Es imposible no asociar a la marina japonesa con la Segunda Guerra Mundial. Las operaciones que ejecutaron sus portaaviones, especialmente el espectacular asalto sorpresa contra Pearl Harbor, y sus impresionantes acorazados, entre ellos monstruos superpesados como el Yamato y el Musashi, cautivan la imaginación del más frío.
![El acorazado Aki, botado en 1904, uno de los grandes buques de la flota nipona de entonces.](https://www.gehm.es/wp-content/uploads/2016/01/Jap-2.jpg)
Sin embargo, Japón había entrado en la escena geopolítica internacional mucho antes. Desde que el comodoro americano Perry abriera el país a la influencia occidental gracias a sus buques, “obligando” a Japón a firmar un tratado que permitiera a los buques estadounidenses reabastecerse en dos puertos japoneses, el país empezó a pasar, a marchas forzadas, de la Edad Media a la Contemporánea. Un buen ejemplo de ello fue la Guerra Ruso Japonesa, pero la cosa no terminó en este punto.