El 19 de Julio de 1940 Adolf Hitler toma la palabra en el Reichstag y deja entrever a los asistentes la posibilidad de firmar un acuerdo de paz con Gran Bretaña. Polonia, Dinamarca, Noruega, Holanda, Bélgica y Francia han caído en campañas relámpago.

La “cuestión” polaca, que se salda con la declaración de guerra de Francia, primero y Gran Bretaña después el 3 de septiembre de 1939, está casi concluida de no ser por la determinación de Churchill a no acordar términos de paz con el III Reich. Los británicos, a pesar de hallarse en una situación militar, social y política casi desesperada, tiene como única esperanza militar su aún casi intacta Royal Navy, la confianza de poder involucrar a los EE.UU. en el conflicto (o al menos su apoyo comercial/político) y contar con la asistencia soviética en un futuro próximo.