Duelo en el desierto Vol. II – La campaña del norte de África por el control del Mediterráneo

Ediciones Salamina ha publicado recientemente el segundo volumen del exhaustivo estudio de Antonio Muñoz sobre la campaña del norte de África en la Segunda Guerra Mundial.

Duelo en el desierto Vol. II – Ediciones Salamina

Tras su victoria en Tobruk, Rommel se preparaba para asestar el golpe de gracia al poder británico en Oriente Medio y de esta forma tener el control total del Mediterráneo hasta Egipto. Sin embargo, sus recursos se estaban evaporando poco a poco frente a la defensa de Auchinleck. Tras los cambios realizados por Churchill en el Mando de Oriente Medio, un meticuloso y peculiar comandante Bernard Law Montgomery, se dispuso a pasar a la ofensiva en El Alamein en octubre de 1942.

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Uso de vehículos de combate en la historia (XIX) – Italia

Una vez cerrado el frente de Francia. Las tropas inglesas evacuadas y los junker y messersmith batiéndose el cobre con los spitfire en el Canal de la Mancha, el aliado de Hitler, Italia, entra en la guerra.

T-26/40

Durante los años previos a la contienda Italia tuvo varios periplos con sus blindados: el intento de conquista de Abisinia y la participación del Cuerpo de Tropas Voluntarias Italianas en la Guerra Civil Española (170 tanquetas y 270 blindados ligeros). A la hora de hablar de los blindados italianos desde los años treinta hasta la entrada en la Segunda Guerra Mundial es importante mencionar a la FIAT-Ansaldo. Ésta factoría, fundada por il Duce, producirá el primer modelo en 1929, conocido como CV 29 (Carro Veloce). De esta pequeña tanqueta se fabricaron una veintena pero se sentarán las bases de este arma en el país de la bota.

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Paracaidistas en El Alamein (VI)

Tras haber superado un primer campo de minas y acabado con las compañías de paracaidistas italianos que defendían la posición avanzada, las tropas británicas del general Harding, que estaban atacando las posiciones del eje en el extremo sur de la línea de El Alamein, se enfrentaban ahora a un segundo campo minado: “febrero”, y a los defensores de la posición principal. Para superar ambos iniciaron primero un ataque en dirección sur, contra elementos  de la 16.ª Compañía que se hallaban posicionados por delante del campo de minas, que consiguieron rechazarlos. Victoria pues para los italianos, que más al norte, y como hemos narrado en las precedentes entradas de esta serie, habían resistido bien durante la noche, aunque al final habían sido derrotados. Sin embargo, se trataba de un éxito intrascendente, pues la partida más importante iba a jugarse más al oeste.

A las 5.30 horas de la mañana del 24 de octubre, el general Harding envió una fuerza de unos 70 carros de combate, entre los que se incluían modelos Crusader y Grant, contra la posición principal italiana. Estos blindados eran prácticamente invulnerables frente a los cañones de 47/32 utilizados por los defensores en sus posiciones avanzadas, pero cuando iniciaron el avance entraron a distancia de fuego de un enemigo mucho más peligroso: obuses de 100/17 y cañones de 75/27.

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Paracaidistas en El Alamein (V)


Al amanecer del día 24, tras la noche de combates caóticos que hemos narrado en las entradas anteriores, con elevadas bajas por ambas partes, las tropas británicas del 1.er Batallón de la Rifle Brigade, apoyadas por elementos acorazados del Royal Scots Greys y el 5 RTR, habían conseguido establecer sendas cabezas de puente al oeste del campo de minas Enero y eliminar las posiciones de ametralladoras y los blocaos de las compañías paracaidistas italianas de la división Folgore en la zona avanzada.

Así lo recuerda otro testigo de aquella noche, el cabo Luciano Maiolatesi, de la 6.ª Compañía, la que había estado orientada hacia el este y había recibido el grueso del ataque británico: “Las bombas que se estrellaban sobre nuestro blocao crearon una gruesa pantalla de humo que me impidieron utilizar la ametralladora, pero cuando el fuego de barrera se detuvo y el ambiente empezó a clarearse, pude ver muchos soldados acercándose a mi posición. Abrí fuego de inmediato. Podía ver tropas enemigas corriendo por todo el perímetro exterior de nuestras defensas. Hacían un avance a toda prisa, se tiraban al suelo y luego volvían a progresar hacia el campo de minas. El primer asalto de la infantería fue repelido y, un poco más tarde, un nuevo intento de romper nuestras defensas, con vehículos blindados ligeros y tropas de a pie, también fue rechazado. Finalmente, los carros pesados cayeron atronando sobre nuestra posición, las arroyaron y silenciaron numerosas posiciones de fuego […].

