SAN PETERSBURGO. Lo que ha sucedido desde el principio con la movilización parcial rusa es que es una entelequia. Propuesta por Yanushkevich y aceptada por Sazonov como paso intermedio, en realidad el primero no dijo nunca y el segundo no indagó, sobre si esta posibilidad existía realmente o no. Y lo cierto es que no existía. Como ya hemos ido adelantando, en 1914 una movilización exigía un ingente esfuerzo de transporte. Los hombres tenían que ser trasladados a sus puntos de reunión, así como los uniformes, las armas, los pertrechos y los suministros; luego tenían que ser equipados y formados en unidades, y después estas unidades debían ser enviadas a un punto concreto del frente. Y todo este esfuerzo logístico se hacía, fundamentalmente, en tren.
Imaginemos ahora la organización ferroviaria normal de un país europeo de aquella época; y añadamos decenas de miles de trenes y viajeros extra añadidos de un día para otro. Hay que gestionar las vías, los apeaderos, los cambios de agujas… y ahora, imaginemos preparar todo este tráfico extra de la noche a la mañana. Eso suponía el inexistente plan de movilización parcial. Dicho esto, imaginemos ahora que, de repente, toda esta organización improvisada tuviera que ser reconducida al plan original: las tropas redesplegadas, los depósitos trasladados, los trenes desviados… Eso suponía, en caso de movilización alemana, pasar de repente de la movilización parcial a la total.
De esto han hablado, por teléfono, a primera hora de hoy, el Ministro de Agricultura Krivosheim y el Ministro de Asuntos Exteriores Sazonov; y el segundo ha propuesto al primero que promueva una audiencia con el zar para tratar de convencerlo de lo urgente que es pasar directamente a la movilización general.
A las 11:00 Sazonov se reúne de nuevo para tratar este tema, esta vez con Yanuskevich, y entonces será directamente él quien solicite una audiencia con el Zar, que le será concedida para las 15:00.
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