Fusiles ametralladores de la Guerra Civil (V): ZB 26/30

Durante el siglo XX algunos países europeos fueron reconocidos y aplaudidos por la calidad de las armas que fabricaban. Uno de estos países fue Checoslovaquia, el cual diseñó y produjo alguna de las armas más utilizadas del siglo.

Fusil ametralaldor ZB 26/30

Su industria armamentística superó incluso el periodo de la Segunda Guerra Mundial y acabó suministrando durante la Guerra Fría modelos fiables, robustos y de gran simpleza. En la década de 1920 y 1930 las armas ligeras de Checoslovaquia eran muy apreciadas y con el estallido de la Guerra Civil Española el gobierno de la Segunda República intentó importar este material desde tan lejanas fronteras.

El empeño republicano se vio recompensado cuando lograron traer armas y material desde aquí. Entre este destacaba el fusil ametrallador –aunque se le ha considerado ametralladora ligera también– ZB 26/30. Los 2.000 ejemplares que arribaron en España lo hicieron en dos envíos entre marzo y abril de 1938, justo unos meses antes de la gran ofensiva que el gobierno lanzaría en el río Ebro.

La ZB 26/30 era un arma robusta con un diseño muy moderno. En sus memorias de la guerra, el teniente coronel Tagüeña afirmó que: «Cuando llegaron las primeras cajas de los fusiles ametralladoras, quedamos admirados de su ligereza y acabado». Lo cierto es que su apariencia externa era ciertamente innovadora y su mecánica sorprendente.

Esta arma en concreto causó sensación en Europa en aquellos años. La patente fue comprada por Reino Unido, que produjo su propia versión en forma de la «Bren». La ZB 26 viajó tan lejos como a China, donde las tropas del Kuomintang del general Chiang Kai-shek la usaron contra los señores de la guerra y los japoneses.

Fusil ametrallador ZB 26/30

Los republicanos dieron buena cuenta de ella en la fase final de la guerra. Tal es así que una vez acabado el conflicto las ZB 26 supervivientes llamaron la atención de las nuevas autoridades franquistas, quienes pidieron más a la fábrica. En la década de 1940, y sobre todo en 1950, España produjo esta arma bajo licencia con el nombre de FAO «Fusil Ametrallador Oviedo» del que se fabricaron más de 10.000 copias. Su uso se extendió hasta finales de la mencionada década cuando empezaron a fabricarse las MG-42/59.

El fusil ametrallador fue usado en la campaña de Ifni-Sáhara en unidades de paracaidistas y legionarios, los cuales volvieron a hacer buen uso de él. En Checoslovaquia fue mejorado en 1952 y exportado a la Cuba de Fidel Castro.

Características;
Longitud: 1.161 mm
Peso: 9,65 kg
Calibre: 7,92 x 57 mm Mauser
Cargador: recto de 20 o 30 cartuchos
Cadencia de disparo: 400 – 500 disparos por minuto

Viene de Fusiles ametralladores de la Guerra Civil (IV): MAC 24/29

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