El Bismarck y la indiscreción del almirante Günther Lütjens (II)

Decíamos el día anterior que en esta época los radares navales ingleses eran mas evolucionados, sin embargo ambos cruceros fueron sorprendidos y detectaron la presencia a solo 13 Km de forma visual, poniéndose en claro peligro de ser destruidos. ¿Qué pasó?

No olvidemos que en ese momento los cruceros navegaban dándole la popa a los alemanes. El Norfolk estaba equipado con un radar tipo 286, este era una evolución del ASV Marca II, y por tanto de antenas fijas de dipolos, con una de transmisión central y dos laterales de recepción, por lo que solo podía ver en la dirección que apuntase la proa del buque; trabajaba a 214 MHz o 1’4 metros de longitud de onda, ¡pan comido para el Metox!

El Suffolk estaba más evolucionado tecnológicamente. Se dotaba de una unidad tipo 279, con antenas trasmisora y receptora independiente, y adecuado para la búsqueda aérea y limitado control de tiro en superficie, trabajando en una longitud de onda de 7’5 metros (3); además disponía de un modelo 285 para control de fuego antiaéreo montado sobre director de tiro (tal como el Bismarck) con capacidad giratoria, pero con un ángulo muerto por popa. Trabajaba a 600 Mhz (longitud de onda de 0’50 metros) y alcance efectivo de 15 millas (24’4 kilómetros), este sí era un problema para el Metox por estar fuera de rango. Su función principal era la localización, fijación y dirección de tiro.

Radar Tipo 286

Ambos cruceros se unirían y dejarían pasar el grupo de combate, desde este momento el trabajo del Metox fue incansable, al igual que el del FuMo 23, pues a las 20:22 cuando el Norfolk salió del banco de niebla para identificar a los intrusos a unos 15 kilómetros (otras fuentes entre 8 y 10), fue inmediatamente recibido por cinco salva de proyectiles que le obligó a cambiar de rumbo y desaparecer entre la niebla. Uno y otro se dispondría por la popa del Grupo Bismarck a unos 18 kilómetros, el Suffolk por estribor y el otro crucero por babor. Desde este momento el martilleo del Metox sería una pesadilla para el almirante alemán, tal como reconoce en sus informes.

Este contacto visual se radiaría y confirmaría la posición del acorzado y crucero de batalla, el vicealmirante Holland con el Hood, Prince of Wales y escolta de destructores acelera y marca rumbo de interceptación. Pero sobre las 00:00 del 25 de mayo, una tormenta hace perder el contacto radar a los cruceros, la esperanza de llegar a los alemanes de momento se desvanece. Sobre la 02:00 el Prince of Wales hace un barrido con su dirección de tiro electrónica, pero no es autorizado a utilizar el radar de descubierta, el resultado es negativo; más a favor de los alemanes, el Metox recibe esporádicamente señales de presencia.

Maqueta de un Swordfish equipado con ASV de Rafi Ben-Shahar

Sobre las 02:47 (4) el Suffolk vuelve a tener contacto radar, Holland recibe la posición y a través de un método de seguimiento diferido el Prince of Wales fija con su dirección de tiro a sus crucero y estos mantiene el contacto con los enemigos. El vicealmirante corrige rumbo y pasa a una arrancada de 28 nudos, se ha dado cuenta de que está mal posicionado, pero no tiene más remedio que ir al encuentro. Las ondas hertzianas han hecho el milagro y la moral y ganas de combatir aumenta en el grupo inglés.

A las 05:25 el Hood realiza su primer contacto radar, el Metox alerta a Günther Lütjens, los FuMo 23 escudriñan a los enemigos, los localizarán y fijaran en sus direcciones de tiro. Cuando a las 5:53 los ingleses abren fuego, la suerte del Hood y Prince of Wales estaba sellada, en los veinte minutos que trascurre desde ese instante hasta las 6:13 que el segundo acorazado se retira tocado, el Hood ha bajado a las profundidades, si bien el Prinz Eugen fue el primero en alcanzarlo en una caja de fuegos del combés, el Bismarck lo ahorquilla a al tercera salva y a la quinta lo vuela. ¡Cómo en los mejores ejercicios de libro de la escuela de guerra!

Radar FuMo 23

Sin duda la electrónica y su uso correcto en el tiempo han propiciado este momento de esplendor de las armas navales alemanas.

