EN ALGÚN LUGAR DEL BÁLTICO. Podría decirse que desde las reuniones celebradas en Berlín y Potsdam entre el Kaiser y los representantes austríacos entre el 5 y el 6 de julio todo ha estado más o menos tranquilo. La tensión crece: Rusia se muestra cada vez más a favor de los Serbios, y estos cada vez menos a favor de ceder; Austria prepara su ultimátum, pero no hay mucho más; y el Kaiser se ha ido de vacaciones a bordo de su barco, a navegar por el Báltico tranquilamente, ese mismo Báltico por el que pronto navegará el acorazado francés “La France”.
