Marzo de 1943 – El Teniente Entrena derriba un P-38 con su He112 en los cielos de Melilla

Tras el desembarco aliado de la operación Torch se produjeron varios encuentros entre formaciones aliadas y aviones del ejército del aire español desplegados en el protectorado marroquí.

El Teniente Miguel Entrena derriba un P-38 con sun Heinkel 112B

Esta serie de encuentros acabó el 3 de marzo de 1943 con el incidente más serio de todos los ocurridos entre aviones españoles y norteamericanos. Esa mañana, puestos de observación situados en la frontera entre el Marruecos español y Argelia informaron de una gran formación de aviones adentrándose en espacio aéreo español desde el este. El comandante del 27 grupo ordenó inmediatamente la intercepción de dichas formaciones por la alerta de cazas.

El teniente Miguel Entrena luchaba dentro de su Heinkel 112 B-2 por no quedarse atascado en el barro que cubría la pista del aeródromo de Nador. Dando todo el gas sin soltar los frenos, levantó la cola y en ese momento liberó al aparato, que se fue directamente al aire. Cuando alcanzó los 3500 metros de altitud divisó una formación de 11 aparatos bimotores que volaba formada en dos pequeños grupos de 5 y 6 aviones respectivamente. Subiendo otros 500 metros, Entrena se preparó para realizar un ataque desde el sol. Con precisión, se fue aproximando a la formación y comenzó su ataque picando en el último tramo.

Heinkel 112 destinado en 1943 en la base de Tauima-Nador

Fijó el colimador en el último avión de la formación de 6. A corta distancia, pulsó el botón de disparo. Los cañones MG FF de 20mm dispararon una larga ráfaga, pero las ametralladoras permanecieron silenciosas (solo cuando aterrizó en la base posteriormente pudo percatarse de que al armero se le había olvidado cargarlas).

El avión norteamericano, un P-38F-ILo Lightning del 14 Grupo de Caza de la 12ª AAF, con base en Youk-les-bains (Argelia francesa), unidad integrada en la NWAFAAF (North West African Allied Air Force), expulsando una gran humareda de su fuselaje y de sus motores, se desprendió de los depósitos externos de combustible, abandonó la formación y se dirigió al este.

La única esperanza del piloto norteamericano consistía en poder llegar a territorio argelino. El teniente Entrena se puso a su lado y con señales le indicó al piloto que saltara, aunque éste ignoró las señales y se dispuso a buscar un sitio donde realizar un aterrizaje de emergencia. Finalmente el P-38 consiguió aterrizar de panza en las arenosas riberas del río Mulluya, en la frontera argelino-marroquí. Al día siguiente los norteamericanos recuperaron los restos del fuselaje, cayendo en manos españolas los depósitos externos de combustible.

El incidente pudo haber provocado graves consecuencias, pues al día siguiente una gran formación de 21 P-38 volando en 7 Vs de 3 aparatos cada una sobrevolaron el aeródromo español de Nador en una clara maniobra de provocación. Inmediatamente llegaron órdenes de Madrid de no interceptar o disparar sobre ningún avión aliado a menos que los aparatos españoles estuvieran siendo atacados.

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6 comentarios en «Marzo de 1943 – El Teniente Entrena derriba un P-38 con su He112 en los cielos de Melilla»

  1. Hola Esteban, hubo muchos más incidentes durante Torch y los meses siguientes,y resultaron derribados varios aparatos aliados por la antiaérea española, pero este fue el más peliagudo.

    saludos

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  2. El teniente cumplió sus órdenes, y bien, pero esta imprudencia pudo habernos costado una invasión del Protectorado por los Aliados, que ya el día siguiente nos «pusieron en nuestro sitio» paseándose a gusto sobre nuestro espacio aéreo, sin que hubiera «huevos» a responder saliendo al aire, y quizás tampoco keroseno y municiones suficientes.
    Una llamadita desde Madrid del tipo «¿a qué coñ… estáis jugando?» cortó las machadas, junto con la obligada excusa a nivel diplomático. Obviamente, no andaba el horno para estos bollos.
    Enhorabuena por la web. Saludos cordiales.

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  3. Lo que no entiendo es cómo pudo derribar al P-38 con las ametralladoras descargadas.
    Supongo que la misión que desarrollaba la formación americana tiene su correspondiente informe y que dicho incidente sería destacado. Hasta que no lo vea, no me creo nada.

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  4. El teniente NO cumplió sus ordenes.
    La interceptación de un avión que invade un espacio aéreo no necesariamente supone el ataque ni el derribo de la aeronave a menos que ataque al interceptor o se le suponga un ataque posible a un objetivo.
    Por cierto, la cartilla de vuelo de ese día no fue firmada por el Jefe del 27 Grupo, Miguel Herrero.

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