Stalingrado no era el objetivo (IV): Hitler se pilla los dedos

El Jefe del Estado Mayor del Heer (Ejército de Tierra), el general Zeitzler nos cuenta de manera dramática como fueron los meses que precedieron al desastre de Stalingrado, y los intentos vanos de hacer entrar en razón a Hitler.

Manstein a la derecha de Hitler y  Zeitzler a la izquierda

(detrás del Hitler está Busse y a la izquierda de Zeitzler, von Kleist)

Había en los estados mayores del OKH, Grupo de Ejércitos B y correspondientes Cuerpos de Ejército una gran preocupación por la obstinación que tenía Hitler por Stalingrado, a la vez que descuidaba todo el flanco izquierdo del

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Stalingrado no era el objetivo (III): La Directiva Nº 41

Allá por el mes de abril de 1942 Hitler promulgó la Directiva Nº41, que contenía las líneas generales para la campaña de verano de 1942. Los objetivos principales eran Leningrado en el norte y el Cáucaso en el sur, mientras que el sector central del frente debía permanecer estático.

Debido al duro invierno de 1941, las reservas alemanas disponibles no eran suficientes para acometer ambos objetivos simultáneamente, por lo que éstos debían ser ejecutados por fases. El

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Stalingrado no era el objetivo (II): La visión del General von Sodenstern

El general Von Sodenstern era el Jefe del Estado Mayor del Grupo de Ejércitos B, al mando del general von Weichs y en cuyo cuadro de fuerzas se integraba el  Sexto Ejército hasta finales de noviembre de 1942.

Los generales von Sodenstern (segundo por la derecha), von Weichs y Paulus conferencian con Hitler en 1942

Según von Sodenstern: Stalingrado había sido tomado y eliminado como centro de armamentos, la navegación por el Volga había sido interrumpida. Las pocas cabezas de puente «técnicas» [sic] que el enemigo tenía en la ciudad no constituían un objetivo que justificara retener allí al grueso de las fuerzas alemanas disponibles. El Mando del Grupo de Ejércitos, muy al contrario, creía de interés vital guarecer a las tropas en posiciones de invierno adecuadas lo antes posible, reforzando las formaciones rápidas, y haciéndolas operativas para el invierno.

Además, se tenía la urgencia de formar las reservas tácticas necesarias detrás de los puntos clave de la lucha defensiva, y en particular, detrás de los tres Ejércitos de tropas aliadas de Alemania en el Don. Estas reservas solo podrían ser detraídas del Sexto Ejército. Esta era la razón por la que a finales de septiembre o principios de octubre, tan pronto como se tuvo la certeza de que Stalingrado no podría ser conquistado al primer asalto, el Mando del Grupo de Ejércitos B propuso la suspensión de la ofensiva sobre la ciudad.

También había pedido permiso para evacuar todo el saliente de Stalingrado, para, en vez de mantener la línea de ese saliente, adoptar posiciones en el área entre el Volga y el Don. También se solicitaba que el ala izquierda del Cuarto Ejército Panzer se replegara al suroeste de Stalingrado hacia una línea que se prolongara hacia el noroeste hasta el Don. El Jefe del OKH estaba de acuerdo con la petición, pero no fue capaz de conseguir que Hitler la aprobara.

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Stalingrado no era el objetivo (I): La visión del General Hoth

En contra de lo que se cree generalmente, la ciudad de Stalingrado no figuraba entre los objetivos principales fijados para la campaña de verano de 1942. Pondremos aquí el punto de vista de dos generales de la Wehrmacht que eran de esta opinión. Empezaremos hoy con el general Hoth, jefe del Cuarto Ejército Panzer en aquella época y protagonista directo de los hechos. Para ello recogemos un extracto de una conferencia impartida por Hoth a oficiales del Bundeswehr en los años cincuenta:

De la Directiva nº 41 se desprende que el objetivo principal de la campaña de verano de 1942 no era la captura de Stalingrado sino la conquista del Cáucaso y de sus pozos de petróleo. Esta zona era, en efecto, vital para la conducción de la guerra por parte soviética, y también era de gran importancia económica y política para el Mando alemán.

General Hoth

A finales de julio de 1942, cuando las avanzadillas de los dos Grupos de Ejércitos [A y B] se aproximaban al bajo Don antes de lo esperado y mientras los ejércitos rusos del Frente Suroeste estaban retrocediendo desordenadamente hacia el Don medio, Hitler ordenó el 23 de julio que continuaran las operaciones del Grupo de Ejércitos A en dirección sur hacia el Cáucaso, para lo cual le fueron asignados 4 Ejércitos.

Sólamente el Sexto Ejército continuó desplegado frente a Stalingrado. El Jefe del Estado Mayor del Ejército, que desde el principio se había opuesto a una operación con un objetivo tan lejano a través del Cáucaso, consideró necesario buscar a las agrupaciones enemigas en Stalingrado y derrotarlas antes de entrar en el Cáucaso. Por tanto, dispuso que se reforzara inmediatamente al Sexto Ejército con dos divisiones Panzer, que fueron detraidas del Cuarto Ejército Panzer.


Poco después, aunque todavía con el foco de la campaña en su sector, detraen del Grupo de Ejércitos A el Cuarto Ejército Panzer y el Tercer Ejército Rumano, siendo despachados ambos al Grupo de Ejércitos B en el Don. Es en este momento cuando el centro de gravedad de la campaña cambia hacia la captura de Stalingrado. El Grupo de Ejércitos A, debilitado con este movimiento no tiene más remedio que parar su marcha al norte del Cáucaso […]

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