Historias de Brandeburgueses – El Grupo Ruiseñor

El Ukrainische Gruppe Nachtigall (Ruiseñor), más conocido como Grupo Especial Ruiseñor (conocido así por su coro de voces) fue un batallón de voluntarios ucranianos adscrito a la unidad especial de operaciones Lehrregiment Brandenburg z.b.V.800.

Brandemburgueses en el Frente del Este 1941 con uniformes rusos.

Las unidades de elite de Brandeburgueses fueron organizadas por el Abwehr de Canaris, tras ser el proyecto rechazado por la Wehrmacht. La unidad incluía una serie de compañías cuyo componente principal estaba compuesto de voluntarios ucranianos que perseguían la independencia de Ucrania. Durante la operación Barbarroja obtuvieron una serie de éxitos fulgurantes, comenzando por la misma madrugada del 22 de junio de 1941.

Esa mañana, las tres compañías de voluntarios ucranianos adscritas al 1º Batallón del Lehrregiment Brandenburg entraron en Ucrania con órdenes de ocupar la ciudad de Przemysl y establecer una cabeza de puente sobre el río San. El objetivo era mantener abierta la carretera hacia el este para las principales fuerzas de asalto del Grupo de Ejércitos Sur.

Brandemburgueses disfrazados de soldados soviéticos en un camión soviético

Los ruiseñores llevaban uniformes de la Wehrmacht para capitalizar la simpatía de los haitantes locales, que en los inicios de Barbarroja se inclinaban más por los alemanes que por los soviéticos. De camino hacia sus objetivos, un destacamento de ucranianos se tropezó literalmente con una patrulla soviética. Fue tal la sorpresa de ambos grupos que ninguno llegó a disparar.

El teninete que dirigía a los invasores fue el primero en reaccionar. En voz alta exigió ver al oficial que mandaba a los soviéticos. Vacilante, el capitán ruso respondió que los intrusos debían rendirse. «Tonterías», dijo el teniente alemán, y procedió a explicar que, en realidad, sus hombres estaban en una misión soviética secreta. Iban así vestidos porque venían de una patrulla de largo alcance. Tan profunda había sido la penetración, prosiguió el teniente, que sus hombres solo llevaban documentación alemana.

Almirante Canaris, jefe del Abwehr

Increíblemente, el ruso aceptó la historia y los dos grupos se unieron, marchando hacia Przemysil, que estaba fuertemetnte custiodada por tropas soviéticas. Se proveyó a los ucranianos de salvoconductos para la ciudad y justo entrando en ella sonaron las sirenas anunciando un ataque aéreo, dispersándose todo el mundo para buscar protección.

Tras el raid, el Ejército Rojo comenzó a retirarse. Los brandeburgueses no intervinieron hasta que la mayoría de las tropas rusas se hubieron marchado, tras lo cual emergieron de sus escondites y acabaron con la retaguardia soviética, apoderándose del cercano puente del río San. En pocas horas, elementos de la avanzada del Grupo de erjticos Sur a atravesaba el puente y seguía avanzando hacia el este.

Brandemburgueses disfrazados de soldados soviéticos

Animados por la creciente posibilidad de ver pronto Ucrania como un estado independiente, los ruiseñores prosiguieron con éxito sus actividades durante el avance por tierras ucranianas. En Vinnitsa, donde se construiría posteriormente el Werhwolf, el Ejército Rojo estaba cómodamente instalado al abrigo de un bosque enorme. La misión de un grupo de ruiseñores disfrazados de partisanos rusos consistía en localizar el cuartel general soviético.

Deslizándose silenciosamente entre los árboles, los ruiseñores hicieron contacto con una banda de auténticos partisanos que rápidamente los invitaron a comer con ellos. Los ruiseñores tenían preparada una historia: los había aplastado el avance alemán, y se habían deslizado a través de las líneas buscando unirse al Ejército Rojo. Ilusionados, los verdaderos partisanos se ofrecieron a ayudarlos, llevándolos al cuartel general soviético. Una vez allí, los comandos fueron interrogados con recelo durante varias horas, pero finalmente su historia fue aceptada. Esa noche, usando un minitransmisor desarrollado para ocasiones como esa, uno de los ucranianos transmitió su posición al Batallón Brandenburgo, que aguardaba en la linde del bosque.

Sello postal ucraniano en honor de Roman Shukhevych, jefe de los ruiseñores, en su 100 aniversario.

Al día siguiente, los brandemburgueses atacaron y capturaron el cuartel general, conservándolo hasta que llegaron las tropas alemenas regulares. La operación Vinnitisa fue la última misión importante de los ruiseñores. Unas declaraciones hechas por ellos anteriormente sobre un «estado ucarniano occidnetal libre» en una emisora de radio capturada, resultó muy poco popular en Berlín, que no tenía ninguna intención de llevar a cabo tal cosa. Desilusionados, los ruiseñores perdieron interés por la lucha y a fines de 1941 el grupo fue declarado «poco fiable» y disuelto.

Existe una controversia sobre su posible implicación en Polonia y Ucrania en crímenes contra la humanidad sobre la población judía. Apoyan esta tesis las investigaciones llevadas a cabo por Polonia y el Centro Wiesenthal. Por el contrario, investigaciones llevadas a cabo por Canadá, Ucrania y una Comisión Internacional organizada en La Haya en 1959 han llegado a conclusiones contrarias. Si bien algunos componentes de dicha unidad pudieron participar en tan deleznables hechos, parece ser que no hay evidencias de que la unidad tuviera implicación alguna en ello.

Sigue en Historias de Brandeburgueses (II) – Operaciones en la Retaguardia Soviética

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2 comentarios en «Historias de Brandeburgueses – El Grupo Ruiseñor»

  1. Un ejemplo más de que si los nazis no hubieran sido tan nazis hubieran podido ganar la guerra contra la URSS. A poco que hubieran tratado bien las poblaciones locales hubieran ganado muchos aliados y hubieran fomentado la deserción en el ejército rojo. Pero dado el trato que daban a las poblaciones que conquistaban, muchos lucharon en el ejército rojo aunque no les gustara el comunismo. Por ejemplo, aunque en Europa Occidental había muchos emigrados rusos anticomunisas estos a penas se sumaron al esfuerzo de guerra alemán, preferían luchar por la madrecita Rusia.

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