Al contrario de lo que se ha dicho a menudo, la “División de Pickett”, entendida como una unidad militar concreta y completa, no participó en su totalidad en la última carga de Gettysburg. Hoy nos vamos a referir, precisamente, a esas unidades que, por diversos motivos, permanecieron muy lejos a retaguardia, como las brigadas de Jenkins y Corse, o a aquellas cuya misión en el campo de batalla no se encontraba en primera línea, sino bombardeándola.
El general Lee tuvo que discutir largo y tendido para que el presidente Jefferson Davis y su secretario de guerra, John Seddon aceptaran su plan de invasión del norte. En aquellos momentos en la confederación se discutía y se argumentaba agriamente sobre la mejor estrategia a seguir para ganar la guerra, y una de las facciones más poderosas, el “Western Concentration Bloc”, abogaba tenazmente por reforzar los frentes del medio oeste en vez de operar en la vieja Virginia.
En medio de estos debates, la División de Pickett, desplegada al sur de Richmond, había sido seleccionada para partir hacia el oeste, pero Lee la rescató, aunque no al completo. Las tropas de Garnett, Kemper y Armistead marcharían hacia el norte, las de Jenkins y Corse no. Cedamos la palabra al propio George Pickett. “Una brigada, la de Jenkins, se quedó en el Blackwater. Corse tuvo que quedarse en Hannover Junction vigilando por orden mía cuando recibí la orden del general comandante del Ejército que me instruía para que me dirigiera a Culpeper Court House con mi división si podía dejar el cruce [de Hannover]. Deseoso de cumplir con sus deseos, marché de inmediato con tres brigadas, dejando órdenes a Corse para que me siguiera en cuanto fuera relevado, y envié un oficial de mi Estado Mayor a Richmond para informar de la situación al ayudante-general, informando también, tanto por medio del telégrafo como por carta, al general comandante”. “Me quedé con tan solo tres brigadas –escribió más adelante–, no más de 4795 hombres, y salvo que se me de la seguridad de que las tropas ausentes se reunirán conmigo, solicito que se envíe otra brigada a esta división […] no pido esto con la intención de quejarme, sino como un mero acto de justicia para con mi división y para conmigo, pues es bien sabido que se exigirá de una división pequeña que cumpla con la misma tarea que una grande y, tal y como está distribuido en el Ejército en este momento, me temo que mi división será la más débil”. Proféticas palabras, pues a la división se le pediría, el 3 de julio, que ganara la batalla.
La otra fuerza que permaneció en retaguardia y no cargó contra las líneas federales, fue la artillería. Cada división del Ejército confederado de Virginia del Norte operaba acompañada de una artillería orgánica propia, normalmente organizada en un batallón, que en el caso de la división que nos ocupa fue el 38.º Ligero de Virginia.
Esta unidad, que estuvo bajo el mando del comandante James Dearing, constaba de cuatro compañías (o baterías), todas ellas denominadas según su lugar de origen. Así, la Compañía A era la Artillería de Fauquier, la B la Compañía de Artillería de Richmond Fayette, la C la de Hampen, y la D la de Lynchburg. Todas eran de Virginia. Sin embargo, todas ellas fueron conocidas mayoritariamente por los nombres de sus jefes. Pasemos a citarlas pues de este modo, indicando el número de piezas de que dispuso cada una.
La primera (Fauquier) fue la Batería de Stribling, compuesta por dos piezas de ánima rayada Parrot de 20 libras –los cañones más grandes utilizados en la guerra y una relativa rareza en el Ejército confederado, aunque poco apreciados por el peligro que entrañaba su manejo– y 4 cañones Napoleón de 12 libras, la pieza de artillería estándar de la época, llamada así no por Napoleón I, sino por su sobrino Napoleón III, emperador de Francia durante aquellos años. Podemos añadir que, si bien las baterías unionistas estuvieron compuestas siempre por seis piezas, en el caso confederado esto fue una rareza, como veremos a continuación.
Efectivamente, las otras baterías solo tenían cuatro piezas cada una. La de Macon (Richmond Fayette), dos Parrot de ánima rayada de diez libras y dos Napoleón de 12, mientras que la de Caskie (Hampden), desplegaba un cañón de ánima rayada e 3 pulgadas, un Parrot de diez libras y dos napoleones. Llegados a este punto, es interesante comentar otra de las características de las baterías confederadas: la diversidad de modelos. Si los federales, gracias a su capacidad industrial y económica, casi siempre consiguieron homogeneizar el tipo de piezas de sus baterías, los confederados no, con los comprensibles problemas de suministro que ellos les causó en sus campañas. Finalmente, la última Batería fue la de Blount (Lynchburg), esta si homogénea, con cuatro cañones Napoleón de 12 libras.
Respectivamente, las baterías confederadas estuvieron servidas por 134, 90, 90 y 96 hombres, sufriendo 5, 5, 4 y 10 bajas. Como se puede ver, era mucho menos arriesgado ser artillero que infante.
En todas las guerras ha sido menos arriesgado ser artillero.
Por otra parte, ya me parecía a mi que era una división demasiado pequeña para lo normal en la Sur. Si le faltaban dos brigadas y estas eran del tamaño de las tres presentes en la batalla, significaba que la división podía rondar los 8.000 hombres. Pero ¿hubiera supuesto alguna diferencia haber costado con 1500 hombres más ese día?