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Paracaidistas en El Alamein (IV)

Mientras narrábamos los combates del 7.º Batallón del Queen’s Royal contra la 22.ª y 6.ª compañías de paracaidistas italianos en el extremo norte de la zona avanzada del eje, dos escuadrones de los ingenieros reales, el 4.º y el 21.º, trabajaban intensamente, bajo el fuego de la artillería y de las ametralladoras, para abrir cuatro pasos en el campo de minas “Enero”, a fin de facilitar el paso de los carros de combate que tenían que sumergir la posición italiana. En su ayuda acudieron diversos vehículos blindados, entre ellos seis carros de combate Scorpion, diseñados para este tipo de tareas.

A la 1.00 horas del día 24, habían conseguido despejar tres pasos, y en torno a la 1.30 entraron en combate las compañías A y B del 1.er Batallón de la Rifle Brigade. La primera inició el progreso por el paso norte y el central (los dos al norte de los cuatro previstos), y no tardó en arrollar tres nidos de ametralladora italianos, pero cuando se acercaban a la posición principal, defendida por el campo de minas “Febrero” y por las compañías de paracaidistas 20, 21, 16y 17, recibió el contrataque de dos secciones de la Folgore, que se lanzaron sobre ellos a golpe de granada, apoyados por una pieza contracarro. Más tarde, la pieza sería encontrada rodeada por los cadáveres de sus sirvientes, pero las bajas sufridas por la compañía A, a la que solo le quedaban 40 hombres, obligaron a esta a detener su ataque. Más tarde sería amalgamada con la compañía B. Entretanto, esta compañía había tratado de cruzar la tercera brecha, pero se había visto contenida por una posición de ametralladoras especialmente activa, que obligó a los hombres a pegarse al suelo para sobrevivir. Entonces, el general Harding, al mando de la 7.ª División Acorazada, decidió enviar a los carros de combate mientras aún estaba oscuro y todavía tenían alguna posibilidad de avanzar sin verse sometidos a un fuego excesivamente certero por parte de la artillería y las piezas contracarros de los defensores.

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Paracaidistas en El Alamein (III)

Volvemos hoy al extremo sur de la línea de frente de El Alamein, estamos en la madrugada del 24 de octubre y las fuerzas británicas se están preparando para desencadenar un ataque contra la Agrupación Ruspoli, cuyo despliegue narramos en la entrada anterior. Sin embargo, mientras los cañones de Montgomery bombardean las posiciones italianas, los de las divisiones defensoras hacen otro tanto sobre las concentraciones del 7.º Queen’s Royal Lancers. Así lo narró el jefe de una posición de morteros italiana, son los primeros combates por los puestos avanzados de la división Folgore.

“Los cañones de la División Pavía, posicionados tras el puesto de mando del batallón, ya han abierto fuego, mientras que nuestras tropas situadas en las posiciones de vanguardia indican, disparando bengalas moradas, que han sido rodeadas. El enemigo ha abierto una brecha en el campo de minas [Enero, tal y como se explicaba en la entrada anterior] y ha penetrado en nuestras posiciones, mientras los carros de combate aprovechan también el hecho para atacar nuestras posiciones.

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Paracaidistas en El Alamein (II)

Volvamos a la noche del 24, cuando los británicos desencadenaron su primer ataque, y tras haber narrado, de forma general, en la entrada anterior de esta serie, como fueron los primeros asaltos británicos en el extremo sur de la línea del eje en El Alamein, vamos a centrarnos en un solo lugar, los puestos 115, 105 y 103, defendidos por la Agrupación Ruspoli.

Es importante puntualizar que, bien entrenada y dotada del mejor material humano del que podían disponer las fuerzas armadas italianas en aquel momento, la división paracaidista “Folgore” podía ser considerada como una unidad bastante buena, y sus combatientes lucharán bien frente a la superioridad aliada. Con respecto a la Agrupación Ruspoli, nuestra protagonista, tenía tres compañías en vanguardia: la 22.ª orientada hacia el norte (con el 8.º de Guastatori a su izquierda; la 6.ª orientada hacia el este y la 19.ª orientada hacia el sureste. En total, eran unos 450 hombres que, además de morteros y otras armas pesadas, disponían también de 12 piezas de 47/32. Todos ellos formaban un arco y se hallaban metidos dentro de un perímetro minado. El campo de minas situado por delante de las posiciones defensivas se llamaba Enero, y el que corría por detrás era Febrero. Más al oeste se despegaba el resto de la agrupación, de norte a sur, las compañías 24.ª, 20.ª y 21.ª.

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