Si hay un ejemplo de un español más conocido en el extranjero que en su propia tierra, ese es el de Bernardo de Gálvez. Con sus acciones decisivas hizo posible el nacimiento de la gran potencia mundial de nuestros días. A pesar de todo, el reconocimiento que se le hace es muy inferior al que en justicia le corresponde.
Bernardo de Gálvez y Madrid
Nuestro personaje nace en Macharaviaya (Málaga) el 23 de julio de 1746. Pertenece, como veremos, a una familia destacada y muy conocida en la provincia. Si por algo se caracteriza su entorno familiar es por una gran tradición militar, algo que sin duda influyó cuando en 1762, con 15 años, se alistó voluntariamente para la invasión de Portugal, tradicional aliada de Gran Bretaña, participando como Teniente de Infantería gracias a sus influyentes allegados.
En 1770 pasa a ser Comandante de las armas de Nueva Vizcaya estando destinado en San Felipe el Real de Chihuahua, donde combatió a los Apaches que amenazaban la economía de la zona. Avanzó a través del desierto en condiciones durísimas que desanimaban a sus soldados, pero Gálvez demostrando su ya enorme carácter les espetó: «Me iré sólo si no hubiere quien me acompañare». Enardecidos por semejante frase, sus soldados le siguieron y consiguieron, cerca del río Pecos, derrotar y apaciguar a los Apaches que lograron herirle hasta en tres ocasiones.