Os dejamos hoy en la sección de descargas GEHM un artículo de Pablo García Sánchez sobre el conflicto ruso-ucraniano, sus orígenes remotos, cercanos y su evolución en los últimos años.
Ucrania saltó al panorama internacional a raíz de los enfrentamientos que se dieron a partir del Euromaidán, como protesta por la no incorporación del país a la Unión Europea. Como consecuencia de esto el gobierno del presidente Yanukovich fue derrocado, dando lugar posteriormente a una fuerte oleada pro-rusa en el este del país, que acabó con la incorporación rusa de Crimea. Sin embargo las tensiones que se han dado en el país no son fruto de un mal gobierno, para comprender qué ha dado lugar a estos hechos primero habremos de
realizar un repaso de la historia de Ucrania, quien a lo largo de su historia ha estado en una constante búsqueda de su identidad al amparo siempre de su poderoso vecino, Rusia.
Ucrania es el segundo país más grande de Europa por detrás únicamente de Rusia. Con una superficie total de 603.550 km2, se encuentra conformada principalmente por estepas y mesetas, y la cruzan importantes ríos como el Dniéper, el Doniets, el Dniéster y el Bug Meridional. Limita con el Mar Negro al sur, la Federación Rusa al este, Bielorrusia al norte y Polonia, Eslovaquia, Hungría, Rumania y Moldavia al oeste
Su situación geoestratégica ha dado lugar a que Ucrania siempre se haya encontrado bajo la influencia y el punto de mira de otras naciones, especialmente bajo la de Rusia. A través de este artículo realizaremos un recorrido a lo largo de la historia de Ucrania para poder comprender cómo esta ha afectado a su configuración actual. Especial atención prestaremos a la trayectoria interna que Ucrania siguió desde la caída de la URSS y el proceso que se ha dado hasta llegar a la gravedad del momento actual, dándose en Ucrania una crisis de identidad como consecuencia de los intereses exteriores a los que ha sido sometida constantemente a lo largo del tiempo. Debido a esto también trataremos de explicar la influencia continua de Rusia y el motivo de sus intereses en Ucrania.
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Pensar que Ucrania no es Rusia es como pensar que Cataluña no es España.
Hoy uno puede comprender que una parte de Ucrania siga el destino que tuvo Portugal y quede separada de la Rusia histórica pese a que el único referéndum que se hizo al respecto fue obtener la independencia manteniendo las relaciones heredadas de la URSS. Pero querer someter al Este del país a las decisiones unilaterales del Oeste es como forzar a los gallegos a ser portugueses o a los valencianos o baleares a ser miembros de una hipotética Cataluña independiente o a incluir a navarros o incluso vitorianos en una también hipotética independencia vasca.
¿Toda Ucrania? Porque hay partes de Ucrania que nunca pertenecieron al imperio Ruso hasta 1945
Ucrania no es ninguna pequeña Rusia, es, ante todo, su origen, su génesis. El pueblo llamado «ruso» en lenguaje llano nació su núcleo de la emigración hacia tierras interiores de gentes que vivian en la antaño importantísima Rus de Kiev (para entender, lo que hoy es Ucrania en mayor parte) huyendo de los mongoles (Imperio de Gengis Kan). Ese imperio acabó con la importante Rus de Kiev y los que emigraron a consecuencia de los mongoles crearian lo que se llama étnia rusa y como esas gentes que emigraron no sufrieron tanto al Imperio Mongol ya que les dejó vivir y prosperar (ya no eran los inicios conquistadores de esas tierras por parte de los mongoles) simple y llanamente la situación geográfica de las tierras que prosperaron algo más se trasladó más al interior. En resumen, son las mismas gentes. Como dato, en tierras de Ucrania ya existían príncipes cuando ni siquiera existía Moscú.