HMS Aurora. El último corsario. Los raids del fantasma de plata en la SGM. Josep Baqués

Ediciones Salamina acaba de publicar «HMS Aurora. El último corsario» del profesor Josep Baqués. Tras una profusa investigación en sus historiales de combate, Josep Baqués ha rescatado la fascinante historia de uno de los navíos más condecorados de la Segunda Guerra Mundial.

Entre septiembre de 1939 y julio de 1945 el HMS Aurora recorrió algo más de 200.000 millas. Desde las islas Feroe hasta las Spitzbergen y el Cabo Norte, en Noruega, dentro del círculo polar ártico; desde las costas de Terranova, en Canadá, hasta Sierra Leona, Guinea Ecuatorial y el Congo, incluso por debajo del ecuador; desde Gibraltar hasta Atenas y la ribera oeste de Turquía, llegando a adentrarse en el Mar Rojo. Sus mayores logros los obtuvo estando basado en Scapa Flow, en las islas Orcadas, así como en La Valetta, en la isla de Malta. Esas fueron, de hecho, dos de las más importantes bases navales británicas durante la Segunda Guerra Mundial. A lo largo de sus estrepadas por esos mares de Dios participó, directa o indirectamente, en el hundimiento o la captura de medio centenar de buques enemigos. De hecho, en este texto hemos considerado un total de 60. Sus dimensiones no eran menos variopintas: desde el escaso tonelaje de los modernos lanchones de desembarco germanos destruidos en el Mar Tirreno hasta las casi 20.000 toneladas a plena carga (la mitad, si lo medimos como registro bruto) de algún petrolero italiano echado a pique cerca de los puertos norteafricanos de destino.

Leer más

La Historia del Corsario Confederado CSS Florida.

Había zarpado de Liverpool el 22 de marzo de 1862 con el nombre de “Oreto”, pero a su llegada a las Bahamas se convirtió en un barco distinto: el corsario confederado “CSS Florida”. Puesto en servicio el 17 de agosto, hubiera debido zarpar inmediatamente hacia el Atlántico, sin embargo la fiebre amarilla hizo presa en la tripulación, y el barco tuvo que dirigirse a la Bahía de Mobile (Alabama), uno de los puertos seguros que aún tenía la confederación, para conseguir una nueva tripulación y nuevos pertrechos.

El CSS Florida, anclado en puerto. En esta foto se puede apreciar tanto su capacidad para navegar a vapor como a vela.

Sin embargo, antes de llegar a “casa” el Comandante John Maffitt, quien dirigía el flamante buque corsario, tuvo que superar el bloqueo establecido por la flota de la unión. Para ello, y debido a que él mismo estaba enfermo y a que apenas tenía gente para manejar uno solo de los cañones que llevaba a bordo, decidió emplear un truco: enarbolar la bandera de la Royal Navy, y aprovechando que el buque se parecía mucho a los navíos de guerra británicos, acercarse lo más posible a los tres buques federales que vigilaban la entrada de la bahía. El truco funcionó hasta que estos le solicitaron que se identificara, y según la legislación internacional de entonces tuvo que izar su bandera, o enfrentarse a ser acusado de piratería. Siguieron a ello veinte minutos de bombardeo, que el buque confederado tuvo que soportar con estoicismo, antes de refugiarse en el interior de la bahía.  

Leer más

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies