Ha llegado el momento de que suenen los primeros acordes de una opereta cómica. Ante todo, los personajes. Por un lado están el teniente David Dixon Porter, el capitán Montgomery Meigs y el secretario de Estado Seward. Por otro, tenemos al comandante Andrew Foote, el capitán Samuel Mercer, al mando del Powhatan, y el secretario de Marina Gideon Welles.
A modo de obertura, vamos a recordar de qué va la cosa. El luciferino Seward quiere quitarle el Powhatan a Welles para enviarlo a fuerte Pickens en vez de que vaya a fuerte Sumter, y para ello convence al presidente a fin de que avale un plan secretísimo que ponga el buque en sus manos, sin avisar a su contrario para que los confederados no se enteren de lo que está pasando. Una vez obtenido el documento, envía a Porter a Nueva York para que se haga con el navío. Este, se presenta ante Foote y le entrega las nuevas órdenes, que incluyen una instrucción vital, no informar a nadie de lo que está pasando.
Acto primero. Washington, 5 de abril por la noche. Se abre el telón.