Chapoteando a saltos por el agua del rompiente de Omaha llegan a la playa los infantes del 12.º Regimiento de Infantería.
Con ellos va un oficial de contrainteligencia de 25 años llamado Jerome D. Salinger [En realidad Salinger desembarca en Utah. Véase comentario de nuestro lector Marco más abajo]. Convenientemente embalado y a salvo en su mochila lleva seis capítulos de una novela que está escribiendo llamada El guardián entre el centeno. Más tarde diría que llevó el manuscrito con él como un amuleto de buena suerte que le ayudase a sobrevivir.
Los hombres de las lanchas que se dirigían a Playa Omaha no tenían ni idea de lo que les aguardaba. Un soldado le decía a Ernest Hemingway a gritos por encima del ruido del motor diésel, «¡mira lo que les están haciendo a los alemanes! ¡No va a quedar un solo hombre vivo ahí!»
Pero Hemingway no lo tiene tan claro. Más allá del rompeolas de Omaha puede ver que hay algo que va mal. Los carros de combate que hace un tiempo que llegaron a tierra no se han movido de la playa. Uno de ellos estalla de repente. Poco después desembarcan. Una lancha sale de Omaha y puede oír como el timonel les grita, «¡buena suerte muchachos!». Por el tono con que lo dice, Hemingway sospecha que las cosas van mal en la playa.
El cabo alemán Franz Gockel diría más tarde, «estábamos defendiéndonos, queríamos salir con vida de allí. No eran nuestro enemigo… No los conocíamos, y no teníamos la posibilidad de decir sí o no a lo que estaba sucediendo».
7:40. Se han hecho algunos progresos en Omaha. Alrededor de 150 hombres del 2.º Batallón del 16.º Regimiento han logrado cruzar la playa sufriendo solo dos bajas y atacan las defensas alemanas de su sector. Sin embargo, la mayoría de soldados en el resto de la playa siguen fijados al terreno. Algunos de los que han superado los primeros momentos de estrés y se disponen a luchar descubren que sus armas no funcionan adecuadamente por la arena y el agua salada que impregna sus mecanismos. Les habían dicho que debían quitar las fundas de plástico a sus armas nada más desembarcar.
El sargento Slaughter está metido en el agua hasta la barbilla. Lleva allí 40 minutos, rodeado de los vivos y los muertos, meciéndose suavemente con el oleaje. Algunos de los vivos pretenden hacerse los muertos. Empieza a caer fuego de mortero y el sargento decide correr hasta uno de los obstáculos de la playa. Lo consigue, pero cuando ve que tiene adosada una mina continua corriendo hacia delante y se tira al suelo. Un hombre es alcanzado y cae a su lado a un pequeño arroyo. El agua corre roja. Llega rápidamente un sanitario alertado por los gritos del herido. También cae el sanitario. Ambos quedan allí tendidos, doliéndose de sus heridas. Slaughter es consciente de que si acera a ayudarlos también él caerá. Minutos más tarde los dos hombres han dejado de gritar.
Tiene que salir de allí, tiene que atravesar la playa y llegar al remonte que hay a unos 100 metros de distancia. Se levanta, echa a correr y a continuación cae en una gran charca de agua. Se le cae el fusil. Se levanta, lo recoge, sigue corriendo y finalmente llega al remonte. Allí había ya algunos hombres de su compañía. Se quita la casaca y la extiende en el suelo para limpiar su fusil. Entonces descubre en ella algunos agujeros de bala. Se enciende un cigarrillo y, de repente, se siente muy cansado.
Viene de Playa Omaha hora a hora (III) – 75.º Aniversario: 7:10 a.m.
Sigue en Playa Omaha hora a hora (V) – 75.º Aniversario: 7:40-8:10 a.m.
El 12th regimiento estaba en Utah, no en Omaha, Salinger no desembarco en Omaha sino en Utah, un desembarco menos sangriento. El error esta en el libro que tomaron de base D-Day Minute by minute, el cual encontre que tiene bastantes cosas como esas e inexactitudes extrañas teniendo en cuenta que se supone un libro especializado en un solo día.