La progresiva dificultad para encontrar hombres voluntarios con los que nutrir el ejército llevó a finales del siglo XVIII al rey Carlos III a establecer una ordenanza que implantó en el país el sistema anual de quintas, siendo este el origen de lo que posteriormente sería el servicio militar obligatorio.
De este modo, lo que en el imaginario colectivo sería más tarde conocido como la “mili” pasaría a formar parte de la vida cotidiana de millones de españoles, que durante muchas generaciones tuvieron que dedicar una parte de su vida a cumplir con las obligaciones militares que les imponía el país.