Los de la última carga (V): el resto de la División Pickett.

Al contrario de lo que se ha dicho a menudo, la “División de Pickett”, entendida como una unidad militar concreta y completa, no participó en su totalidad en la última carga de Gettysburg. Hoy nos vamos a referir, precisamente, a esas unidades que, por diversos motivos, permanecieron muy lejos a retaguardia, como las brigadas de Jenkins y Corse, o a aquellas cuya misión en el campo de batalla no se encontraba en primera línea, sino bombardeándola.

Artillería confederada en acción.
Artillería confederada en acción.

El general Lee tuvo que discutir largo y tendido para que el presidente Jefferson Davis y su secretario de guerra, John Seddon aceptaran su plan de invasión del norte. En aquellos momentos en la confederación se discutía y se argumentaba agriamente sobre la mejor estrategia a seguir para ganar la guerra, y una de las facciones más poderosas, el “Western Concentration Bloc”, abogaba tenazmente por reforzar los frentes del medio oeste en vez de operar en la vieja Virginia.

Leer más

Los de la última carga (IV): la Brigada de Armistead.

La tercera brigada de la División de Pickett que combatió en Gettysburg fue la del general de brigada Lewis A. Armistead. Situada en segunda línea para dar apoyo a las unidades de Kemper y Garnett, la fuerza se desplegó, de norte a sur, con el 38.º Regimiento de Virginia en su extremo septentrional, seguido por la izquierda por el 57.º, el 53.º, 9.º y 14.º de Virginia, situado en el extremo sur de la formación. Eran las 4.30 horas de la madrugada del 3 de julio cuando los 2188 hombres de Armistead formaron sobre la carretera por detrás de las otras dos brigadas para marchar hacia el campo de batalla, pasando por detrás de las crestas hasta Spangler’s Wood.

Una panorámica de la artillería federal en Gettysburg, tal y como se publicón en Harper’s Weekly.

Al igual que Garnett había sido acusado de cobardía y Kemper no era militar, también había un problema con Lewis Armistead. A pesar de que tanto su padre como sus tíos habían sido militares y combatido en la guerra de 1812, su delicado temperamento le valió ser expulsado de la Academia Militar de West Point, en dos ocasiones, la primera de ellas por romper un plato sobre la cabeza de otro de los estudiantes: Jubal Early, que en Gettysburg iba a luchar al mando de una de las divisiones del Cuerpo de Ejército de Ewell, en el extremo norte del campo de batalla. A pesar de su fracaso en West Point, Armistead consiguió, a fuerza de favores políticos, un puesto de alférez en el 6.º de infantería de los Estados Unidos, y luego marchó a México para participar en la guerra, en la que no tampoco iba a conseguir distinguirse.

Leer más

Los de la última carga (III): la Brigada de Kemper.

 

Situada a la derecha de la Brigada de Garnett, la de Kemper, que ocupó el extremo sur del despliegue de Pickett, estaba formada por otros cinco regimientos: 1.º, 3.º, 7.º, 11.º y 24.º de Virginia. Habían pasado la noche cerca de la carretera de Chambersburg, se habían levantado al alba y habían marchado por la hondonada al oeste de la granja Spangler. Dos de sus compañías, la D del 1.º y la D del 11.º de Virginia, fueron desplegadas como escaramuzadores por delante de las brigadas de Wilcox y Lang, tras las cuales se desplegaron, de norte a sur, el 24.º, 11.º, 1.º, 7.º y 3.er regimientos de Virginia.

Recreación de las tropas de la Brigada de Vermont, orientadas hacia el norte, destrozando a las tropas confederadas de Kemper.

Su comandante en jefe, el general de brigada James Lawson Kemper, era el único de los jefes de Brigada de Pickett que no era militar profesional, y el más joven, y tampoco tenía la ventaja, como muchos otros, de haber luchado en la Guerra de México, pues cuando llegó allí su unidad fue destinada a defender la provincia de Coahuila. En realidad, se trataba de un político, un personaje importante del Comité de Asuntos Militares de Virginia, lo que le había llevado a comandar el 7.º Regimiento de Virginia desde la primera batalla de Manassas hasta la de Seven Pines, donde su sobresaliente actuación le valió un ascenso. Comandó esta brigada en la segunda batalla de Manassas y en Antietam.

Leer más

Los de la última carga (II): la Brigada de Garnett.

La primera de las tres unidades de la División de Pickett a la que vamos a referirnos es la Brigada de Garnett, formada por cinco regimientos: 8.º, 18.º, 19.º, 28.º y 56.º, todos ellos de Virginia, como el resto de la división.

No parecen existir fotos de Richard B. Garnett, y esta fotografía, con la que a menudo se le ha identificado, podría ser, en realidad, de su hermano.

