Con la publicación reciente del libro Soldaten (Soldados del Tercer Reich en la edición española) tenemos la oportunidad de acceder a los cientos de miles de actas procedentes de las escuchas que hicieron los aliados en los campos de prisioneros.
Generales alemanes en Trent Park
Entre la abundante y diversa información recogida se encuentran las opiniones que tenían los soldados alemanes, por supuesto, en la intimidad, al no saberse grabados, de sus aliados: italianos, rumanos, españoles, húngaros y de otras nacionalidades. Obviamente, se trata de las impresiones de los soldados y en ningún modo debe ser tomado al pie de la letra. Pero tiene su interés por reflejar cuáles eran los tópicos (fundados o no) en los círculos militares alemanes. Veamos qué pensaban.
El fuego artillero había causado que el suelo se llenase de cráteres de obús que fueron usados como trincheras y que el hielo se derritiese convirtiéndose en un barrizal que dificultaba el ataque del enemigo, facilitando que los rusos fuesen barridos por las ametralladoras.
Posición de ametralladora MG34. Se puede observar a los divisionarios lanzando granadas y preparándose para rechazar los carros enemigos con minas magnéticas.
Como decía el sargento Salamanca “Llegaban columnas con medio centenar de hombres que eran abatidos sistemáticamente. Disparábamos ferozmente, sin parar, esperando a que el enemigo se encontrase a menos de 100 metros, disparábamos al bulto. Pero hasta un ciego habría hecho blanco. Toda la potencia de fuego de la máquina, 1.300 disparos por minuto, provocó una carnicería en las filas enemigas y nos mantuvo con vida. No es que nuestro cañón estuviese caliente, es que estaba al rojo vivo.”
Las oleadas rusas se repitieron continuamente, siendo frenadas lo buenamente que se pudo, hasta que los rusos consiguieron romper el frente y penetrar en la primera y segunda líneas defensivas españolas creándose rápidamente una tercera línea con los elementos dispersos que se encontraron que consiguieron frenar finalmente el ataque.
La batalla acabó hacia las once de la noche cuando los 150 supervivientes de la posición denominada como “El Bastión”, posición desde la que controlaron la carretera Moscú-Leningrado impidiendo el avance soviético hacia el río Ishora, se retiraron tras 16 horas de combate ininterrumpido contra fuerzas superiores.
En la batalla se hizo patente en todo momento el heroísmo español, al tener que resistir el envite de la apisonadora soviética sin prácticamente más medios que su armamento individual debido a la carencia de minas anticarro y de munición para la artillería divisionaria, aparte de la falta de apoyo durante la batalla.
La masa roja cayó directamente sobre el peso de los españoles, quienes tuvieron muchas veces que frenar al enemigo sin más ayuda que la punta de su bayoneta en feroces luchas cuerpo a cuerpo. Pero a pesar de la supremacía enemiga se consiguió frenar la ofensiva causándole al enemigo unas 14.000 bajas a cambio de sufrir 1.127 muertos, 1.035 heridos y más de 300 prisioneros, muchos de los cuales acabaron en los campos de concentración hasta su regreso a España en 1954, consiguiendo que los rusos solo avanzasen su frente 3 km sin conseguir liberar Leningrado.
Los factores que contribuyeron al éxito de la División Azul, a pesar de la clara desventaja, fueron: la sorpresa por parte de los rusos de encontrar resistencia tras el bombardeo, el cansancio del enemigo tras los primeros combates unido al efecto de la ingesta de gran cantidad de alcohol durante la noche y el empeño de los rusos por acabar con los enemigos en vez de aprovechar la ruptura del frente para explotar el éxito.
Estos factores, unidos al heroísmo mostrado sobradamente por los divisionarios, hicieron que los rusos consiguieran conquistar la primera y segunda líneas defensivas, pero no la tercera, el valor de los españoles queda reflejado en el testimonio del sargento Ángel Salamanca, quien fue hecho prisionero en la batalla: “Enseguida empezaron los interrogatorios, con las traducciones de un español enrolado en el Ejército soviético. Todo el afán del coronel ruso era saber qué armamento usábamos, hablándonos incluso de un arma secreta de Hitler. «Dice el coronel que habéis causado más de 14.000 bajas, y eso es imposible con ametralladoras y fusiles máuser corrientes», nos informó el republicano español.”
