La batalla de Krasny Bor (III) – La batalla

El fuego artillero había causado que el suelo se llenase de cráteres de obús que fueron usados como trincheras y que el hielo se derritiese convirtiéndose en un barrizal que dificultaba el ataque del enemigo, facilitando que los rusos fuesen barridos por las ametralladoras.

Posición de ametralladora MG34. Se puede observar a los divisionarios lanzando granadas y preparándose para rechazar los carros enemigos con minas magnéticas.

Como decía el sargento Salamanca “Llegaban columnas con medio centenar de hombres que eran abatidos sistemáticamente. Disparábamos ferozmente, sin parar, esperando a que el enemigo se encontrase a menos de 100 metros, disparábamos al bulto. Pero hasta un ciego habría hecho blanco. Toda la potencia de fuego de la máquina, 1.300 disparos por minuto, provocó una carnicería en las filas enemigas y nos mantuvo con vida. No es que nuestro cañón estuviese caliente, es que estaba al rojo vivo.

Las oleadas rusas se repitieron continuamente, siendo frenadas lo buenamente que se pudo, hasta que los rusos consiguieron romper el frente y penetrar en la primera y segunda líneas defensivas españolas creándose rápidamente una tercera línea con los elementos dispersos que se encontraron que consiguieron frenar finalmente el ataque.

La batalla acabó hacia las once de la noche cuando los 150 supervivientes de la posición denominada como “El Bastión”, posición desde la que controlaron la carretera Moscú-Leningrado impidiendo el avance soviético hacia el río Ishora, se retiraron  tras 16 horas de combate ininterrumpido contra fuerzas superiores.

En la batalla se hizo patente en todo momento el heroísmo español, al tener que resistir el envite de la apisonadora soviética sin prácticamente más medios que su armamento individual debido a la carencia de minas anticarro y de munición para la artillería divisionaria, aparte de la falta de apoyo durante la batalla.

La masa roja cayó directamente sobre el peso de los españoles, quienes tuvieron muchas veces que frenar al enemigo sin más ayuda que la punta de su bayoneta en feroces luchas cuerpo a cuerpo. Pero a pesar de la supremacía enemiga se consiguió frenar la ofensiva causándole al enemigo unas 14.000 bajas a cambio de sufrir 1.127 muertos, 1.035 heridos y más de 300 prisioneros, muchos de los cuales acabaron en los campos de concentración hasta su regreso a España en 1954, consiguiendo que los rusos solo avanzasen su frente 3 km sin conseguir liberar Leningrado.

Los factores que contribuyeron al éxito de la División Azul, a pesar de la clara desventaja, fueron: la sorpresa por parte de los rusos de encontrar resistencia tras el bombardeo, el cansancio del enemigo tras los primeros combates unido al efecto de la ingesta de gran cantidad de alcohol durante la noche y el empeño de los rusos por acabar con los enemigos en vez de aprovechar la ruptura del frente para explotar el éxito.

Estos factores, unidos al heroísmo mostrado sobradamente por los divisionarios, hicieron que los rusos consiguieran conquistar la primera y segunda líneas defensivas, pero no la tercera, el valor de los españoles queda reflejado en el testimonio del sargento Ángel Salamanca, quien fue hecho prisionero en la batalla: “Enseguida empezaron los interrogatorios, con las traducciones de un español enrolado en el Ejército soviético. Todo el afán del coronel ruso era saber qué armamento usábamos, hablándonos incluso de un arma secreta de Hitler. «Dice el coronel que habéis causado más de 14.000 bajas, y eso es imposible con ametralladoras y fusiles máuser corrientes», nos informó el republicano español.

Por acciones como esta los soldados españoles obtuvieron numerosos reconocimientos, militares y personales. En total recibieron dos cruces de caballero, dos cruces de oro, 138 cruces de hierro de primera clase y 2.359 de segunda clase fueron otorgadas por la Wehrmacht a los divisionarios. Para que conste la importancia que tuvo la División Azul en el ejército alemán hay que recalcar que los voluntarios españoles alistados en la División Azul supusieron el 56% de los voluntarios europeos que sirvieron en la Wehrmacht.

Viene de La batalla de Krasny Bor (II) – Comienza la preparación artillera

Por Pablo García Sánchez

Bibliografía básica

Salvador Fontela: Los combates de Krasny Bor. Madrid, ACTAS, 2012.

Robert Kirchubel: Operación Barbarroja II: hacia Leningrado. Madrid, Osprey Publishing, 2007.

Torcuato Luca de Tena: Embajador en el infierno. Madrid, HOMOLEGENS, 2010.

F. Martínez Canales: Leningrado 1941-1944. La División Azul en combate. Madrid, ALMENA, 2009.

Luis Suárez: FRANCO. Barcelona, Ariel, 2005.

