Al comienzo de la Operación Tifón el Deparamento de Economía de Guerra y Armamentos envió a Hitler y a sus consejeros militares un nuevo informe (Voraussichtliche Entiwicklung der wehrwirtschaftlichen Lage Russlands mit Fortschereiten der Operation nach Osten) en el que evaluaba los progresos de la economía de guerra rusa a medida que iba progresando la guerra.
Sobre la base de cuatro posibles establecimientos del frente se sacaban conclusiones en relación a las consecuencias que estos distintos frentes producirían en la producción de armamentos. En los cuatro casos los argumentos se basaban en la pérdida por parte de Rusia de fuentes de materias primas y de zonas industriales que ya habían sido, o habrían de ser, capturadas y a la conquista de Jarkov, Kursk, Tula y Moscú.