Medalla de Honor – John Basilone

John Basilone, héroe de Guadalcanal. En una noche y con su sección de ametralladoras mantuvo a raya el ataque japonés sobre el Campo Henderson, llegando en numerosas ocasiones al combate cuerpo a cuerpo.

Nacido en Buffalo, Nueva York, el 4 de noviembre de 1916, y criado en Raritan, Nueva Jersey, John Basilone era uno de los diez hijos de un sastre italo-americano. No destacaba por ser un buen estudiante, así que decidió abandonar los estudios tras finalizar primaria. Entonces, trabajó un tiempo como caddie en el Raritan Valley Country Club hasta que cumplió 18 años.

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Rituales y Tradiciones Kamikaze (IV) – Ceremonia de Despedida y Supersticiones

Antes de partir en su último vuelo, los pilotos kamikaze participaban en una ceremonia de despedida donde se les deseaba buena suerte. También existían supersticiones como los Jippogure y otros días de la mala suerte, pero vayamos por partes.

 

Yukihisa Suzuki, un piloto kamikaze que sobrevivió a la guerra, describió el ritual: bajo el sol radiante de abril, todo el personal de la base aérea se reunió frente al hangar y esperó, cada uno en su puesto, la llegada de los miembros de los Cuerpos Especiales de Ataque. Frente a los hangares, en una larga mesa cubierta con un mantel blanco había comida para ser servida en honor de la última misión con el propósito de desearles buena suerte: numerosas botellas de sake, copas, bandejas de mojama de calamar, castañas, algas y bolas de arroz con alubias rojas….

Mientras esperábamos cerca de los aviones, que calentaban motores, nuestros compañeros aparecieron vistiendo sus flamantes monos de vuelo, en cuya parte trasera se había dibujado una pequeña bandera nacional, un círculo rojo sobre fondo blanco. Los arneses del paracaídas eran verdes. Alrededor de los cuellos vestían pañuelos blancos de seda.

Algunos llevaban un pañuelo blanco anudado sobre sus cascos de vuelo. Otros llevaban ramilletes de flores de cerezo, el símbolo de los soldados jóvenes y aguerridos, en especial de los jóvenes pilotos, debido a que las preciosas, pero frágiles flores solo duraban unos pocos días, para luego caer como los jóvenes, en su mejor momento. Algunos llevaban pequeños muñecos u otras mascotas colgando de sus arneses

Una vez que los pilotos se habían reunido cerca de sus aparatos, un oficial de mayor graduación hacía una pequeña arenga patriótica alabando su coraje y devoción por el Emperador y por su país. El oficial de ceremonias podía tener una graduación elevada, dependiendo de la importancia de la misión. Cuando la primera misión Ohka despegó de Kanoya el 21 de marzo de 1945, el comandante del cuerpo de ejército Okamura dio el discurso y el Vicealmirante Matome Ugaki asistió para desear suerte a los integrantes de la misión.

Estas arengas incluían a menudo la profecía de que todos ellos se encontrarían en el futuro en el santuario de Yasukuni. A medida que fue pasando el tiempo y las misiones kamikaze se fueron haciendo más comunes, los oficiales de alta graduación dejaron paulatinamente de asistir a estos actos. En las fases finales de la batalla de Okinawa, las arengas eran llevadas a cabo frecuentemente por el líder de vuelo. Los pilotos bebían una copa de sake y abandonaban el aeródromo.

Aunque las ceremonias de despedida se organizaban para desear buena suerte a los pilotos en su última misión, también había signos y augurios de mala suerte. A pesar de que Japón había entrado en la comunidad de países modernos después de la Restauración Meiji de 1868, había todavía supersticiones que seguían calando en el subconsciente colectivo japonés.

La influencia que pudiera tener sobre la creencia de cada soldado individual o marinero en la buena o mala suerte, es imposible de adivinar. Sin embargo, se puede afirmar que aquellos con menos nivel educativo debieron haber estado más intensamente afectados por el concepto. Se consideraba que ciertos días del año traían mala suerte. Se les denominaba los días Jippogure.

Jippogure significa que las diez direcciones están cerradas y oscuras. Estas diez direcciones son las ocho direcciones horizontales y las direcciones arriba y abajo. Los Jippogure son los días en que los signos de los elementos zodiacales entran en conflicto con los signos de los animales del zodiaco, resultando en un peligro para la humanidad… Eran considerados los peores de todos los días de la mala suerte, llamados en ocasiones Kuro-Bi, o días oscuros, con el significado de que la muerte es segura en esos días.

Los días considerados como Jippogure en 1944 fueron el 21 de Enero, el 21 de Marzo, el 2o de Mayo el 19 de Julio, el 12 de Septiembre y el 11 de noviembre. Además de los días Jippogure, la superstición japonesa también preveía cada año unos To Shi Bi, o días de la muerte. En 1944, fueron el 10 y 22 de Enero, el 11 y 23 de Febrero, el 2, 14 y 26 de Marzo, el 3, 15 y 27  de Abril, el 5, 17 y 19 de Mayo, el 6, 18 y 30 de Junio, el 8 y 20 de Julio, el 9 y 21 de Agosto, el 10 y 22 de Septiembre, el 12 y 24 de Octubre, el 1, 13 y 25 de Noviembre, y el 3, 15 y 27 de Diciembre.

En 1945 estos días fueron el  4, 16, 28 de Enero; el 5 y 17 de Febrero; el 9 y 21 de Marzo; el 10 y 22 de Abril; el 12 y 24 de Mayo; el 1, 13, y 25 de Junio; el  3, 15, y 27 de Julio; el 4, 27, y 28 de Agosto; el 5, 17, y 29 de Septiembre; el 7, 19, y 31 de Octubre; el 8 y 20 de Noviembre; y el 10 y 22 de Diciembre.

A pesar de que algunas de estas supersticiones pudieron haber provocado inquietudes entre los hombres de graduaciones más bajas y con menos nivel educativo, apenas afectaron a los planificadores de los estados mayores del Ejército y de la Armada.

Viene de Rituales y Tradiciones Kamikaze (III) – Los Masukotto Ningyo

Rituales y Tradiciones Kamikaze (III) Los Masukotto Ningyo

Los muñecos masukotto ningyo también formaban parte de las tradiciones de los kamikaze. En ocasiones eran cosidos al uniforme del piloto o atados a su cinturón para darle buena suerte.

Llamados a menudo masukotto ningyo (mascotas) o imon ningyo (muñecos de recuerdo), eran hechos a mano por mujeres japonesas y enviados a los soldados del frente. Se creía que contenían un espíritu propio y que traerían buena suerte al piloto kamikaze. La dureza de la vida del piloto dejaban poco margen para la belleza o cualquier otra cosa que le recordara el lado bonito de la vida. Muchos de ellos los mantuvieron como

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Rituales y Tradiciones Kamikaze (II) El Hachimaki, el Sennin-bari y otras prendas

El Hachimaki o banda para la cabeza, fue con frecuencia una pieza de la vestimenta del kamikaze. Su origen procede de los guerreros Samurai, que se la ponían alrededor de sus cabezas para evitar que el cabello o el sudor les taparan los ojos durante el combate.

El Almirante Soemu Toyoda, comandante en jefe de la Armada Imperial Japonesa, alentó esta tradición entre los kamikaze a partir de la primera misión Ohka el 21 de marzo de 1945. ɉl mismo escribió «El Trueno de Dios» en quince Hachimaki que fueron entregadas posteriormente a pilotos de las bombas tripuladas Ohka. En ocasiones, las inscripciones en estos pañuelos se hacían con sangre.

El teniente de la armada Yasuo Ichishima llevó una en su misión, realizada el 29 de abril; se la había dado un amigo. Dos informes procedentes de pilotos de caza norteamericanos indicaron que en al menos una misión, los pilotos suicidas japoneses vistieron ropas blancas.

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Rituales y Tradiciones Kamikaze (I) – Muerte antes que Deshonor

Comenzamos hoy una serie sobre los aspectos más desconocidos de las tradiciones de los pilotos japoneses del viento divino, así como de sus tácticas de combate y de las causas que los llevaron a actuar de esa manera.

El teniente de la Armada Imperial Kentaro Mitsushashi saluda mientras recibe las órdenes para efectuar su misión Ohka el 21 de marzo de 1945. El saquito de seda que lleva las cenizas del capitán de corbeta Tsutomu Kariya cuelga de su cuello.

Los pilotos kamikaze, antes de despegar, participaban en una serie de rituales y ceremonias, observadas para obtener el éxito en sus misiones y para tener la oportunidad de expresar sus sentiemientos a los familiares y amigos que dejaban atrás. Éstos rituales incluían la vestimenta de varias prendas de ropa y adorno, algunas de los cuales permitían al piloto kamikaze portar recuerdos de sus seres queridos en el momento de su muerte. Entre estos estaba la cinta (hachimaki), el cinturón de las mil puntadas (sen-nin-bari), y los muñecos mascota (masukotto ningyo).

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La Triste Historia del desastroso 53er Batallón de la milicia

La historia militar está llena de gloriosas unidades de élite que a menudo suelen ocupar la primera página de libros, artículos y blogs como este, sin embargo también hay unidades desastrosas, de las cuales, a pesar de que de ellas hay mucho que aprender, se suele hablar mucho menos. Una de estas unidades fue el 53er Batallón de la Milicia Australiana <<uno de los episodios más tristes de la historia militar australiana>> (Paul Ham, Kokoda).

Corte de la <> de kokoda, donde se puede ver la ubicación de Isurava.

En noviembre de 1941, ante la cada vez más creciente amenaza japonesa, el ejército australiano decidió organizar un nuevo batallón de milicias, y para ello dio instrucciones a 18 de los batallones ya existentes para que cada uno de ellos enviara una determinada cantidad de efectivos, que serían encuadrados en una nueva unidad que llevaría a cabo una <<misión especial>>.

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Australia entra en la guerra del pacífico, contra Churchill

Cuando, el 3 de septiembre de 1939, el Reino Unido declaró la guerra a Alemania, el conflicto quedaba muy lejos de las tierras australianas. Sin embargo, estos, que se sentían tan <<británicos>> como los propios ingleses, y a pesar de ser un dominio semiindependiente, pronto empezaron a aportar toda la ayuda militar posible a su asediada metrópoli.

Los primeros elementos que llegaron a la zona de combate fueron los escuadrones de la RAAF (Fuerza Aérea Real Australiana), seguidos por los buques de la flota y por la 2ª Fuerza Imperial Australiana (Australian Imperial Force, la 1ª había sido la enviada durante la Primera Guerra Mundial). El resultado más inmediato de esta ayuda fue que el país quedó completamente indefenso ante las naciones de su entorno. Estamos hablando de Japón.

Port Moresby, en 1942. Con su único muelle, no era una gran base, pero era la única que había.

Mientras la tensión subía en el pacífico, con los japoneses expandiéndose por Asia continental y los Estados Unidos apretando cada vez más el embargo económico; Australia, y

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