el teléfono empezaba a popularizarse incluso en los campos de batalla más extremos.
Un puesto de comunicaciones en el frente, es interesante observar que el teléfono empezaba a popularizarse incluso en los campos de batalla más extremos.

En el sector norte del Segundo Ejército, por mucho que Cadorna insistiera en que había que tomar el valle de Bovec y eliminar la cabeza de puente austríaca en Tolmin, densas nevadas impidieron que se llevaran a cabo los ataques, por lo que nos atendremos a lo que sucedió más al sur. En el sector centro-meridional del Ejército de Frugoni los objetivos son bien conocidos: cota 383, monte Sabotino, Podgora, Oslavia y el monte San Michele. En torno a la primera de estas ubicaciones, los italianos volvieron a fracasar frente a Plava y a progresar ligeramente en el sector de Zagorra para ser contenidos por la llegada de refuerzos austro-húngaros; y en el último de los sectores citados, la batalla se convirtió en una sucesión de ataques y contraataques que causaron bajas tan terribles como las que se habían visto en la batalla anterior.

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Italia, 1915-1918. El frente del Isonzo (V): la segunda batalla

La segunda batalla del Isonzo (18/7 a 3/8 de 1915)

Tras el fracaso de su primera ofensiva a las posiciones austro-húngaras, el general Cadorna llegó a la conclusión de que el fracaso se había debido no a que sus planes fueran malos, sino a la falta de ímpetu de sus oficiales y tropas, por lo que de inmediato se dispuso a repetir la ofensiva, con un único cambio: incrementó la artillería disponible, aunque nuevamente con pocas piezas de calibre pesado, y la reserva de munición. Su gran error, sin embargo, que consistía en tratar de atacar sobre un frente demasiado ancho, persistió.

Los combates cuerpo a cuerpo en el extremo sur del campo de batalla fueron una de las características de esta batalla.
Los combates cuerpo a cuerpo en el extremo sur del campo de batalla fueron una de las características de esta batalla.

Por su parte, el general Boroevic tenía sus propios problemas. Cierto es que sus tropas habían aguantado bien, pero habían sufrido bajas y conseguir tropas de reemplazo y de refuerzo resultaba difícil pues el ejército al que pertenecía no tenía demasiada reservas de las que tirar. En consecuencia optó por la solución más evidente, cavar mejores y mayores sistemas defensivos. El Quinto Ejército, literalmente, comenzó un proceso de enterramiento en vida que iba a darle grandes dividendos.

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