Ejércitos y tácticas en los días de Luis XIV (2ª Parte)

En la entrada anterior vimos la evolución de los ejércitos profesionales creados en el renacimiento a los ejércitos masivos de tropas regulares que comenzaron a surgir en el último tercio del siglo XVII. Hoy seguiremos con el aspecto de la maniobra como germen de la guerra a nivel operacional.

Se enseñaba a las tropas a llevar su armamento y a ejecutar cada maniobra a la voz de mando o al sonido de un instrumento. Cada maniobra, como formar en línea hacia una dirección en particular o formar en cuadro contra una carga de caballería debían ser ejecutadas sobre la marcha y con absoluta precisión  para no dejar huecos que pudiera explotar el enemigo.

Otro ejercicio esencial era abrir filas en caso de disparo de la artillería enemiga y volver a cerrarlas antes de entrar en acción. Semejantes amniobras debían ser practicadas hasta que eran interiorizadas por los soldados y se volvían completamente automáticas, de manera que en mitad de una batalla, cuando las bajas diezmaran a las unidades, la fila debía permanecer como si estuviera formada en la plaza de armas.

Los ejércitos se desplegaban todavía en dos líneas separadas por unos 300 metros, pero llegaban a ocupar tal cantidad de terreno que las características de éste comenzaron a tener su importancia. Debían estudiarse la existencia de obstáculos anturales y la defensa de posiciones clave, y la caballería debía reconocer las posiciones enemigas y descubrir en que modo se desplegaban sobre el terreno.

Turenne estaba convencido de que el objetivo real no eran las posiciones fortificadas y las fortalezas sino el ejército enemigo en sí mismo. Marchando y maniobrando forzaba a sus enemigos a salir de sus posiciones fortificadas para luchar en campo abierto. La adopción de la formación lineal y la utilización de soldados regulares afectó a las tácticas de combate de dos formas.

El campo de batalla fue dejando de ser paulatinamente un lugar despejado para un enfrentamiento frontal y comenzó ser escogido por los comandantes en función de las características físicas del terreno. Ríos y bosques estorbaban el movimiento y las posiciones elevadas proporcionaban preponderancia en la potencia de fuego. Las obras de fortificación como trincheras, parapetos y empalizadas de estacas afiladas comenzaron a utilizarse con profusión para mejorar las defensas naturales de cualquier frente de batalla.

De igual manera, el mayor grado de entrenamiento de las tropas regulares  permitía efectuar maniobras en el campo de batalla que hubieran sido impensables en los días de los escuadrones masivos formados en cuadros de piqueros y mosqueteros. Estos movimientos se ejecutaban en concordancia con el cartesianismo de los distintos ejercicios practicados en el patio de armas. Turenne estiudió ambos conceptos, la utilización del terreno y la maniobra, y llegó a la conclusión de que para lograr el elemento sorpresa debían ser aplicados mucho antes de que comenzaran los primeros disparos de un enfrentamiento.

En 1675 en la batalla de Turckheim Turenne se enfrentaba a un ejército de unos 35.000 aliados germano-imperiales que habían tomado posiciones detrás de la orilla de un río a lo largo de un frente de unos 4 kilómetros. El ejército francés (15.000 infantes, 13.ooo caballos y 30 piezas de artillería), marchando en tres columnas, estaba todavía a unas millas de distancia cuando Turenne envió a una de esas columnas, un tercio de sus fuerzas, por una ruta oculta para atacar el flanco derecho de la línea aliada.

 Este ataque supuso una sorpresa completa y forzó a los aliados a retirarse amparándose en la oscuridad de la noche, abandonando una posición fortificada. Si el ataque de flanco hubiera sido reforzado, o el ataque frontal hubiera puesto más empuje la victoria francesa hubiera sido decisva.

En este planteamiento de Turenne respecto a la maniobra de sus unidades y en la utilización del terreno podemos percibir el comienzo de la guerra moderna. Con el correr de los años este tipo de maniobra recibiría el nombre de Gran Táctica, concepto que acabará consolidándose en el siglo XX con la denominación de Guerra a Nivel Operacional.

Viene de Ejércitos y tácticas en los días de Luis XIV (I)

Si te gustó, te puede interesar:

Las Innovaciones de Gustavo Adolfo (I) – La Infantería

Las Innovaciones de Gustavo Adolfo (II) – La Caballería y la Artillería

2 comentarios en «Ejércitos y tácticas en los días de Luis XIV (2ª Parte)»

  1. Cada país usó una táctica interarmas diferente en función de la combinación de fuego y choque diferente dadas sus características propias.

    Responder

Responder a dani Cancelar la respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies