20 de diciembre de 1941 – Guderian se enfrenta por primera vez a Hitler (I)

Con la ofensiva sobre Moscú a punto de convertirse en una catástrofe, Heinz Guderian voló por su cuenta hasta el cuartel general de Hitler en Prusia Oriental con la esperanza de convencerlo de la necesidad de una retirada. La osadía le costaría el puesto y la carrera.

¡Frailecito, frailecito, vas a dar un mal paso! le espetaron los colegas de Guderian cuando les comunicó su decisión de ir a ver a Hitler. Sabía que no iba a ser fácil hacer comprender al Führer mis puntos de vista Pero en aquel tiempo aún confiaba en que nuestro mando supremo fuera receptivo a unas explciaciones sensatas si procedían de un general con experiencia en el frente. Con esta confianza iba en el vuelo desde el frente invernal al norte de Orel, hacia la lejana Prusia Oriental, donde se hallaba bien provisto y bien caldeado el Cuartel General del Führer.

El 20 de diciembre de 1941 a las 15:30 aterricé en el áeródromo de Restenburg. Mi confernecia con Hitler , de cinco horas de duranción, solo fue interrumpida por dos pausas de media hora, para la comida y para la proyección del noticiario que Hitler tenía por costumbre ver.

Hacía las 18 horas fui recibido por Hitler en presencia de Keitel, Schmundt y algunos otros oficiales. No tomó parte en esta conferencia el jefe del Estado mayor del Heer, ni ningún otro represnetatne del OKH, de entre los actuales comandantes en jefe ascendidos por Hitler después del relevo del mariscal de campo von Brauchitsch. Estaba yo, pues -como ya sucediera el 23 de agosto de 1941, frente a la camarilla del OKW. MIentras Hitler se dirigía hacia mí para saludarme, recibí por primera vez con extrañeza una mirada helada, hostil; vi un destello en sus ojos que me produjo la sesación de que estaba prevenido en contra mía. La tétrica iluminación del reducido espacio reforazaba la penosa impresión.

El informe empezó con mi descripción de la situación estratégica del 2 Panzergruppe y del 2 Armee. Seguidamente abordé el punto de vista de que ambos éjercitos en la posción Susha-Oka retrocedieran por separado, recordando que tal cuestión la había sometido al criterio del mariscal von Brauchitsch en Roslwal, el día 14 de diciembre y había recibido su aprobación. Estaba convencido de que Hitler había sido informado de ello. Pero cual no sería mi sorpresa cuando exclamó con violencia: ¡No, lo prohibo! Aununcié que se estaba realizando el movimieno dipuesto y que delante de esta línea fluvial no existía ninguna posición favorable. Si quería conservar las tropas y fijar una posición que pudiera mantenerse durante el invierno, entonces no cabía otra solución.

Hitler: ¡Entonces tendrá usted que incrustarse en el terreno y defenderlo palmo a palmo!

Yo: Incrustarme en el terreno no es posible ya en ninguna parte. El hielo alcanza metro y medio de profundidad y nosotros con nuestros débiles útiles de fortificacio¡ón no podemos llegar a la tierra blanda.

Hitler: Entonces debe usted hacer fuego con obuses pesados de campaña, para formar una posición de embudos, como hicimos en Flandes durante la IGM.

Yo: En la IGM nuestras divisiones tenían que defender en Flandes sectores de 4 a 6 kilómetros y para su defensa contaban con dos o tres grupos de obuses pesados y en proporción con abundantes municiones. Mis divisiones tienen que defender sectores de 20 a 40 kilómetros de frente y cada una solo posee 4 obuses con unos 50 disparos por pieza. Si quisiera emplearlos para formar embudos, conseguiría hacer 50 pozos poco profundos y de pequeño tamaño rodeados de negras machas, pero nunca una posición de embudos. En Flandes nunca hubo temperaturas comparables a las que sufrimos ahora. Además necesito mis municiones para defenderme de los rusos. Cuando queremos tender líneas telefónicas, hemos de producir voladuras para poder clavar los palos puntiagudos. ¿De dónde sacaríamos munición suficiente para construir una posición de tal extensión?

Hitler se mantuvo firme en que se llevara a cabo la defensa donde estábamos.

