Playa Omaha hora a hora (II) – 75.º Aniversario: 6:30-6:45 a.m.

6:33am: Radio Berlín anuncia que paracaidistas aliados están cayendo en Francia, que Le Havre está siendo bombardeada y que una de sus lanchas torpederas ha hundido un destructor aliado.

Los 225 hombres del 2.º de Rangers se hallan en el punto crucial de su peligrosa misión consistente en tomar los emplazamientos artilleros de los acantilados de Pointe du Hoc en el extremo occidental de Playa Omaha. Se teme que los cañones puedan comenzar a abrir fuego sobre las tropas de Omaha o de Utah. Los Rangers han sido entrenados por comandos británicos y deben tomar los emplazamientos desde el mar, escalando la cara del acantilado. Ya han perdido 30 valiosos minutos al ser desembarcados muy lejos de su objetivo. Para iniciar la escalada usan morteros que lanzar garfios enganchados a cuerdas a lo alto del acantilado. Pero las cuerdas están empañadas con agua de mar y pesan más de lo previsto, de modo que casi todas vuelven a caer de nuevo a la playa.

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Playa Omaha hora a hora (I) – 75.º Aniversario: 6:30 a.m.

En el interior de uno de los búnkeres que dominaban Playa Omaha, un sargento de infantería alemán dice: «Deben estar locos, ¿de veras van a desembarcar justo delante de nuestras bocas de fuego?

Caen las rampas de la primera lancha de desembarco. La compañía de cabeza del 116.º Regimiento (Compañía A) tiene como objetivo el barranco de Vierville. Su plan es salir de la playa en tres columnas, la primera adelantada y las otras dos barriéndolo todo a su paso a izquierda y derecha. Un diluvio de balas llega desde dos ángulos, abatiendo a los primeros hombres en la rampa, que caen hacia delante y se desvanecen en el agua. A partir de ese momento, la situación se convierte en un completo caos.

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Historias de Brandeburgueses (IV) – La toma del puente de Gennep, Holanda 1940

A raíz de la reciente publicación del libro Los Brandeburgueses de Hitler, extractamos una operación de asalto a un puente, en esta ocasión el de Gennep en la invasión de los Países Bajos en 1940, que constituye un ejemplo de manual de este tipo de operaciones.

A la compañía del teniente Walther se le habían encomendado cinco puentes que tomar: el puente ferroviario de Gennep; el puente ferroviario sobre el Mosa de las inmediaciones de Mook, el puente de carretera de Malden; la esclusa del Mosa en Heumen; y el puente de carretera en Hattert. Walther en persona dirigiría el ataque sobre el puente de Gennep, empelando tres Kampfdolmetscher holandeses disfrazados de gendarmes de la Marechaussee, entre cuyos cometidos se encontraba el de policía militar del ejército holandés. Estos hombres se infiltrarían en las defensas fingiendo ser la escolta de seis «desertores» alemanes, llevando cada uno armas ocultas.

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En un lugar llamado Küstrin (II). Bombardeos. II/1945

Batalla de baja intensidad, si es que puede existir tal cosa, fue lo que se dio en torno a Küstrin y el corredor de seis kilómetros de largo y entre tres y cinco de ancho que unía la ciudad con el resto del mundo. El Ejército Rojo aún no tenía prisa. Poco a poco se iban concentrando medios en el frente, y con la Conferencia de Yalta (4 a 11 de febrero de 1945) en desarrollo, Stalin no había sufrido todavía el ataque paranoico que iba a obnubilarlo después, cuando tras el reparto de las zonas de influencia en Europa, decidió que los aliados occidentales querían engañarlo y empezó a fustigar a sus comandantes para que tomaran Berlín lo antes posible, y antes de Berlín, estaba Küstrin.

La defensa de Küstrin

El 18 de febrero, el bombardeo destruyó el puente de carretera que cruzaba el río Warthe y unía la ciudad vieja con la nueva. Nada grave, pues pudo ser reconstruido por los ingenieros aquella misma noche, cubriendo la estructura con planchas de modo que los vehículos volvieran a circular sobre él. Lo que no pudieron reconstruir, sin embargo, fue la tubería de agua que suministraba la ciudad vieja, tal vez el mejor bastión defensivo, que a partir de entonces iba a depender de las desuetas bombas que había en su interior. Tal vez a consecuencia de esto, y en un gesto extraño para el Reich, en las dos noches siguientes se dio la orden de evacuar a los civiles. Tampoco hay que hacerse ilusiones, por aquel entonces el término “civiles” excluía a hombre capaz de portar armas. Pronto hablaremos de la guarnición, pero vamos a fijarnos un poco en los soviéticos.

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En un lugar llamado Küstrin (I). Nubes de tormenta. I-II/1945

Küstrin había sido una fortaleza importante. Con su ciudad vieja, enclavada en una larga península entre los ríos Oder y Wartha, y con su ciudad nueva al este de este segundo río, era además una población que, a finales de enero de 1945, los soviéticos tenían que conquistar a toda costa ya que, situada sobre la Autobahn 1, Küstrin defendía Berlín a oriente de los ríos, y era una espada apuntando hacia la capital del Reich una vez que uno había cruzado a occidente.

Küstrin. La ciudad nueva en la esquina superior derecha, justo debajo la ciudad vieja, a su izquierda la isla y a continuación de esta, Kietz.

En aquel momento, las viejas fortificaciones de la ciudad habían decaído mucho, y sin duda nunca habían sido diseñadas para una guerra como la de 1939-45, pero la ciudad vieja seguía teniendo algunas ventajas defensivas importantes. Enclavada entre dos ríos, en su flanco oriental, bajo los restos de los muros, se extendía primero una zona boscosa, y luego una zona baja, surcada por diversas vías de agua, que había sido inundada. Un terreno nada fácil para la infantería, y mucho más complicado de atacar con fuerzas motorizadas o mecanizadas. En torno a esta posición defensiva se extendían, además, otros obstáculos: la ciudad nueva, al este, un distrito fabril densamente construido; la Oder Insel, al oeste, una isla en medio del río ocupada por unos barracones de artillería y con algunas fortificaciones propias, y pasados los dos brazos del Oder, quedaba la localidad de Kietz, también defendible.

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Kampffgruppe SS Krafft, en combate (y IV)

Son las 18.25 horas del 17 de septiembre de 1944. Tras haber aterrizado en Arnhem e iniciado el camino hacia el puente, dos de los batallones de la 1.ª Brigada Paracaidista, el 1.º y el 3.º, se han visto bloqueados, casi desde el primer momento, por un pequeño batallón de tropas de las SS, el Kampfgruppe Krafft, que, un poco más allá de Wolfheze ha anclado sus flancos sobre las carreteras que debían seguir dichos batallones.

Krafft, Josef 'Sepp' - Sturmbannführer.jpg
Posiblemente se trate de Sepp Krafft, comandante del Kampfgruppe SS

Sin embargo, la jornada no ha sido fácil. Los británicos son soldados duros, muy bien entrenados, que atacan con virulencia, y no cabe duda que poco a poco la unidad alemana se ve cada vez más presionada y, sobre todo, con los atacantes ya más allá de sus flancos, su jefe empieza a temer que su fuerza/ que quede copada. “Debemos retrasarlos a cualquier precio –escribirá el SS-Sturmbannführer Krafft–, incluso a costa de sacrificarnos. Debemos dar al alto mando el tiempo de poner en acción contramedidas eficaces con el fin de derrotar al enemigo y levantar la presión que pesa sobre nuestro batallón, e impedir su aniquilación”. Interesante texto, en el que el autor pasa de la defensa a ultranza a la necesidad de evitar la destrucción de la fuerza bajo su mando.

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Kampffgruppe SS Krafft, en combate (III)

La muerte del general Kussin no supuso un quebranto especialmente grave para el protagonista de esta entrada y sus tropas. El fallecido ha tenido tiempo de informar al SS-Sturmbannführer Krafft de que el sector ha quedado bajo el mando del II Cuerpo de Ejército Panzer SS, lo que significa que las dos potentes divisiones que lo componen –9.ª y 10.ª divisiones Panzer SS–, que estaban en proceso de abandonar la región para volver a Alemania a ser reconstruidas, se quedarán.

Tropas de las SS desplegadas cerca de Arnhem

Hay otro elemento importante en la emboscada que ha sufrido el general, que permite a Krafft saber hasta dónde han llegado, como mínimo, los paracaidistas enemigos: el cruce en el que la Wolfhezerwg (N-783) se une a la Utrechseweg (N-225), es decir, bastante por detrás del ala izquierda de la 2.ª Compañía. Si los paracaidistas deciden aprovechar alguna de las vías que se dirige hacia el norte, bien podrían rodear y aislar a todo el Kampfgruppe.

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