Os dejamos más imágenes de las columnas blindadas aniquiladas por los soviéticos en las cercanías del lago Balatón.
Son los restos de la Operación Despertar de Primavera, condenada al fracaso de antemano.
Os dejamos más imágenes de las columnas blindadas aniquiladas por los soviéticos en las cercanías del lago Balatón.
Son los restos de la Operación Despertar de Primavera, condenada al fracaso de antemano.
El 8 de Julio, mientras los tanques del II Cuerpo Pz de las SS habían girado hacia el Oeste para ayudar al XXXXVIII Cuerpo Panzer (GD, 3 Pz y 11 Pz), que avanzaba bastante por detrás, sobreexponiendo en consecuencia el flanco izquierdo del cuerpo SS, a los rusos se les presenta la oportunidad de destrozar las posiciones ocupadas por las divisiones SS , que ahora se encuentran apenas sin tanques.
Franz Staudegger y su Tigre detuvieron a una Brigada Blindada soviética
La decisión de Hoth (4º Ej. Panzer) de virar los tanques de las SS (Das Reich y Leibstandarte) hacia el Oeste puede costar la batalla. Además, la Totenkopf tampoco está disponible para cualquier imprevisto, porque está realizando un intercambio de posiciones con la 167 Div. de infantería. El flanco del Este está sobreextendido y ahora está sin Panzers.
La teoría operacional alemana tuvo su origen en dos circunstancias muy concretas: por un lado que Alemania, rodeada de enemigos superiores a ella en algún aspecto: humano, industrial, comercial… se veía obligada a derrotar a sus enemigos con rapidez, para evitar que estos pudieran desplegar todos sus medios en una guerra de largo alcance que Alemania no podía soportar.
Por otro las teorías, anteriores al inicio de la Segunda Guerra Mundial, que promovían una guerra de movimientos rápidos para derrotar al enemigo mediante una batalla de aniquilación: Vernichtungsschlacht. Estas teorías, que tenían su origen en el ejemplo de la antigua batalla de Cannas y en la más contemporánea, batalla de Sedan de 1870, habían llevado a la escuela de Schlieffen a plantear una maniobra que llevara al cerco y a la destrucción del ejército enemigo en una única batalla. En el verano de 1914 esta maniobra fracasó, enfriando en gran medida al Estado Mayor alemán con respecto a las posibilidades de la guerra móvil.
Sin embargo, pensadores como Guderian, y sobre todo Manstein, y la aparición de nuevos medios técnicos como los carros de combate y los aviones, volvieron a poner la cuestión sobre el tapete: el resultado, no sin muchas discusiones, fue el plan operacional que derrotó al ejército franco-británico en mayo de 1940. Aquel fue el inicio de la llamada Blitzkrieg.
En la entrada anterior de esta serie nos dejamos uno de los tres elementos fundamentales del <<impulso>> operacional: la sorpresa. En esta nos referiremos brevemente a dos conceptos clave de las operaciones del Ejército Rojo: Maskirovka y Razvedka.
La primera es el arte de la disimulación y de la intoxicación, la que más tiene que ver, en consecuencia, con la consecución de la sorpresa operacional. A lo largo de la guerra el Ejército Soviético desarrolló complejas técnicas para lograr este objetivo, que podemos desglosar, entre otros, en los siguientes objetivos parciales: evitar que el enemigo pueda localizar las concentraciones de fuerza propias; disimular los objetivos que se pretenden, y la profundidad a la que se hallan dentro del dispositivo enemigo; engañar al enemigo con respecto al centro de gravedad del ataque por venir, incluso sobre la existencia futura misma de dicho ataque.
Cada uno de estos aspectos se lograba de maneras determinadas. AsÃ, por ejemplo, los desplazamientos de las tropas se hacÃan solo de noche, y con todos los faros apagados, o cuando habÃa una niebla lo suficientemente espesa como para evitar que las columnas fueran detectadas por la observación enemiga. Además, durante el dÃa, las tropas debÃan quedar camufladas en bosques, barrancos, edificios o bajo redes de camuflaje, de modo que no pudieran ser localizados por la observación aérea alemana.