Richard B. Garnett (al que no hay que confundir con su primo Robert S. Garnett), se había graduado en West Point en 1841 con el 29.º puesto de los 52 cadetes de aquel año, un resultado que no era demasiado brillante y que probablemente influyó en sus primeros años de carrera, ya que si bien sirvió con eficacia en las guerras indias, especialmente contras los Seminolas y como comandante en jefe del puesto de Fort Laramie, cuando estalló la Guerra Civil no había pasado del puesto de capitán; una situación en la que también tuvo bastante que ver el hecho de que no participara en la Guerra de México, donde adquirirían su relevancia muchos de los principales líderes militares de la contienda de 1861-65.

Leer más

Los de la última carga (I): La división de Pickett.

Julio de 1938, un grupo de simpáticos ancianitos, algunos de ellos vestidos de gris, se alinea a la salida de Spangler’s Woods, sobre la cresta de una colina. Algunos se han visto recientemente, otros no se habían reencontrado desde hacía años, pero muchos de ellos parecen reconocerse, o al menos reconocer las unidades en las que sirvieron en el pasado: Armistead, Lowrance, Pettigrew, Pickett… Un rato después, se ponen en marcha, cruzan el valle despacito, apoyados en sus bastones algunos, ayudados por familiares otros, el más joven de ellos tiene, como mínimo, setenta y cinco años. Poco a poco se van acercando a la carretera de Emmitsburg, a Cemetery Ridge, al muro de piedra, al bosquecillo y al “Ángulo”, lugares a los que entonces sobrevivieron de milagro, pero a los que no les importa volver en este día.

Una escena de la reunión de veteranos de 1938, saludándose desde ambos lados del muro.

Lugares en los que ahora les espera otra fila de ancianos, todos ellos sin duda mayores también de setenta y cinco años, algunos todavía vestidos de azul, otros ataviados con las prendas que les ofrece su propio tiempo, la mayoría sonrientes. Finalmente, los caminantes llegan a lo alto de la cresta, su destino por segunda vez en sus vidas, y allí saludan a los que los esperaban, se abrazan, charlan… No deja de ser irónico que el 3 de julio de 1863, tres cuartos de siglo antes, aquellos mismos hombres hubieran hecho todo lo posible por matarse, pero ahora la Guerra de Secesión ha terminado, Gettysburg es solo un parque nacional y un momento a las glorias del pasado y, la carga de Pickett, material para los libros de historia.

Leer más

Desperta Ferro Historia Moderna N.º 20: Gettysburg 1863.

 

Dentro de la historia militar, hay algunas batallas, no muchas, que por alguna razón han acabado, a lo largo de los años, acaparando la atención tanto de los más serios historiadores como del gran público, pero es difícil determinar cuáles son los motivos de que esto sea así. ¿Por qué se habla más de Kursk (1943) que de Gembloux (1940)? ¿Por qué nos resulta más interesante Las Navas de Tolosa (1212) que Muret (1213)? Y, finalmente, ¿por qué tan pocos hablan de Chickamauga y todo el mundo se acuerda de Gettysburg?

portadaDFM20-web

Esta última batalla se ha convertido, precisamente, tanto en uno de los iconos de la historia como en un paradigma de las batallas que pasan a la memoria colectiva. Algunos de los motivos son evidentes: ha pasado a la fama como el momento álgido de los ejércitos confederados; fue la batalla que pudo dar la independencia al Sur; supuso la derrota de Robert E. Lee, considerado como el general más capaz de aquella contienda; duró tres días, 1, 2 y 3 de julio de 1863, y hubo combates que pudieron decantar la victoria a favor de cualquiera de los dos contendientes; y tuvo momentos de increíble heroísmo, como el de aquellos 12 500 confederados que cruzaron el llano para lanzar el último asalto de aquella increíble jornada. Motivos evidentes, decíamos, ¿pero son realmente tan importantes?

Leer más

El orgullo herido del general JEB Stuart (Brandy Station VII).

                A lo largo de las semanas anteriores hemos ido relatando los acontecimientos más señalados de la batalla de Brandy Station, y ahora solo queda una cuestión por mencionar. ¿Cuál fue el resultado de esta batalla? Si tenemos en cuenta el informe de Stuart, un texto más memorable por lo que no dice: no admite que fue sorprendido y no habla de una gran victoria, que por lo que afirma: unas pocas banderas y cañones capturados, y algunos prisioneros; puede que el sur conservara el campo de batalla, pero es el único margen que puede convertir Brandy Station en una derrota de los federales, que aun así pudieron retirarse sin ser molestados.

John Buford en Gettysburg, por Mort Kunstler. Este general fue el exponente de la nueva y más eficaz caballería federal, y su actuación en Gettysburg sería crucial.

                Si nos fijamos, en cambio, en otros oficiales confederados, la verdad aflora, aunque con timidez: “nuestra caballería se vio sorprendida ayer”, afirmará el general Lafayette McLaws en una carta a su esposa; y Wade Hampton llegará a criticar a Stuart en su informe de la batalla.

Leer más

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies