El coronel Faith decidió intentar salir del perímetro y llegar a Hagaru-ri en un solo intento, en lugar de arriesgarse a pasar otra noche en el lugar donde se encontraba. Planeó iniciar la fuga alrededor de las 13:00 para que coincidiera con el ataque aéreo.

Ordenó a las baterías de artillería y a la Compañía de Morteros Pesados que dispararan toda la munición restante antes de ese momento y que luego destruyeran sus armas. Colocó al 1er Batallón, 32º de Infantería, a la cabeza, seguido del 57º Batallón de Artillería de Campaña, la Compañía de Morteros Pesados y el 3er Batallón del 31º de Infantería. Los vehículos semioruga de la Batería D, 15º Batallón de Armas Automáticas antiaéreas, se intercalaron por toda la columna. Para minimizar el peligro de un ataque enemigo, el coronel Faith quería que la columna fuera lo más corta posible, sólo vehículos suficientes para transportar a los heridos. Todos los demás hombres caminarían. Los vehículos, equipos y suministros que no pudieran ser transportados, o que no fueran necesarios para el traslado, ordenó que fueran destruidos. Los hombres seleccionaron veintidós de los mejores vehículos -camiones de 2,5, 3/4 y 1/4 toneladas- y los pusieron en fila en la carretera. Drenaron la gasolina de los otros vehículos y llenaron los tanques de los que se iban a llevar. Luego destruyeron los vehículos restantes con granadas de fósforo blanco o termitas.