La velocidad a la que fueron entrenados los primeros voluntarios de las Ohka puede desprenderse de los planes iniciales para el despliegue de combate de estas armas. El 28 de noviembre de 1944, el Shinano, uno de los últimos portaaviones en entrar en servicio, zarpó de la bahía de Tokio con rumbo al área de maniobras de la flota de Matsuyama, cerca de Kure.

Comenzado como el tercer superacorazado de la clase Yamato, el Shinano fue convertido en portaaviones en pleno proceso de construcción. En su botadura el 8 de octubre de 1944 desplazaba 77.755 toneladas y tenía una eslora de 266 metros y una pista de 256 metros de longitud. Fue el más grande y mejor protegido portaaviones de la Segunda Guerra Mundial. Se pretendía que fuese un «portaaviones de suministro» y llevaba solo 47 aviones como grupo aéreo para su propio uso operacional.
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