Rommel, informes desde la campaña de Normandía. 15 de julio, el último del Zorro del Desierto.

El 17 de julio de 1944, el coche en el que viajaba Erwin Rommel fue atacado por una pareja de Spitfire y el mariscal de campo resultó herido. Tuvo que abandonar el frente, pero no sin emitir un informe, fechado el 15 de julio de 1944, que resultaría ser el último de su carrera militar.

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La situación del frente de Normandía se está volviendo más difícil cada día que pasa, y se acerca con rapidez al momento crítico.

Debido a la fiereza de los combates, la enorme cantidad que posee el enemigo, especialmente en artillería y blindados, y el indisputado control del aire obtenido por las fuerzas aéreas enemigas, nuestras bajas son tan numerosas que el potencial de combate de nuestras divisiones se deteriora a toda velocidad. Los refuerzos, desde casa, llegan en cantidades muy pequeñas, y tardan semanas para ello debido a la mala situación del transporte. Hemos perdido unos 97 000 hombres, incluyendo 2360 oficiales –una media de entre 2500 a 3000 bajas al día–, y hasta hoy solo han llegado unos 10 000 reemplazos, de los que 6000 ya han sido enviados al frente.

También han sido extraordinariamente elevadas las pérdidas de suministros para la tropa, y no hemos podido proveer más que unos magros reemplazos de material. Por ejemplo, hasta hoy hemos enviado 17 carros de combate para reponer 225 unidades.

Las divisiones que han sido traídas como refuerzo no están acostumbradas a las condiciones de estos combates y, con sus escasas existencias de artillería, armas contracarro y medios para enfrentarse a los carros de combate, no son capaces de ofrecer una resistencia efectiva contra ataques a gran escala durante un largo periodo de tiempo, sobre todo tras haber sido sometidas a ataques de artillería y bombardeos aéreos durante horas. Se ha demostrado en combate que incluso las unidades más valientes se degradan poco a poco por el bien equipado enemigo y pierden hombres, armamento y terreno.

La destrucción de la red de ferrocarriles y el gran peligro que suponen los ataques aéreos enemigos en todas las carreteras y caminos a una distancia de 150 km del frente han hecho que la situación del suministro sea tan difícil que solo se consiguen traer los elementos más absolutamente esenciales, de los que lo más importante es la munición de artillería y mortero. No es predecible que esta situación mejore, ya que la cantidad de vehículos asignados a los convoyes está disminuyendo a causa de la acción enemiga, que además se incrementará pues están capturando aeródromos en la propia cabeza de playa.

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No se pueden traer fuerzas de entidad a Normandía sin debilitar al 15.º Ejército, en la costa del Canal, o el frente del Mediterráneo en el sur de Francia. Sin embargo, el 7.º Ejército necesita, solo para él, dos divisiones frescas, ya que sus fuerzas están desgastadas.

[En cambio] el enemigo provee al frente, cada día, de nuevas fuerzas y masas de material; sus líneas de suministro no se ven puestas en jaque por la Luftwaffe y la presión sobre nosotros se incrementa continuamente.

En estas circunstancias, debe esperarse que, en breve, el enemigo será capaz de romper a través de nuestro escasamente defendido frente, especialmente en el sector del 7.º Ejército, y penetrar profundamente en Francia. Me gustaría llamar la atención sobre los informes del 7.º Ejército y del II Cuerpo Paracaidista. Dejando aparte las reservas locales del Panzergruppe West, que están a punto de ser enviadas a su sector de combate, y que enfrentadas a las fuerzas aéreas enemigas, solo pueden desplazarse de noche, no hay reservas móviles a nuestra disposición para enfrentar una ruptura del frente del 7.º Ejército. Nuestra fuerza aérea apenas ha entrado en combate por ahora.

Nuestras tropas están luchando heroicamente, pero aun así, ya se ve venir el final de esta desigual batalla. Desde mi punto de vista, debemos aprender las lecciones de esta situación. Considero que es mi deber, como comandante en jefe del Grupo de Ejércitos, señalar este hecho.

Las últimas dos frases son un tanto crípticas. ¿Cuál era la lección de que debía de aprenderse de una batalla a punto de perderse? ¿Esperaba Rommel que, con los recursos cada vez más menguantes de Alemania (a mediados de 1944), se librarían más grandes batallas? Lo cierto es que si sucedió, y algunas de las lecciones de Normandía fueron aprovechadas con posterioridad, pero según Hans Speidel, su jefe de estado mayor, la lección a aprender tuvo mucho que ver con el intento de asesinar a Hitler protagonizado por Von Stauffenberg el 20 de julio de 1944, una acción en la que Rommel acabó por ser incriminado y conminado –no se podía juzgar al héroe de Alemania– a suicidarse so pena de que su familia sufriera las consecuencias. Así lo hizo el 14 de octubre de 1944.

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