Cuando se habla de pilotos suicidas en la Segunda Guerra Mundial se piensa generalmente en los japoneses, quizá algo en los soviéticos, pero son menos conocidos los proyectos alemanes de la Luftwaffe en los últimos años de la guerra.
En la segunda mitad de 1941, cuando las fuerzas alemanas avanzaban inexorablemente en el interior de la Unión Soviética, la atenazada Fuerza Aérea Roja comenzó a recurrir cada vez más a tácticas suicidas. Los ataques o embestidas aéreas (tarán, del ruso таран, que significa “airete”) contra bombarderos alemanes se dieron con cierta frecuencia (según las fuentes soviéticas la mayoría de los pilotos sobrevivían a dichos encuentros).