Veremos hoy de la mano de las memorias de Hans Rudel un ejemplo típico del concepto operacional soviético de la Batalla en Profundidad.
Una de estas penetraciones blindadas en profundidad llegó por sorpresa, durante una glacial noche de invierno ucraniana, en un aeródromo de caza de la Luftwaffe distante unas millas del aeródromo donde estaban basados los Stukas de Rudel. De repente, aparece el oficial de guardia agitadísimo, despierta a Rudel y le comunica que varios pilotos de un aescuadrilla de caza del aeródromo vecino acaban de llegar para pedirle que despegue inmediatamente: varios carros rusos, al parecer, han hecho irrupción súbita en su aeródromo, Malaya-Wisky; y se han puesto a destruir los aviones, entrando finalmente en el pueblo para disparar a bocajarro contra las ventanas de los alojamientos de las dotaciones y personal de campo.
Contaba un piloto: «Nos despertamos por los cañonazos. Por al calle pasaban los carros rusos, sobre los que iban montados soldados de infantería. Nos escapamos a toda velocidad». En efecto, los pilotos llevaban bajo su capote tan sólo un pijama. Rudel reflexiona, un ataque inmediato no serviría de nada, ya que con la ocuridad de la noche no se podría atacar a los carros. Por otra parte, un ataque con bombas para dispersar a los soldados de infantería no es eficaz, y menos entre material propio o entre casas donde hay tropas alemanas.
En la última entrada hablamos del <<impulso>> operacional soviético como combinación sinérgica de tres elementos: velocidad, masa y sorpresa. En esta entrada nos vamos a centrar –dentro del marco de la batalla profunda- en los dos primeros: ¿Cómo introducir una masa a toda velocidad hacia el interior de la retaguardia enemiga?
La cuestión clave se articula en torno a dos preguntas: cuando, y como.
La primera cuestión: <<cuando>> tenía que ver con la elección del momento en que los carros de combate debían entrar en combate. La experiencia acumulada a lo largo de la guerra había llevado al Ejército Rojo a abrir sus batallas con la que tal vez fuera su arma más importante: la artillería. Todo ataque venía precedido por concentraciones masivas a cargo de unidades de <<artillería de ruptura>> cuya dos funciones básicas eran machacar las primeras líneas enemigas y crear una barrera de fuego que precediera el ataque a las líneas siguientes. Tras el bombardeo artillero venía la infantería, encargada de romper la defensa contraria y abrir paso a los blindados.
Los memorialistas alemanes, y buena parte de la primera historiografÃa sobre la segunda guerra mundial, se encargaron en su momento de dar una explicación muy clara a los reveses sufridos por el Ostheer a partir de la segunda mitad del año 1943: los inmensos recursos humanos y materiales del Ejército Rojo. Es decir, que a pesar de ser mucho más eficaces y estar mucho más preparadas, las fuerzas armadas alemanas en el este fueron derrotadas gracias al rodillo soviético.
Sin embargo tal vez no fuera exactamente asÃ. Ya desde los años 20 y 30 el Ejército Rojo, gracias a personalidades como Tujachevski, Isserson, Triandafilov o Varfolomeev, por citar a los más relevantes, habÃa desarrollado una teorÃa operacional compleja, la de la <<batalla en profundidad (Operativnoe Isskustvo)>> Este es el concepto que queremos explicar en esta entrada.
Para empezar, debemos anotar que esta teorÃa se basaba en concebir lo militar, la guerra, como un SISTEMA. Dicho sistema, de un modo parecido a los sistemas biológicos, esta compuesto de multitud de elementos distintos: unidades, mandos, logÃstica, comunicaciones, industria, polÃticos, obstáculos naturales⦠todos ellos relacionados por la COMUNICACIÃN, elemento clave que permite que el sistema funcione.