Después de este encuentro la fuerza inglesa se retira y los alemanes prosiguen su rumbo sin intentar rematar la faena. El Prince of Wales se une al escuadrón de cruceros que mantenía a distancia la vigilancia electrónica del Grupo Bismarck; cerca del medio día este contacto se pierde y el Metox deja de recibir señales, al parecer el equipo del Suffolk se avería y el del Norfolk había estado dando problemas desde el día 23.

Durante más de seis horas los alemanes se ven libres de presión británica. Hacia las 17:00 el detector del Suffolk comienza a emitir y el sistema pasivo del Bismarck detecta la señal pero el contacto no se llevará hasta algo posterior. Una hora más tarde sabedores los alemanes de la presencia de las unidades perseguidoras gracias a sus sistemas electrónicos, el Bismarck cambian de rumbo y se revuelve contra el Suffolk, disparando contra las unidades inglesas, que prefieren retirarse, momento en el que el Prinz Eugen se separa y desaparece para los ingleses. Con esta maniobra se perdería además el contacto radar.

Mientras tanto había entrado en escena el grupo del portaviones Victorious separado de la Home Fleet hacia las 15:09 con objeto de acercarse en lo posible a la posición del Bismarck, al menos a unas 100 millas para lanzar un ataque aéreo.

Sobre las 21:00 el almirante emite un largo mensaje (más de 30 minutos) que es localizado por radiogoniometría (principalmente Gibraltar e Islandia), esta localización es transmitida a las unidades, incluido Suffolk y Norfolk para retomar contacto. La indiscreción electromagnética jugará a favor de los últimos y en detrimento de los primeros, grave error de la inconsciencia del almirante alemán sobre la guerra oculta en el espacio etéreo.

A las 22:00 el Victorious aproa al viento y diez minutos más tarde comienza el lanzamiento de 9 Swordfish, de los cuales tres están provistos del sistema de detección aérea ASV (radar aéreo embarcado), entra en escena otra dimensión de las ondas hercianas. Si no fuese por este sistema, estos aparatos no hubiesen llegado a su blanco, tan es así que a las 23:27 el ASV marca el objetivo a 16 millas y tres minutos después lanzan su ataque, con tan mala fortuna que el buque elegido es el guardacostas Modoc de la marina americana, afortunadamente abortado a tiempo. Con esta maniobra se pierde el rumbo de convergencia hacia el Bismarck y la marcación del ASV, gracias al seguimiento del Norfolk, este indica rumbo y distancia a la escuadrilla, retomando la operación de ataque que se llevó a efecto sobre la medianoche, como se sabe un solo torpedo consiguió hacer blanco sin consecuencias para el acorazado.

El radar ASV era un sistema aire superficie, utilizado por el Mando Costero de la RAF y los aviones de la Royal Navy, este sistema se basaba en elementos de trasmisión distintos de los receptores que trabajaba a 176 MHz, con longitud de onda de 1,70 metros, con alcance de 36 millas (58 kilómetros) pero con una distancia ciega a 1 milla, es decir a un kilómetro y medio el sistema dejaba de tener contacto, eso sin contar que el estado del mar afectaba a la señal de retorno generando saturación en su pantalla de presentación. Como vemos, era perfectamente detectado por el Metox, y su frecuencia de trabajo como pintar con una brocha gorda, no es de extrañar que pudiese confundir la señal del guardacostas con la mole de 42.000 toneladas, ¡cuándo el Bismarck estaba a solo 6 millas del americano! Pero lo más evidente de la acción anterior es la necesidad de discernir entre señal de amigo y enemigo, no sería este el único episodio durante este acontecimiento.

Hacia a las a 03:06 los cruceros ingleses pierden el contacto radar, pasarán treinta horas hasta que el Bismarck pueda ser marcado por las unidades inglesas, quizás las más angustiosas para el Almirantazgo inglés, pues el acorazado se escapa de la tela de araña urdida en su destino a Brest.

(3). Otra fuente indica 1’5 metros, pero consideramos correcta la del texto.

(4) Otro informe indica a las 03:00.

Viene de El Bismarck y la indiscreción del almirante Günther Lütjens (I)

Sigue en El Bismarck y la indiscreción del almirante Günther Lütjens (III y final)

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