Se trata del as femenino con más derribos confirmados de todos los tiempos. Voló en el distinguidísimo 73º Regimiento de Caza de la Guardia junto a los «cazadores libres» y se distinguió de manera especial durante las batallas de Stalingrado, Kursk y Rumiantzev.
Lydia Litvak, una moscovita nacida en 1921, ya llevaba cuatro años volando aviones cuando Alemania lanzó la operación Barbarroja para la invasión de la Unión Soviética en junio de 1941. Inmediatamente acudió a la llamada de pilotos femeninos para la renqueante fuerza aérea soviética, siendo aceptada, después de engordar su historial de vuelo, y destinada al 586º Regimiento de Caza de Marina Raskova, formado en su integridad por mujeres. Tras un breve entrenamiento de emergencia, ella y sus compañeras aviadoras fueron destinadas con sus Yak-1 a Saratov en el río Volga, un poco al norte de Stalingrado. Obtuvo sus dos primeras victorias combatiendo en una unidad masculina sobre Stalingrado el 5 de septiembre a los mandos de un La5. Las víctimas fueron un Ju-88 de manera compartida y poco después un Me-109 en solitario.