Yo: Eso significa el paso a la guerra de posiciones en terreno inaduecuado como en el frente occidental en la IGM. Entraremos en la misma batalla de material y experimentaremos las mismas espantosas perdidas que en aquel tiempo, sin poder luchar para conseguir un desenlace. Ya en este invierno sacrificaremos la sangre de nuestros cuerpos de oficiales y suboficiales y de quienes les sustituyan, y este sacrificio será inútil y además irremplazable.

Hitler: ¿Cree usted que los granaderos de Federico el Grande morían con gusto? También querían vivir, y sin embargo, estaba el Rey autorizado para pedirles el sacrificio de sus vidas. Me creo autorizado en el mismo caso para exigir a todos los soldados alemanes el sacrificio de sus vidas.

Yo: todo soldado alemán sabe que en la guerra ha entregado su vida a su patria, nuestros soldados han demostrado hasta ahora que están realmente dispuestos a aceptar este sacrificio. Pero este sacrificio solo se puede exigir cuando es provechoso. La solución que se me indica condirirá a pérdidas desprorporcionadas con los resultados alcanzados. En primer lugar en la propuesta que yo he presentado, en la posición Susha-Oka, como resultado de los combates de otoño, hay posiciones construidas y protección contra el clima. Ruego que se piense en el intensísimo frío, nos ha hecho casi el doble de bajas que el fuego enemigo. Quien haya visto los hospitales de congelados, sabe la importancia que esto tiene.

Hitler: Se que usted se ha movido mucho y ha estado siempre junto a las tropas. Pero estaba demasiado próximo a los sucesos y se ha dejado impresionar demasiado por los padecimeintos de los soldados. Tiene usted demasiada indulgencia con ellos. Debería separarse más del frente. Créame usted, alejándose se ven las cosas con más claridad.

Yo: Evidentemente es mi deber suavizar en cuanto pueda los sufrimientos de mis soldados. Peo esto es difícil si los hombres aún no tienen vestuario de invierno y la infnantería en su mayor parte , corre de un lado a otro con pantalones de verano. Faltan botas, ropa interior, guantes , pasamontañas, y los que hay se encuentran en el más lastimoso estado.

Hitler estalló: Eso no es cierto. El Intendente General me ha informado que el vestuario ha sido enviado.

Yo: Concedo que haya sido enviado, pero no ha llegado Sigo con interés su camino. Ahora está en la estación de Varsovia y tardará seis semanas en llegar desde allí a conscuencia de la falta de locomotoras y obstrucciones en la circulacón, si no tarda más. Nuestras demandas en septiembre y octubre fueron bruscamente rechazadas y ahora es demasiado tarde.

Fue llamado el intendente General y confirmó mis aseveraciones.

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Fundamentos de la Guerra Blindada según Heinz Guderian (II)

Dejamos la segunda parte de las disquisiciones que sobre la guerra blindada publicó el general Guderian allá por el año 1949.

VELOCIDAD DE MOVIMIENTO

El tercer factor del éxito es “la gran velocidad de movimiento”. Al día siguiente de la ruptura de Sedán en 1940, el cuerpo de ejército de Guderian avanza 165km y después de la ruptura del frente del Aisne en junio de 1940 (desde el mar a la frontera suiza), las tropas de Guderian cubren diariamente un promedio de

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Fundamentos de la Guerra Blindada según Heinz Guderian (I)

Veremos hoy algunas apreciaciones que hace Heinz Guderian sobre aspectos clave de la guerra blindada que no pudimos comentar en el Histocast 62 – Vidas Paralelas: Patton-Guderian por falta de tiempo.

MANDO Y DIRECCIÓN

El estudio de la influencia del Mando en las fuerzas acorazadas alemanas comienza mucho antes de la guerra. Guderian busca la renovación de un viejo principio básico de la Caballería: “El jefe debe situarse muy a la vanguardia” para poder ver por sí mismo lo que ocurre y lo que sucede con las unidades de reconocimiento, y así dar las órdenes rápidamente. En el caso de grandes unidades que avancen en diversas columnas Guderian establece que el Jefe debe ir con la columna más importante; pero siempre también con un ojo en sus reservas ya que de otro se toda posibilidad de ejercer un verdadero mando.

