El primer hueso duro de roer sería el P-38 Lightning. Caza bimotor, era más rápido, volaba más alto, subía y picaba mejor, pero no tenía nada que hacer en maniobrabilidad.
De hecho su introducción a finales del 42 fue un fiasco. Pues en los primeros encuentros entraron al trapo en la zona ventajosa del Zero[1]. Esta circunstancia se corrigió rápidamente, y desde entonces se limitarían a volar muy altos, patrullando y picando cuando el enemigo estuviese en desfavorables condiciones.