Por acciones como esta los soldados españoles obtuvieron numerosos reconocimientos, militares y personales. En total recibieron dos cruces de caballero, dos cruces de oro, 138 cruces de hierro de primera clase y 2.359 de segunda clase fueron otorgadas por la Wehrmacht a los divisionarios. Para que conste la importancia que tuvo la División Azul en el ejército alemán hay que recalcar que los voluntarios españoles alistados en la División Azul supusieron el 56% de los voluntarios europeos que sirvieron en la Wehrmacht.
El día 10 de febrero la División Azul se encontraba desplegada cubriendo un frente de más de 30 km, lo que significaba que la mayor parte de sus unidades se encontraban prácticamente en primera línea, careciendo apenas de reservas.
Los soviéticos dirigieron su ofensiva hacia el pueblo de Krasny Bor, una pequeña aldea al sur de Kolpino (un arrabal industrial de Leningrado), que se encontraba defendida por el Regimiento 262 al mando del coronel Manuel Sagrado. Krasny Bor era un pueblo de tres kilómetros de frente por tres de profundidad, de casas de madera y de ladrillo de dos pisos y con calles anchas de
Publicamos hoy el artículo que nos ha remitido nuestro lector Pablo García Sánchez sobre la batalla más renombrada en la que participó la División Azul, acción que sirvió para frustrar una ofensiva soviética a gran escala como la de Stalingrado.
El 10 de febrero de 1943 tuvo lugar la mayor batalla en la que se vio envuelta la División Azul, la más sangrienta, importante y heroica de todas aquellas en las que participó durante su estancia en Rusia combatiendo el comunismo, en ella se consiguieron tres de las ocho laureadas de la División Azul en la URSS.
El comandante alemán Hans Diesel, que estaba encarcelado, le contaba meses después a Palacios cómo le invitaron los españoles a salir, cosa que no hizo, a pesar de haber quedado destrozada su celda, pues los presos arrancaron la puerta para fabricarse armas de madera.
Teniente Rosaleny, Capitán Palacios y Alférez Ocaña
Una vez juntos libertos y libertadores, encendidos de ira, se precipitaron contra las oficinas del campamento donde Makaro, inútilmente, intentaba hacer comer al recién secuestrado. El jefe de campo, viéndoles llegar, echó a correr, perseguido por los españoles y, acompañado de toda la guardia rusa interior del campamento, presa de pánico, cruzó la línea de alambradas, refugiándose, junto con su Estado Mayor, tras la zona rastrillai (punto de la cerca que no podía ser traspasado so pena de recibir fuego de ametralladora o fusilería).
El siguiente relato es un resumen del capítulo del libro del Capitán Palacios «Embajador en el Infierno», dedicado al motín del campo de prisioneros de Borovichi.
El plante de Borovichi, llevado a cabo por doscientos españoles, no deja de ser un hecho singular. La rebelión no se produjo contra los malos tratos, los sufrimientos corporales, el hambre o el abuso de poder, sino a causa de un entrañable motivo moral. Los prisioneros que estaban resignados a morir -en aquella época había muerto ya el 30 por ciento de sus miembros- no se resignaron, en cambio, a la retención, por parte de las autoridades soviéticas, de la correspondencia que les llegaba y no les era entregada.
Los españoles veían como alemanes, austriacos y húngaros, recibían cartas de los suyos. Veían como los hombres más enteros se escondían para moquear como chiquillos, con un pedazo de papel entre las manos. Acudieron los españoles a Makaro, el lacharni del lager n.º 3, de Borovichi, pidiendo acogerse a este derecho que tan injustamente se les negaba. Y éste les sugirió que elevaran, uno a uno, instancias de súplica a Bousenski, el ministro del Gobierno de quien dependían los prisioneros de guerra. Así lo hicieron todos, pero Makaro se quedó con las instancias y las destruyó sin cursarlas.
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