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Guderian podría haber traicionado a Hitler urdiendo planes secretos para terminar al guerra

Cuando el 21 de julio de 1944, día siguiente al intento de asesinato de Hitler, Heinz Guderian fue nombrado Jefe de Estado Mayor del OKH, empezó para él una época dura y llena de discusiones con Hitler, que duraría hasta su cese <<por motivos de salud>> el 28 de marzo de 1945.

Desde el segundo semestre de 1943 Hitler se había ido preocupando cada vez más por el frente occidental, donde cada vez era más cercano un posible desembarco anglo-estadounidense. Durante los primeros meses de 1944 esta situación se tradujo en una absoluta primacía de este frente en todo lo que a recursos militares se refería, en detrimento del frente soviético, donde la Wehrmacht aún podía disponer de mucho espacio estratégico.

En esta foto puede verse una de las muchas reuniones de Hitler con sus jefes militares. En concreto destacan Göring, a la izquierda, y Guderian, a la derecha.

La ofensiva soviética <<Bagration>> provocó que este espacio empezara a menguar a toda prisa, y causó una honda inquietud en los altos mandos alemanes, incluido el propio Hitler, quien, el 19 de julio de 1944, ordenó que volvieran a ponerse en condiciones las fortificaciones de la frontera este. Este cambio de mentalidad de Hitler coincidió con el plan de fortificación presentado poco después por Guderian para la creación de un muro del este, que Hitler aprobó el 27 de julio.

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Nemersdorf, octubre de 1944, razón de peso de la resistencia alemana en el Este

Es el 21 de octubre de 1944, los elementos de punta de la 25ª Brigada Blindada de la Guardia, bajo el mando del Coronel Bulyguin, acaban de tomar un puente intacto sobre el río Angerapp, que utilizan para cruzar a la orilla occidental y conquistar la localidad de Nemmersdorf, 10 kilómetros al suroeste de Gumbinnen, en Prusia Oriental. El significado de la captura de esta localidad de 637 habitantes no solo es importante, políticamente, por ser una de las primeras localidades capturadas en suelo alemán, sino que también lo es militarmente porque desde allí ha quedado quebrada la línea defensiva fortificada que se opone al avance del 2º Cuerpo de Ejército Blindado de la Guardia, y al 3er Frente de Bielorrusia. Desde allí los soviéticos pueden lanzarse hacia el oeste y el noroeste, por terreno despejado, y arrasar la retaguardia del 4º Ejército alemán. Para oponerse a ello los alemanes solo pueden desplegar algunas unidades del Volkssturm, que serían fácilmente arrolladas por los carros soviéticos. No hay nada más, la derrota en Prusia Oriental podría ser una realidad en cuestión de días.

Carro ruso destruido en las afueras de Nemmersdorf.

Pero no será así.

El Mayor-General Budeiny, jefe del 2º Cuerpo de Ejército Blindado de la Guardia, ordena un avance inmediato, pero la brigada no se moverá en 36 horas, un tiempo que aprovecharán los alemanes para desplegar, a cada lado de la penetración blindada soviética, fuerzas considerables:

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«Trommelfeuer», infierno artillero en los altos de Seelow.

<<A las 03:00 [hora de Berlín] del 16 de abril de 1945, 40.000 cañones abrieron fuego simultáneamente. Es como si el valle entero se hubiera levantado y hubiera desaparecido. Todo el valle del Oder es sacudido durante el sueño. 40.000 cañones, es decir, un total de 333 cañones por kilómetro. En la cabeza de puente se puede ver como si fuera pleno día. El huracán de fuego alcanza los altos de Seelow. Parece que la tierra toca el cielo, en medio de un muro de fuego muy denso. Lo que no está sólidamente sujeto se cae de las estanterías y de los armarios. Rápidamente estamos cubiertos de polvo y restos. Ninguno de nosotros ha conocido antes algo similar, ni creyó que fuera posible. No hay escapatoria. La mayor concentración de artillería de la historia se encuentra directamente ante nosotros. Tenemos la impresión de que cada metro cuadrado de tierra va a ser volteado.>>

Posiciones de la artillería soviética, no lejos del Oder.

Así describió un subteniente alemán el brutal bombardeo soviético que empezó la última batalla decisiva de la Segunda Guerra Mundial en Europa, el asalto soviético a Berlín.

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