Tras sufrir bajas excesivas en las campañas del año 40 y 41 tal y como explicábamos en la primera parte de este reportaje y, probablemente, comprender que a este ritmo las SS se agotarían antes de cumplir su objetivo de convertirse en la fuerza armada del partido y sustituir al Heer como ejército de la futura Alemania, los mandos de las unidades y de la organización tuvieron que ponerse a buscar los medios necesarios para evitar la sangría.
![Un panzer 4 de las SS en marzo de 1943](https://www.gehm.es/wp-content/uploads/2016/07/Mito-SS-4.jpg)
Por supuesto, reducir el fanatismo de la tropa no era una opción, pero este, junto con la idea de ser una élite distinta y mejor permitió que se elevara el entrenamiento de los reclutas entrenándolos en condiciones muy parecidas a las que se encontrarían en los campos de batalla. Fue Theodor Eicke, quien había sido comandante del campo de concentración de Dachau y comandante en jefe de la División Totenkopf, mayoritariamente formada por antiguos guardias de los campos, quien se encargó de diseñar este nuevo sistema de adiestramiento.