En las últimas dos entradas de esta serie, dedicada a los informes del comandante en jefe alemán en el oeste, Erwin Rommel, transcribimos, del informe del 9 de julio, el análisis de situación general, y los párrafos dedicados a las intenciones del enemigo y la situación en el mar. Pasamos ahora a transcribir los dos últimos apartados, dedicados a las otras dos grandes cuestiones que preocupaban al mando alemán durante la campaña: la situación en el aire y en la retaguardia.
La situación en el aire.
La actividad aérea enemiga es muy densa, solo interrumpida, temporalmente, por las condiciones climáticas.
Las salidas de cazas y cazabombarderos se concentran en la zona de combate y en el apoyo a las tropas terrestres. Los ataques son continuos, contra todo tipo de posiciones, depósitos de munición y suministro, y contra los desplazamientos, incluso muy lejos en la retaguardia. Algunas salidas de cazabombarderos aislados han llegado incluso hasta el Loira. Poderosas fuerzas de caza cubren el campo de batalla y dificultan las operaciones de la Luftwaffe.