En 336 a.C., el aristócrata Pausanias, miembro de la guardia del rey y supuestamente uno de sus amantes, asesinó a Filipo II, rey de Macedonia. Pausanias fue eliminado casi de inmediato.
El hijo de Filipo, Alejandro III (356-323), de 20 años, le sucedió el trono. Dos años antes, en 338 a.C., Filipo había derrotado a las principales ciudades-estado griegas en la batalla de Queronea y se había hecho dueño de Grecia a través de la Liga Helénica, un paso esencial previo a la gran empresa que planeaba de invadir y conquistar Anatolia, y quién sabe si no hacer caer al imperio persa.
Market-Garden, el gran asalto aerotransportado aliado sobre Holanda, es una operación sobre la que han corrido ríos de tinta desde que el periodista Cornelius Ryan la popularizó en su Un puente lejano. Toda narrativa necesita un villano, y dejando aparte a los alemanes, para la obra citada el personaje seleccionado fue el general británico Montgomery, promotor de la operación y, en consecuencia, responsable final de su fracaso y de la pérdida casi completa de la 1.ª División Aerotransportada británica. Sin duda hay algo de cierto en ello. Todo jefe debe hacerse cargo de los fallos de sus planes. Pero si estamos de acuerdo en esto. ¿Por qué detenernos en Montgomery? ¿Acaso no tuvo un oficial superior, el general Eisenhower, que autorizó la operación? ¿Y no tuvo este último sus propios jefes en las instancias políticas que dirigían los países aliados? Vamos a dejar estas preguntas aquí, porque también podríamos mirar hacia abajo: el general Frederick Browning, jefe del 1.er Ejército Aerotransportado; el también general Roy Urquhart, al mando de la división británica destruida; jefes de brigada, batallón… ¿Dónde tienen que detenerse las responsabilidades? Tal vez debiéramos fijarnos también en el enemigo, que es lo que vamos a hacer en estas entradas.
Soldados del cuartel general del 1.er batallón paracaidista, antes del despegue.
Cuando los británicos aterrizaron entre Heelsum y Wolfheze, al oeste de Arnhem, el 17 de septiembre, eran conscientes de que tenían que darse prisa para recorrer la quincena de kilómetros que los separaban del puente que debían conquistar. Para ello, habían dispuesto que la 1.ª Brigada paracaidista se lanzaría por tres rutas hacia la localidad, y el preciado objetivo. La ruta norte, llamada “Leopard” (por Wolfheze y siguiendo la vía del ferrocarril), iba a recorrerla el 1.er Batallón Paracaidista; el 2.º iría por la ruta sur “Lyon”, que pasaba por Heelsum y Heveadorp antes de llegar a la orilla norte del río (más o menos por la actual Van der Molenallee y Benedendorpsweg); y el 3.º iba a seguir la ruta central, “Tiger”, (por Heelsum y Oosterbeek, siguiendo la actual N-225). Solo el batallón del sur, dirigido por el comandante John Frost, llegaría al objetivo. ¿Qué sucedió con los otros dos?
Por desgracia, el pasado día 22 de enero de 2019 a las 13:30LT se estrelló un bombardero ruso T-22M3 en la base aérea de Olenegorsk.
Ver el video que adjuntamos más abajo
El suceso, que fue captado por una cámara, ocurrió en la maniobra de aproximación y aterrizaje en pésimas condiciones de visibilidad. Como se aprecia en el video que incluimos más adelante, la pista está nevada y sin iluminar, y el avión entra en pista con demasiada velocidad. Todo apunta a que los controladores avisaron a la tripulación, y se desconoce el motivo de que no hubiese reacción, probablemente no hubiese tiempo.
Ediciones Salamina acaba de publicar De la Derrota a la Victoria, un estudio operacional desde el punto de vista soviético de las grandes ofensivas del Frente del Este en el verano de 1944, quizá el primer libro en español que aborda con profundidad el arte operacional soviético y su modo de hacer la guerra.
De la derrota a la victoria – Ediciones Salamina
Tanto los Aliados occidentales como los soviéticos poseían la fuerza y la iniciativa para llevar a cabo ofensivas estratégicas contra el enemigo alemán. En este estudio del Frente Oriental, donde las líneas de frente se extendían desde el mar Báltico al mar Negro a lo largo de 2.400 kilómetros, se pone de manifiesto una filosofía de la guerra significativamente diferente de la de los Aliados occidentales, que a su vez llevaron a cabo diferentes operaciones militares en sus respectivos frentes.
Nacido en Fulton, Nueva York, el 24 de noviembre de 1919, Barrett fue llamado al servicio militar en Albany, Nueva York el 29 de octubre de 1940. Tras completar el periodo básico de instrucción, fue destinado como fusilero al 18.º Regimiento de Infantería de la 1.ª División de Infantería, la «Gran Uno Rojo».
Barrett era, probablemente, el más bajo de todo el regimiento, con su 1,64 metros. En la mañana del 6 de junio de 1944, Día D, formó parte de un grupo de reconocimiento de tres hombres al que le habían asignado el cometido de establecer un punto de reunión en Playa Omaha para las fuerzas del regimiento, radiar la ubicación de dicho punto al barco que transportaba al regimiento, y luego esperar la llegada de la unidad.
Según ha contado el as de caza japonés Saburo Sakai, el capitán Kanzo Miura, que mandaba el Ala Aérea de Sakai en Iwo Jima, ordenó a 17 de sus pilotos que llevasen a cabo un ataque suicida contra la flota norteamericana de invasión el 4 de julio de 1944.
Flanqueado por estandartes samurái y eslóganes patrióticos, Miura dio un emocionante discurso a sus hombres, exhortándolos a estrellarse contra los portaaviones norteamericanos. Sakai, aunque aceptaba que estrellarse contra una unidad enemiga era una acción apropiada para un piloto cuyo avión hubiese sufrido daños que le impidiesen volver a su base, encontró el histrionismo de Miura de mal gusto, «una señal de debilidad… recurriendo a artes cercanas a la pura brujería»; sin embargo, recordaría como la mayoría de sus camaradas quedaron imbuidos de ese nuevo espíritu combativo.
Tras el éxito cosechado por el portaaviones de escolta HMS Audacity, se tomó la decisión de transformar otros cinco buques mercantes, en proceso de construcción, en otros tantos navíos de escolta de este tipo: un carguero rápido que se estaba construyendo para poder escapar de los submarinos germanos; tres cargueros frigoríficos y un paquebote de transporte de pasajeros, el Pretoria Castle.
HMS Activity
El primero de estos buques, puesto en grada en 1940, debía
de haberse llamado Telemachus y, de haber sido terminado, se habría convertido
en un buque frigorífico rápido de la Alfred Holt Line. No fue así, y en agosto
de 1942 se convirtió en el HMS Activity. Más rápido y más grande que el HMS Audacity,
tenía un hangar para once aparatos, y un ascensor, además de una isla de mando
en el costado de estribor. Su función fue doble: servir como buque de escolta
de los convoyes del ártico y asegurar el suministro de combustible de los
buques de escolta de menor tamaño.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies