Este mes nos toca andar, tanto que veremos caer decenas de soldados cada día por agotamiento y problemas en los pies, veremos llegar cerca de Smolensk, y como al final del todo, cambian de dirección y destino.
DIARIO DE OPERACIONES CORRESPONDIENTE AL MES DE
SEPTIEMBRE DE 1941.
Día 1.- A las 8 horas sale de Treuburg, por carretera,
en vehículos automóviles, el Segundo Escalón del Cuartel General, llegando a
Grodno a las 14 horas sin novedad. Las Unidades en sus acantonamientos del
nuevo estacionamiento de la División
continúan en la misma situación y actividad que finalizo el mes
anterior.
Día -2.- Las Unidades se dedican a limpieza de armamento y material y a instrucción teórica y táctica.
En anteriores entregas hemos podido leer sobre la historia del subfusil Labora y el Naranjero, dos subfusiles nacidos de las propias dinámicas de la guerra.
Los mismos fueron prototipos que luego pasaron a adoptarse, aunque nunca oficialmente. A parte de estos dos modelos, hubo otros dos diseños más que no lograron pasar de unas pocas unidades. Con esto nos referimos a un subfusil desconocido, probablemente fabricado por la fábrica Star, y al Tellez M1937.
Bill Ryan, del 116.º Regimiento, está apoyado en el pequeño talud de la playa. Su lancha había sido alcanzada por un proyectil y había quedado inconsciente. Fue llevado a la playa por miembros de su sección.
Observa asombrado la bravura mostrada por el capitán de un destructor, probablemente el USS Harding, que se ha acercado a la playa para disparar contra un emplazamiento de artillería que no había sido destruido en el bombardeo previo a la invasión. Otro soldado apoyado en el remonte no puede quitar sus ojos de la infantería que corre por la playa, apilándose los muertos y los heridos detrás de ellos, recordaría más tarde.
“Atacar, repito, atacar, el comandante en jefe del Pacífico sur ordena acción a las TF61 y 64”. Ya hemos visto cómo el avistamiento de la flota japonesa animó al vicealmirante Halsey a lanzar a sus portaaviones contra el enemigo, pero, ¿qué sabía Halsey, o por las mismas el contralmirante Kinkaid, de la fuerza a la que se enfrentaban? Si el lector recuerda las entradas anteriores, los aviones de patrulla estadounidenses habían avistado la flota avanzada del almirante Kondo, con dos acorazados, cuatro cruceros pesados y un portaaviones, y también la de vanguardia del contralmirante Abe, con dos acorazados y tres cruceros. Parece que el catalina del Teniente Hampshire indicó también la presencia de dos portaaviones japoneses ¿podían ser el Shokaku, el Zuikaku o el Zuhio? Acosados por la caza, la tarea de los aviones de reconocimiento no solía ser fácil, y la información no siempre llegaba a su destino correctamente.
Contralmirante Hiroaki Abe, al mando de la Fuerza de Vanguardia japonesa
Tampoco es que la situación táctica de los portaaviones de
Kinkaid fuera ideal ya que para atacar los japoneses tenía que aproar su flota hacia
el noroeste, de modo que, si bien se reducía la distancia entre ambas flotas,
al tener el aire de popa los grandes navíos norteamericanos tenían que virar
180 º para aproar al viento cada vez que quisieran lanzar o recoger
aviones, lo que suponía una pérdida de tiempo. Los japoneses no tenían ese
problema.
Dentro de la labor de divulgación de GEHM vamos a traer a esta página el diario de operaciones de la División Española de Voluntarios (DEV) que se conserva en el Servicio Histórico Militar dentro del denominado “Archivo de la Guerra de Liberación”.
En dicho Diario de Operaciones podremos encontrar, día a día, las vicisitudes de los diferentes regimientos y agrupaciones que formaban esta denominada “División Azul”. Comenzaremos por el mes de agosto del 41 ya que, durante el mes de julio de ese año, la unidad se ha ido reuniendo en el campamento de Grafenwöhr, donde las tropas de diversos lugares de España se está congregando, han recogido su nuevo uniforme, y el último día del mes de julio, han realizado el Juramento al Führer (con alguna modificación del original haciendo mención a su lucha contra el comunismo) y tras esto queda constituida oficialmente la “250ª División de Infantería de la Wehrmacht” y es ahora cuando se abre el Diario de Operaciones.
Al amanecer del día 25 de octubre de 1942, el contralmirante Kinkaid arrumbó la TF 61 hacia el noroeste, a 22 nudos, para llevar a cabo el barrido que se le había ordenado. Entretanto, hacía ya tiempo que habían despegado, desde Espíritu Santo, los aviones enviados a buscar a la flota japonesa. Como vimos anteriormente, en la citada base había dos tipos de aviones que tuvieran un radio de acción lo suficientemente grande como para cubrir la zona de operaciones. Por un lado, estaban los B-17, con un alcance de más de 3200 km, y por otro los PBY Catalina, que no solo podían alcanzar los 4000 km, sino que, además, al ser hidroaviones, podían operar desde bases avanzadas. Eso fue exactamente lo que decidieron los mandos estadounidenses, que enviaron el USS Ballard, un buque de apoyo a hidroaviones, a la isla de Vanikoro (una de las Santa Cruz), un lugar infestado de malaria, pero mucho más cerca de los japoneses, para establecer un puesto de reabastecimiento.
Un B-17 sobrevuela el Pacífico. Solos en medio de aquella inmensidad, y en busca de un enemigo que bien podía derribarlos, no se puede dudar de la valentía, o del sentido del deber, de los tripulantes de estos aviones.
Aquella mañana, despegaron para patrullar el océano 10
Catalina y 6 B-17. En ambos casos, la operativa era similar. Cada avión partía
en un rumbo determinado y recorría una distancia concreta, la que se le
encomendara, momento en el que viraba, recorría una cuerda de arco y volvía a
la base, con lo que su recorrido se asemejaba a una cuña de pizza. Es
importante no olvidar que el alcance de los aviones, antes indicado, debía
incluir el vuelo de vuelta, así que los Catalina podían volar, como mucho,
2000 km hacia el enemigo, y los B-17 menos.
8:30 Albert Speer, el ministro de armamentos de Alemania, ha dormido esa noche en el Berghof.
Su asistente le comunica que se está produciendo una invasión en las playas de Normandía. De inmediato pregunta si han despertado al fuhrer. La respuesta es que «no». Que las noticias del frente se le comunican después del desayuno. Según le argumentan, ha habido tantas falsas alarmas en las últimas semanas que nadie se atreve a despertar a Hitler con una amenaza de invasión y que luego se quede la cosa en un ataque a pequeña escala o una diversión.
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