Veamos hoy una selección de montajes del Moscú del invierno de 1941. La población se apresta para la defensa y los soldados desfilan camino del frente.
Al final se incluyen fotografías del día de la victoria en 1945, rindiendo los estandartes alemanes en la Plaza Roja.
La Wehrmacht había arrollado Polonia en un mes, era un hecho que los habitantes del Gran Ducado de Luxemburgo no podían ignorar, del mismo modo que sabían a ciencia cierta que, si la guerra llegaba a sus puertas, no habría nada que su simbólico ejército, de alrededor de 400 hombres, pudiera hacer para impedir la invasión alemana.
Una de las características de la frontera germano-luxemburguesa, era que toda ella estaba bordeada por cauces fluviales, de mayor a menor importancia según se progresa de sur a norte. Estos son el Mosela, el Sûre y el Our. Aunque los tres son franqueables, con más o menos dificultad, los puentes que los salvan son puntos ideales para retrasar la invasión. Porque lo cierto es que los luxemburgueses, si bien no pueden evitar ser invadidos, si están dispuestos a hacer todo lo posible por retrasar a cualquier eventual invasor.
El 18 de enero de 1944, la retaguardia del Grupo de Ejércitos Sur es copada por las tropas rusas en las cercanías del río Dnieper, junto a Cherkassy-Korsun.
General Wilhelm Stemmermann
Al frente de las seis divisiones alemanas cercadas se encontraba el general Wilhelm Stemmermann, otrora jefe del XI Cuerpo de Ejército, y ahora al frente del conglomerado denominado Gruppe Stemmermann. Mientras se preparaba la operación para liberar a las tropas del Kessel, Stemmerman dirigía a sus tropas en una feroz resistencia contra las tropas soviéticas, que se infiltraban una y otra vez en
Ya hemos contado que eran las 17:30 cuando el Chaberton recibió el primer impacto directo. A consecuencia de este suceso el Capitán Bevilacqua, comandante del fuerte, comprendió que estaban condenados. Su fuerte era como un crucero de batalla varado, a la espera de que el enemigo viniera a acabar con él. En consecuencia decidió poner a cubierto todo el material delicado, principalmente la central de dirección de tiro y los equipos de radio, para evitar que fueran destruidos.
A partir de ese momento los franceses aprovecharon los parámetros de tiro que habían adquirido para seguir logrando impactos sobre el fuerte. Entre las 17:30 y las 18:00 la 3ª torreta recibió un impacto que la inutilizó, y en consecuencia fue abandonada por sus ocupantes. Fue una suerte para ellos porque poco después de las 18:00 un nuevo blanco provocó una explosión espectacular, que lanzó la cúpula hacia el aire y destrozó por completo la torre.
Quien estaba al mando de la 1º Sección de la batería, a la que pertenecía la pieza que había disparado hasta entonces, era el Teniente Fouletier, quien en el momento en que se le comunicó el extraño fenómeno empezó a buscar una explicación.
¿Qué datos tenía? Que los disparos habían ido cayendo cada vez más lejos del punto de impacto inicial, y que este alejamiento gradual no se debía solo a las correcciones de tiro, pues los últimos disparos se habían efectuado sin hacer cambios y el fenómeno había continuado. También sabía, y se acercó a donde estaba el suboficial jefe de la pieza para comprobarlo, que no se habían modificado los parámetros de los últimos disparos.
Pouet-Morand, el lugar donde estaban ubicadas las piezas de 280mm, en la actualidad.
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