Cuando, el 3 de septiembre de 1939, el Reino Unido declaró la guerra a Alemania, el conflicto quedaba muy lejos de las tierras australianas. Sin embargo, estos, que se sentían tan <<británicos>> como los propios ingleses, y a pesar de ser un dominio semiindependiente, pronto empezaron a aportar toda la ayuda militar posible a su asediada metrópoli.
Los primeros elementos que llegaron a la zona de combate fueron los escuadrones de la RAAF (Fuerza Aérea Real Australiana), seguidos por los buques de la flota y por la 2ª Fuerza Imperial Australiana (Australian Imperial Force, la 1ª había sido la enviada durante la Primera Guerra Mundial). El resultado más inmediato de esta ayuda fue que el país quedó completamente indefenso ante las naciones de su entorno. Estamos hablando de Japón.

Mientras la tensión subía en el pacífico, con los japoneses expandiéndose por Asia continental y los Estados Unidos apretando cada vez más el embargo económico; Australia, y