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La batalla de Krasny Bor (II) – Comienza la preparación artillera

El día 10 de febrero la División Azul se encontraba desplegada cubriendo un frente de más de 30 km, lo que significaba que la mayor parte de sus unidades se encontraban prácticamente en primera línea, careciendo apenas de reservas.

Los soviéticos dirigieron su ofensiva hacia el pueblo de Krasny Bor, una pequeña aldea al sur de Kolpino (un arrabal industrial de Leningrado), que se encontraba defendida por el Regimiento 262 al mando del coronel Manuel Sagrado. Krasny Bor era un pueblo de tres kilómetros de frente por tres de profundidad, de casas de madera y de ladrillo de dos pisos y con calles anchas de

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La batalla de Krasny Bor (I) – Antecedentes

Publicamos hoy el artículo que nos ha remitido nuestro lector Pablo García Sánchez sobre la batalla más renombrada en la que participó la División Azul, acción que sirvió para frustrar una ofensiva soviética a gran escala como la de Stalingrado.

El 10 de febrero de 1943 tuvo lugar la mayor batalla en la que se vio envuelta la División Azul, la más sangrienta, importante y heroica de todas aquellas en las que participó durante su estancia en Rusia combatiendo el comunismo, en ella se consiguieron tres de las ocho laureadas de la División Azul en la URSS.

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El As de Sptifire Eric Carter será condecorado después de 72 años por su misión en Murmansk

El Ala 151 de la RAF fue una unidad británica que combatió junto a los soviéticos en la Península de Kola durante los momentos críticos de los primeros meses de la Operación Barbarroja.

El Ala 151 estaba compuesta de los Escuadrones 81 y 134, equipados especialmente con Hurricanes, aunque también utilizaron Spitfires. Estuvieron en el teatro de operaciones hasta diciembre de 1941, ayudando a los soviéticos a hacer frente a la ofensiva alemana e instruyendo, como veteranos de la Batalla de Inglaterra, a los pilotos soviéticos en la utilización de los Hurricanes y del equipo moderno. Por alguna extraña razón, solo el Escuadrón 81 recibió el reconocimiento de haber servido en Rusia.

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Historias de Brandeburgueses (II) – Operaciones en la Retaguardia Soviética

Durante la Operación Barbarroja, una de las tácticas favoritas de los brandeburgueses, que se convertiría en uno de sus sellos distintivos, consistía en capturar camiones soviéticos y pegarse a la cola de las columnas rusas en retirada.

Brandeburgueses en un camión soviético

En otras ocasiones, las patrullas de brandegurgueses penetraban cientos de kilómetros detrás de las líneas soviéticas para llevar a cabo operaciones de reconocimiento, espionaje y sabotaje. Para reunir información sobre los movimientos de las tropas enemigas, esas patrullas no solo no eludían a las unidades soviéticas, sino que buscaban entrar en contacto con ellas.

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Guderian podría haber traicionado a Hitler urdiendo planes secretos para terminar al guerra

Cuando el 21 de julio de 1944, día siguiente al intento de asesinato de Hitler, Heinz Guderian fue nombrado Jefe de Estado Mayor del OKH, empezó para él una época dura y llena de discusiones con Hitler, que duraría hasta su cese <<por motivos de salud>> el 28 de marzo de 1945.

Desde el segundo semestre de 1943 Hitler se había ido preocupando cada vez más por el frente occidental, donde cada vez era más cercano un posible desembarco anglo-estadounidense. Durante los primeros meses de 1944 esta situación se tradujo en una absoluta primacía de este frente en todo lo que a recursos militares se refería, en detrimento del frente soviético, donde la Wehrmacht aún podía disponer de mucho espacio estratégico.

En esta foto puede verse una de las muchas reuniones de Hitler con sus jefes militares. En concreto destacan Göring, a la izquierda, y Guderian, a la derecha.

La ofensiva soviética <<Bagration>> provocó que este espacio empezara a menguar a toda prisa, y causó una honda inquietud en los altos mandos alemanes, incluido el propio Hitler, quien, el 19 de julio de 1944, ordenó que volvieran a ponerse en condiciones las fortificaciones de la frontera este. Este cambio de mentalidad de Hitler coincidió con el plan de fortificación presentado poco después por Guderian para la creación de un muro del este, que Hitler aprobó el 27 de julio.

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El Frente del Este 1942-43

Leningrado, Stalingrado, Kiev, y otras ciudades soviéticas presenciaron fieras batallas contra el ejército alemán en 1942-43.

Tigres cerca de Orel, durante la Batalla de Kursk, julio de 1943

La población rusa lo llamó simplemente el «Frente del Este». Esta es una colección de imágenes del frente del este de las distintas operaciones que tuvieron lugar entre el verano de 1942 y el verano de 1943.

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