La batalla de Santa Cruz (XVII). Últimos Ataques.

A las 10.18 de la mañana del 26 de agosto la batalla parecía agotada. Los aviones embarcados de ambas flotas habían atacado al enemigo, quedando herido el portaaviones japonés Shokaku en el bando imperial, y muy gravemente dañado el Hornet y con un par de agujeros el Enterprise en el caso estadounidense. Entonces, el vicealmirante Kondo, que por lo que sabía de los ataques aéreos propios creía que el enemigo se había quedado sin portaaviones, anunció que iba a atacar con los buques de superficie. Para ello, ordenó al portaaviones Junyo que, escoltado por dos destructores, fuera a reunirse con los portaaviones de Nagumo.

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El Junyo, fotografiado en 1945.

El refuerzo es bienvenido pues el Shokaku estaba en llamas, aunque al menos no había perdido propulsión y se estaba dirigiendo hacia el noroeste a 31 nudos, secuestrando de paso al jefe de la escuadra. Debieron de ser momentos amargos para el vicealmirante Nagumo, que sin duda debió de acordarse como había tenido que abandonar su buque insignia, el Akagi, durante la batalla de Midway. Aun así, pero no sin dudas, decidió, finalmente, trasladar de nuevo su pabellón. Era la segunda vez que se veía obligado a abandonar su navío de mando durante aquella infausta guerra.

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La batalla de Santa Cruz (XII). Dogfight.

Hay algunos problemas para especificar el momento preciso en que los japoneses hicieron despegar su segundo grupo de ataque, en parte debido a que durante el bombardeo del Zuhio el personal de apoyo había arrojado bombas y torpedos por la borda, a fin de evitar una nueva catástrofe como la de Midway. Lo que sí podemos afirmar es que a las 8.10 horas el Shokaku había lanzado varios Zero (entre ocho y cinco, según las fuentes) y una escuadrilla de bombarderos en picado Val (diecinueve o veinte aparatos). También que media hora después el Zuikaku lanzó catorce (puede que dieciséis) torpederos Kate escoltados por cuatro Zero, pero para entonces los aviones del Shokaku ya se habían marchado. También a esa hora, el Hornet aproaba al viento para lanzar su segunda oleada de ataque, con nueve SBD Dauntless, nueve TBF Avenger armados con bombas en vez de torpedos y ocho F4F Wildcat, de los que uno tuvo que volver casi de inmediato. Con ellos marchó el Avenger, desarmado, del capitán de fragata Rodee, para evaluar el ataque.

Photo #: 80-G-182252  Pearl Harbor Attack, 7 December 1941
Un Zero embarcando, despegando del Akagi en la mañana del 7 de diciembre de 1941. Un año después, estos aparatos seguían siendo los reyes del aire.

Con las escuadrillas de ambas flotas dirigiéndose hacia el enemigo, era inevitable que las unidades aéreas de ambos bandos se cruzaran. A las 8.40 horas, el teniente Saneyasu Hidaka, que comanda una escuadrilla de 9 Zero del Zuhio integrada en el primer grupo de ataque nipón, vio como el cielo se llenaba de puntitos. Eran los norteamericanos, y aunque su misión era escoltar a los bombarderos y a los torpederos, el deseo de vengar a su herido portaaviones pudo más que la prudencia e inició la maniobra de ataque.

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