Operaciones de armas combinadas: la 80.ª División de Infantería cruza el río Mosela (II)

Doctrina de cruce de puentes en la Segunda Guerra Mundial

Los manuales FM 100-5 y FM 5-6, Operaciones de Ingenieros de Campaña, abordaban las operaciones de cruce de ríos en 1941. Según el historiador Michael D. Doubler, «la doctrina y las tácticas de los cruces fluviales estaban bien desarrolladas y eran conocidas en todo el ejército norteamericano».

El FM 100-5 dividía los cruces fluviales en tres fases principales: acciones para preparar el cruce, el cruce del río y la explotación del cruce. Este marco apoyaba la consecución de tres objetivos secuenciales: neutralizar la resistencia enemiga inmediata en la orilla opuesta del río, neutralizar los puntos de observación enemigos en terreno elevado más allá de la orilla, y explotar un tercer objetivo distanciado del propio cruce referido al propósito perseguido por la unidad con el cruce del río.

La doctrina hacía hincapié en un enfoque de armas combinadas para preparar el cruce en el que debían participar infantería, blindados, artillería, ingenieros y apoyo aéreo cercano. Con respecto a la preparación del cruce, el FM 100-5 establecía «preparativos especiales, tanto técnicos como tácticos», y críticos con el fin de asegurar el éxito táctico en el cruce de ríos. FM 100-5 hacía hincapié en el reconocimiento del terreno y del enemigo. Consideraba esencial el apoyo cercano de la aviación de combate, así como la obtención y el mantenimiento de la superioridad aérea durante la operación.

La doctrina preveía el uso de la artillería tanto para erosionar las posiciones enemigas en el lado opuesto del río como para realizar demostraciones destinadas a confundir al enemigo en lo relativo a la dirección del esfuerzo principal y al momento del cruce. Por último, el FM 100-5 subrayaba la importancia de incorporar unidades de ingenieros en las primeras fases de la planificación y reconocimiento del cruce con el fin de que pudiesen proporcionar un apoyo más eficaz. Estas técnicas de armas combinadas pretendían crear las condiciones para el éxito de la travesía valiéndose del impulso contra el enemigo.

Durante el cruce, el FM 100-5 establecía que «en general, un atacante debe operar en un frente amplio con varios ataques decididos en ubicaciones separadas». La aplicación de un frente amplio combinado con diversiones y tanteos pretendía confundir aún más al enemigo en cuanto al momento y la localización del esfuerzo principal. En cuanto a la localización exacta del cruce, el FM 100-5 recomendaba la selección de puentes existentes o zonas acuáticas no obstruidas por obstáculos naturales como bancos de arena o islas. La doctrina recomendaba programar el asalto de modo que la primera fuerza de asalto llegase a la orilla hostil justo antes del amanecer, a fin de que las fuerzas disfrutasen de la máxima penumbra durante la maniobra y luz del día para el asalto.

El FM 100-5 recomendaba el uso de lanchas de asalto para la primera y segunda oleadas y hacía hincapié en la importancia de establecer pasarelas y balsas de transbordo inmediatamente después de asegurar la orilla hostil. Determinaba un apoyo continuo de la artillería durante todo el asalto y establecía que «una parte del mando se mantiene en reserva para explotar el cruce más exitoso». Esta construcción doctrinal de fases y transiciones pretendía reducir el riesgo inicial durante el cruce y permitir la explotación exitosa del cruce por parte de la fuerza de asalto.

Tras la toma de la orilla hostil, el FM 100-5 establecía medidas inmediatas que implicaban fases y transiciones deliberadas para evitar la pérdida de impulso del ataque. La primera transición requería la continuación inmediata del ataque por parte de las unidades de infantería hacia el segundo objetivo, el terreno elevado situado más allá del cruce que pudiesen emplear los observadores de artillería enemigos. La segunda transición implicaba el cruce de baterías de artillería individuales a través del río al objeto de proporcionar apoyo continuo a las unidades que asaltaban el segundo objetivo.

Finalmente, una vez asegurado el segundo objetivo, el FM 100-5 enfatizaba la importancia de tender puentes de pontones con el fin de abrir líneas de comunicación a través del río. Eso permitiría el flujo de unidades de combate y de apoyo al frente que avanzasen hacia el tercer objetivo. Unidades como la 80.ª División de Infantería, que aplicaban este procedimiento, esperaban mantener un ritmo operativo suficiente como para plantear múltiples dilemas a los defensores enemigos.

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