Sherman, el carro de combate estadounidense de la Segunda Guerra Mundial (I)

Apodado Ronson, como el mechero, por sus tripulantes, a causa de su tendencia a incendiarse cuando era alcanzado; considerado inferior a la mayor parte de los blindados germanos a los que se tuvo que enfrentar; y, según la historia anecdótica, más fiable como arma de guerra por su cantidad que por su calidad, el carro de combate Sherman parece haber pasado a la historia como un mal producto. Sin embargo, como sucede con casi todas las armas, lo verdaderamente importantes nunca fue la máquina en sí, sino aquellos que la tripulaban.

En el Ejército Estadounidense, la instrucción de base, previa al envío de los soldados a su destino definitivo, tenía una duración de trece semanas (17, a partir de 1943), y se basaba en una serie de premisas férreas, como no entregar material alguno (fundamentalmente armas) a los soldados sin que hubieran asimilado la necesaria formación teórica con respecto a su funcionamiento, su manejo correcto y los peligros que este entraña. Cuando finalmente recibían su equipo, los soldados eran advertidos de que se les responsabilizaría de cualquier daño que causaran, al mismo o a otros, y las carencias en el mantenimiento eran severamente castigadas.

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