Viento divino – El fenómeno kamikaze japonés (XXXI). Las Ohka en Okinawa (II)

Entre tanto, en el Piquete de Radar 1, el destructor USS Cassin Young había sufrido graves daños por el impacto de un avión kamikaze. Los destructores Stanly y Lang recibieron órdenes de acudir en su rescate, siendo atacados a su vez por aviones kamikaze durante le trayecto.

En 20 minutos, mientras los destructores maniobraban bajo una Patrulla Aérea dirigida por el director de la caza a bordo del Stanly, se acercaron más aviones kamikaze. Entre ellos había bombarderos Betty con bombas Ohka en sus panzas. Picando a través de la pantalla de cazas y luego nivelando aparentemente inermes del intenso fuego antiaéreo de 20 mm y de 40 mm del destructor, una bomba Ohka impactó en la proa del Stanly por el costado de estribor.

El cohete kamikaze atravesó la proa del buque y salió por el lado de babor antes de explotar. El Stanly estaba todavía en condiciones de defenderse y unos minutos más tarde sus artilleros divisaron una segunda Ohka. El piloto mostraba una gran habilidad y determinación, pasando bajo sobre el destructor y tratando de cortar la bandera de su mástil y luego tratando de girar para el ataque. El fuego antiaéreo concentrado de 40 mm arrancó una de las alas de la Ohka y el cohete se estrelló contra el mar a unos 1.800 metros de distancia. Solo tres marineros del Stanly habían resultado heridos por el impacto de la primera Ohka, los restos de cuyo piloto habían quedado aplastados contra los mamparos en el interior de la proa.

Los días 14, 16 y 28 de abril, las misiones Ohka fueron enviadas desde Kanoya contra los barcos fondeados en Okinawa. Se efectuaron 7 salidas de Ohka el 14 de abril sin que se registrasen éxitos, y ninguno de los Betty que las llevaban regresó.

El 16 de abril, como parte del tercer ataque de la operación Kukusui, despegaron 6 Betty con sus respectivas Ohka contra la Fuerza Operativa 57 de la Royal Navy, mandada por el almirante Philip Vian y compuesta por 4 portaaviones: HMS Formidable, Indefatigable, Indomitable y Victorious. Estos navíos estaban llevando a cabo operaciones de hostigamiento contra los aeródromos japoneses de el sur de las Ryukyus.

Los equipos de dirección de la caza de los portaaviones detectaron a las rapidísimas Ohka en el radar, pero fue necesario activar ninguna acción de intercepción: las bombas pilotadas habían sido lanzadas demasiado lejos de sus blancos y acabaron estrellándose contra el mar. Es muy probable que la cuarta salida de Ohkas desde Kanoya, que se produjo el 28 de abril corriese esta misma suerte.

El alcance efectivo de las Ohka se estimaba en algo menos de 80 kilómetros en las fuentes japonesas, en algunas se hablaba incluso de 32 kilómetros. Sin embargo, solo se demostraron efectivas cuando fueron lanzadas a corta distancia, unos 16 kilómetros o menos. Estos lanzamientos a corta distancia solían producirse cuando los cazas de la CAP estaban ocupados derribando a los aviones kamikaze atacantes, lo que les daba a los Betty una ventana de oportunidad.

La escasez crónica de combustible de aviación y de pilotos para los aviones de escolta significaba que, cuando se empleaban al margen de ataques masivos de aviones kamikaze, las Ohka eran fácilmente derribadas con sus bombarderos nodriza o lanzadas inútilmente a grandes distancias. Con todo, el 4 de mayo de 1945, durante el quinto ataque de la operación Kikusui, las Ohka se emplearon con éxito. Siete Betty con sus Ohka despegaron de Kanoya con destino a Okinawa, conde se habían llevado a cabo intensos ataques aéreos contra los barcos aliados desde el amanecer.

Poco antes de las 9.00 horas, el Piquete de Radar 14 detectó un Betty solitario a unos 9 kilómetros de distancia. Los aviones de la CAP fueron dirigidos hacia la amenaza, que logró lanzar la Ohka antes de ser derribado. Una neblina de humo procedente de los transportes anclados frente a las playas de Hagushi limitaba la visibilidad a menos de 2.000 metros, y la Ohka fue perdida de vista hasta que salió repentinamente de la niebla a 900 metros de los barcos que formaban el piquete.

Ignorando el fuego antiaéreo de 40 mm, la Ohka viró hacia el minador USS Shea e impactó con su tremenda velocidad en la estructura del puente por la amura de estribor y estallo en el costado de babor. Con toda la obra muerta y la cubierta convertida en un montón de hierros retorcidos, 27 hombres muertos y 91 heridos, el Shea logró llegar al fondeadero de Hagushi, pero fue su última misión en la guerra.  Algo más tarde y un poco más al norte, el barreminas USS Gayety tuvo a dos heridos cuando una Ohka lo rozó y se estrelló en el mar por poco. Solo un bombardero Betty de los siete regresó ese día a Kanoya de su misión.

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