Los de la última carga (IV): la Brigada de Armistead.

La tercera brigada de la División de Pickett que combatió en Gettysburg fue la del general de brigada Lewis A. Armistead. Situada en segunda línea para dar apoyo a las unidades de Kemper y Garnett, la fuerza se desplegó, de norte a sur, con el 38.º Regimiento de Virginia en su extremo septentrional, seguido por la izquierda por el 57.º, el 53.º, 9.º y 14.º de Virginia, situado en el extremo sur de la formación. Eran las 4.30 horas de la madrugada del 3 de julio cuando los 2188 hombres de Armistead formaron sobre la carretera por detrás de las otras dos brigadas para marchar hacia el campo de batalla, pasando por detrás de las crestas hasta Spangler’s Wood.

Una panorámica de la artillería federal en Gettysburg, tal y como se publicón en Harper’s Weekly.

Al igual que Garnett había sido acusado de cobardía y Kemper no era militar, también había un problema con Lewis Armistead. A pesar de que tanto su padre como sus tíos habían sido militares y combatido en la guerra de 1812, su delicado temperamento le valió ser expulsado de la Academia Militar de West Point, en dos ocasiones, la primera de ellas por romper un plato sobre la cabeza de otro de los estudiantes: Jubal Early, que en Gettysburg iba a luchar al mando de una de las divisiones del Cuerpo de Ejército de Ewell, en el extremo norte del campo de batalla. A pesar de su fracaso en West Point, Armistead consiguió, a fuerza de favores políticos, un puesto de alférez en el 6.º de infantería de los Estados Unidos, y luego marchó a México para participar en la guerra, en la que no tampoco iba a conseguir distinguirse.

Leer más

Cruz de Caballero – Anton Donnhauser

Anton Donnhauser tiene una trayectoria parecida a la del general Erhard Raus, oficial de carrera austriaco que ingresó en 1938 en la Wehrmacht y que se distinguió en el seno de una división Panzer.

Nació en Viena el 8 de abril de 1913. Era hijo de un oficial de comunicaciones. Ingresó en el ejército austriaco a la edad de 20 años como voluntario. Tras servir durante un año en el 3 Regimiento de Infantería como cadete, obtuvo el grado de alférez en 1937, siendo destinado al Kafthahr-Jäger-Bataillon 2. Una vez el Reich alemán se hubo anexionado Austria, Donnhauser continuó en el ejército como miembro de la Wehrmacht. Con el grado de teniente recibió órdenes de incorporarse en el Kavallerie-Schützen-Regiment 111 (mot), donde le sorprendería el comienzo de la guerra en 1939.

Leer más

Las Brujas de la Noche: Entrevista a Lyuba Vingrádova.

Más allá de los cuerpos y tropas, de élite o no, más conocidos de la Segunda Guerra Mundial, el estudio de este conflicto, que hace algunos años parecía agotado y listo para repetirse una y otra vez aunque solo fuera por la ingente cantidad de obras y memorias ya publicadas sobre el mismo, aún nos sigue reservando sorpresas, y algunas de ellas tienen que ver con Las Brujas de la Noche.

Es posible que muchos de nuestros lectores hayan oído hablar de quienes fueron: las mujeres que pilotaban los aviones de un regimiento de bombardeo nocturno soviético que combatió en el frente del este a partir de 1942. Sin embargo, esta historia es mucho más compleja. Para empezar, es interesante saber que no se creó un regimiento aéreo, sino tres, hubo otro de caza y otro de bombarderos pesados (aunque las componentes de estos no fueron “brujas”), siguiendo por el hecho de que no solo fueron mujereas las pilotos de los aviones, sino que también fueron mujeres las que se encargaron del mando, la navegación, la reparación y mantenimiento de los aviones y todas las demás tareas necesarias para que las unidades fueran operativas; y tampoco es baladí saber que hubo muchas mujeres más combatiendo en regimientos aéreos masculinos, o que hacia el final de la guerra, faltos de voluntarias, los hombres también acabarían formando parte de los tres regimientos originales.

Leer más

Mito y realidad de las SS como fuerza de élite.

No hace mucho tiempo tenía la ocasión de enfrentarme de nuevo al mito de las Waffen SS, uno de los cuerpos militares más populares de la Segunda Guerra Mundial, pero también uno de los más desconocidos, o sobre el que más errores se han acumulado, empezando por su consideración de fuerza de élite. Pero ¿qué es una fuerza de élite? Definido de manera muy breve, podríamos resumirlo diciendo que es aquella que de forma habitual puede cumplir con su misión con la máxima rapidez y eficacia. En estas circunstancias ¿Podemos hablar así de las Waffen SS?

Cartel de propaganda elaborado por Ottomar Anton, cuyo grafismo fue fundamental en las campañas de reclutamiento

Sin duda, uno de los elementos a tener en cuenta es la grandísima diversidad de unidades que compusieron esta fuerza, desde las primeras que se crearon, como la Leibstanderte SS Adolf Hitler, a las más tardías, como las legiones de voluntarios balcánicos o rusos. La baja calidad de estas últimas “divisiones”, que en realidad nunca llegaron a serlo, está fuera de toda duda, por lo que nos centraremos en las diez primeras divisiones, las más famosas.

Leer más

El Raid de Doolittle sobre Tokio desde la perspectiva japonesa

Durante el famoso raid de Doolittle sobre Tokio el 18 de abril de 1942 había un sacerdote católico en tierra, Bruno Bitter, que oyó de forma repentina el sonido de las alarmas a eso del mediodía.

«La mayoría de la gente no se lo tomó en serio, pensando que era otro ejercicio». De hecho, había habido ejercicios y simulacros esa misma mañana y acababan de finalizar cuando los B-25 de Doolittle comenzaron a sobrevolar la capital japonesa y sus alrededores.

Leer más

Desperta Ferro Historia Contemporánea N.º 15: Ardenas, la ofensiva alemana.

 

No podemos acudir a la imagen tópica de los inmensos Könistiger surgiendo de entre la nieve y la niebla para arrollar las posiciones de vanguardia de los estadounidenses, sembrando muerte y caos entre los pozos de tirador y las posiciones de las ametralladoras, sería demasiado fácil. Sin embargo, la realidad de aquel 16 de diciembre tiene su propio glamour, qué duda cabe. Proyectiles de cañones y lanzacohetes surcando el cielo nocturno en la hora oscura que precede al alba, soldados infiltrándose por la nieve, en silencio, en largas columnas que se dirigen hacia el oeste, como en los tiempos de gloria de 1940, y la luminiscencia fantasmagórica de los focos antiaéreos, apuntando a las nubes y rebotando hacia los campos nevadas de las quebradas Ardenas.

La última gran ofensiva alemana de la Segunda Guerra Mundial es una de las batallas más evocadas por aquellos que quieren pensar en escenarios alternativos, en lo que hubiera podido ser y no fue. En cierto modo, quienes así lo hacen tienen algo de razón pues hacía mucho tiempo que los alemanes no habían sido capaces de lanzar una ofensiva a semejante escala. Tras los desastres sufridos en el segundo semestre de 1944 parecían acabados, hasta tal punto que los ejércitos de los aliados occidentales estaban convencidos de que la guerra acabaría antes de Navidad. Sin embargo se les iba a acabar el resuello, y los germanos iban a aprovechar el paso (o el salto) atrás para atacar mejor.

Leer más

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies