La batalla de Suomussalmi (IV). ¡Victoria!

Diciembre se estaba convirtiendo en un mes muy largo en el centro de Finlandia. Mientras el Ejército Rojo desencadenaba un asalto tras otro contra las defensas finlandesas en el istmo de Carelia y en la propia Carelia oriental, y tras la ocupación de Petsamo, en el norte, una larga columna de fuerzas soviéticas se había abierto paso desde la frontera para dirigirse a Oulu, en la costa del golfo de Botnia, y partir el país en dos. Sin embargo, entre la nieve y los bosques, y sometidos a temperaturas inhumanamente bajas, los soldados de la 163.ª División de Fusileros del Ejército Rojo acabaron por detenerse en la pequeña localidad de Suomussalmi. Entonces hicieron acto de presencia los finlandeses. Acostumbrados al terreno, expertos esquiadores y muy motivados, los hombres del 27.º Regimiento se lanzaron, desde la espesura, contra los invasores, y los obligaron a agruparse en cinco posiciones, posiciones fortificadas para unos, mottis para otros. Lo que debía ser la salvación de aquellos soldados pronto se convertiría en su ruina.

Un T-26 varado sobre la nieve. Le falta la cadena derecha.

La idea de los cercados era aguantar hasta la llegada de refuerzos, y no cabe duda que el avance de la 44.ª División de Fusileros, una unidad de élite, por la carretera de Raate, les dio un atisbo de esperanza. Pero bastaron dos compañías para detener a la fuerza de rescate. En medio de una naturaleza hostil, las tropas motorizadas no habían sido capaces de desplegarse. Una vez controlada la situación en la carretera, los finlandeses se dispusieron a acabar con las tropas enemigas cercadas.

Leer más

La batalla de Suomussalmi (III). Refuerzos para todos.

El 14 de diciembre de 1939, tras haberse desplegado y haber dividido a la 163.ª División soviética en cinco mottis, el más importante de ellos encerrado en la localidad de Suomussalmi, el coronel Siilasvuo dio por fin la orden de ataque. Nada más empezar su camino hacia el pueblo, entre la nieve y los árboles, los atacantes empezaron a recibir fuego por la retaguardia. Se trataba de una serie de nidos de ametralladora que no habían sido detectados el día anterior y cuyos ocupantes, muy motivados a pesar del frío y el aislamiento, habían decidido vender caras sus vidas.

Esquiadores finlandeses y cajas de suministros

Mientras el grueso del 27.º Regimiento finlandés avanzaba hacia el pueblo, sus jefes enviaron un destacamento hacia el nordeste, más allá del lago helado, para cortar la ruta de aprovisionamiento de los soviéticos. Este destacamento iba a mantenerse en posición hasta el día 18, cuando fue expulsado por los soviéticos. Esos mismos días estuvo intentando Siilasvuo ocupar Suomussalmi, sin éxito. El enemigo era demasiado fuerte y, aunque aislado, estaba bien atrincherado, y los finlandeses habían sufrido muchas bajas, por lo que se canceló el ataque y pasaron a posicionarse en torno a los soviéticos, a fin de mantenerlos aislados.

Leer más

La batalla de Suomussalmi (II). Siilasvuo al ataque.

Una vez presente con su regimiento a las afueras de Suomussalmi, ocupada por los soviéticos, el coronel Hjalmar Siilasvuo se preparó para pasar a la ofensiva. En aquella región llena de bosques y lagos de formas inverosímiles, dominada por la nieve y cuyas carreteras eran estrechas y los caminos prácticamente eran inexistentes, las grandes ventajas de los finlandeses eran que estaban acostumbrados a aquellas terribles condiciones meteorológicas, su capacidad para aprovechar el terreno y sus conocimientos de esquí para desplazarse con rapidez. Aprovechando que cada uno de sus hombres estaba mejor preparado para el combate que se avecinaba que el soldado soviético medio, el jefe finlandés decidió hacer algo inverosímil frente a una fuerza numéricamente superior: separar su unidad. Envió un destacamento al nordeste de Suomussalmi para atacar directamente el pueblo, despachó otro hacia bloquear la carretera de Juntusranta (la del norte) y se quedó con el grueso para ir a cortar la carretera de Raate.

El coronel Hjalmar Siilasvuo (1892-1947)

Con los soviéticos presionando hacia el ferry que cruzaba el lago Haukiperä desde primera hora del día 10 de diciembre, Siilasvuo no tenía tiempo que perder, y sus tropas se pusieron en marcha al día siguiente. Poco se sabe en estas jornadas sobre la fuerza enviada hacia el nordeste de la localidad, que muy probablemente tuvo que hacer un arduo recorrido por el norte para cruzar el lago Kianta, algo más sabemos de los hombres enviados a cortar la carretera del norte, que conseguirán su objetivo y, al principio, obligaron a los soviéticos a refugiarse en el interior del pueblo, pero poco después un contraataque los expulsó hacia el norte.

Leer más

La batalla de Suomussalmi (I). ¡Invasión!

Partiendo del lago Ladoga en dirección norte, la frontera finlandesa forma una larga línea que se dirige hacia el norte por los yermos de Carelia, para llegar a toparse con la costa en algún lugar entre Múrmansk y Petsamo.

Photo
Tropas finlandesas en una trinchera en el sector de Suomussalmi

Al este de dicha frontera, la unión soviética vigilaba con precaución el ferrocarril de Múrmansk, vía de comunicación fundamental con el único puerto del norte libre de hielo todo el año. Al oeste se extendía Finlandia, un territorio que había ganado su independencia durante las convulsiones de la Revolución rusa, pero no sin sufrir una violenta guerra civil entre rojos y blancos. Desde entonces y hasta 1939, el país se había convertido en una de las democracias nórdicas, pero: ¿formaba parte del conjunto con Suecia, Noruega y Dinamarca, o era más bien un país báltico? La diferencia no era baladí. Los acuerdos germano soviéticos habían puesto a los países bálticos dentro de la órbita de Moscú, y Stalin consideraba que Finlandia le correspondía. ¿Y los alemanes? En ese momento estaban dispuestos a honrar el acuerdo, dejando al país del norte en manos de sus poderosos vecinos del este. Así, tras muchas presiones, el 30 de noviembre de 1939 el Ejército Rojo cruzó la frontera común y entró en Finlandia. Había comenzado la Guerra de Invierno.

Leer más

Hermanos de Armas (IV): Finlandia en la Segunda Guerra Mundial

IV.- Paren la Guerra que me Apeo.

La retirada del Heeresgruppe Nord, alemán, a la posición del Luga, en febrero de 1944, abandonando sus posiciones en torno a Leningrado, supuso el principio del fin de la “Guerra de Continuación”, pues a partir de entonces el frente finlandés quedó completamente abierto a las ofensivas del Ejército Rojo.

Ya hemos comentado, en una entrada anterior, los medios de que dispusieron los alemanes –además de las amenazas o las falsas promesas- para presionar a los finlandeses a fin de que estos siguieran en guerra. Sin embargo no debemos embarcarnos en la última fase de la participación finlandesa en la guerra sin mencionar cómo podían los finlandeses presionar a su vez a sus compañeros de armas, pues dispusieron de una herramienta sumamente importante: el suministro, que fue, a fin de cuentas, la que impidió que los alemanes se plantearan hacerse con el país.

El puerto de Petsamo en 1938. Cuatro años después no había cambiado mucho.

Debe recordar el lector que eran los alemanes quienes sostenían el frente en el centro y el norte de Finlandia. Estas tropas, alrededor de 200.000 integrados en el XX Gebirgs-Armee, recibían la mayor parte de su suministro desde los puertos finlandeses del Báltico, y en mucha menor medida, por la costa Noruega o por la Reichstrasse 50, que iba de Narvik a  Petsamo/Pechenga; de modo que si Finlandia abandonaba la guerra repentinamente, podían quedar aislados. Para esta eventualidad Hitler había aprobado varios planes, entre otros la operación “Tanne”, para la retirada de estas tropas hacia Noruega, pero también había ordenado que se acumular suministros y munición para ocho meses, convirtiendo al XX Gebirgs-Armee en el ejército mejor surtido del mundo.

Leer más

Hermanos de Armas (III): Finlandia en la Segunda Guerra Mundial.

III.- Dos Años de Encuentros y Desencuentros.

El 6 de diciembre de 1941 el Reino Unido había declarado la guerra a Finlandia; al día siguiente Japón atacó Pearl Harbor y el 11 Alemania declaró la guerra a los Estados Unidos; la guerra pasaba a ser mundial. En ese momento el pequeño país nórdico se encontró en una situación extraordinariamente delicada: había agredido a la Unión Soviética, el Reino Unido le había declarado la guerra injustamente, y no se hallaba en guerra con los Estados Unidos, pero había sido severamente advertido en lo que a cortar el ferrocarril que enlazaba Murmansk con el resto de la Unión Soviética se refiere. Por otro lado, sus “hermanos de armas”, la cobeligerante Alemania, se volvía cada vez más exigente, en paralelo con una cada vez mayor dependencia finlandesa.

Los frentes en Finlandia en diciembre de 1941. Belomorsk era un excelente objetivo de cara a cortar el flujo del material de préstamo y arriendo desde Murmansk, pero para ello eran necesarias las tropas desplegadas ante Leningrado.

Con respecto a esta última cuestión, debe tenerse en cuenta que la economía finlandesa no era entonces demasiado fuerte, y había dos bienes que, con el mundo entero –ella incluida- en guerra a su alrededor, le hacían falta en gran medida: trigo y material ferroviario. Ya en octubre de 1941 habían pedido a Alemania que suministrara 175.000 toneladas de grano, y entre 100 y 150 locomotoras y de 4.000 a 8.000 vagones de ferrocarril. El 21 de noviembre Keitel prometió enviar 55 locomotoras y 900 vagones inmediatamente, y en lo que al grano se refiere, el 19 de diciembre Alemania aceptó suministrar 75.000 toneladas antes de febrero de 1942, y 260.000 antes de la siguiente cosecha.

Leer más

Hermanos de Armas (II): Finlandia en la Segunda Guerra Mundial.

II.- EL REINO UNIDO Y LOS ESTADOS UNIDOS: UNA «AMISTAD» INCOMODA.

La razón oficial, incluso justa, por la que Finlandia entró de nuevo en guerra con la Unión Soviética el 25 de junio fue la de recuperar los territorios perdidos durante la guerra de invierno. Sin embargo parece que la nación nórdica, o al menos sus dirigentes tenían otros objetivos menos confesables. En octubre de 1941, durante una entrevista del Presidente Ryti con Karl Schnurre, enviado personal de Hitler, este comentó cuales eran los objetivos de guerra de Finlandia: la Península de Kola y toda la Karelia Soviética, estableciendo una nueva frontera sobre el mar Blanco y el golfo de Onega, trazando desde este una línea hasta el extremo sur del lago Onega y desde allí, siguiendo el cauce del río Svir hasta el lago Ladoga, y más allá de este, siguiendo el curso del Neva, hasta el Báltico. Este plan incluía, además, la destrucción casi completa de Leningrado, que quedaría convertido en un pequeño puesto comercial alemán.

Tropas finlandesas subiendo al frente.

No obstante, rodeada de peligrosas potencias, y para nada deseosa de alienarse la “amistad” de la Gran Bretaña y de los Estados Unidos, Finlandia tuvo que reprimir sus ambiciones, a lo que se añadió cierta desconfianza para con el gobierno nazi alemán, cuyos objetivos a largo plazo sembraban cierta preocupación en la nación nórdica, pues esta desconocía en que iban a pretender convertirla los victoriosos alemanes. Este doble juego diplomático, sin embargo, no podía durar, y las victorias germanas de 1941 obligaron a los finlandeses a decantarse.

Leer más

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies