Ayer salió a la venta mi último libro (Ediciones Salamina), en el que abordan dos grandes hechos de armas de los Tercios Viejos de infantería española en el teatro mediterráneo. Concretamente el sitio de Castelnuovo (1539) y en el Gran Sitio de Malta (1565).
Los Tercios en el Mediterráneo – Los Sitios de Castelnuovo y Malta
Las décadas centrales del siglo XVI constituyeron una de las épocas de máximo esplendor del Imperio Turco. Tras concluir victoriosamente la guerra con los persas y pacificar las fronteras orientales, el sultán otomano Solimán, llamado por los europeos el Magnífico, se revolvió contra occidente, plantándose en las puertas de Viena por el norte y asentándose en las plazas africanas de Berbería por el sur. Interponiéndose a ese avance inexorable por el Mediterráneo se encontraban Venecia, a ratos, los reinos españoles de Nápoles y Sicilia, y la isla de Malta de los caballeros de San Juan, verdaderas antemurallas, estos tres últimos, de los reinos de Europa occidental. Afortunadamente para la cristiandad, y en particular para las posesiones del emperador Carlos Quinto, en aquellas décadas fue tomando forma también el ejército cuyas bases sentara don Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, que con el andar de los años y victorias como Bicoca o Pavía acabaría dando lugar en las ordenanzas de Génova de 1536 a los celebérrimos Tercios Viejos de infantería española, de fama legendaria, que impusieron su dominio en los campos de batalla durante más de 150 años.
Los tercios son generalmente conocidos por sus campañas en Europa, donde se cubrieron de gloria y fueron temidos y respetados por sus adversarios en los campos de batalla de Italia, Flandes, Alemania, Francia, Hungría o Bohemia. Sin embargo, la labor titánica que desempeñaron en la defensa de la antemuralla mediterránea contra el expansionismo otomano es bastante menos conocida, con la excepción quizá de la batalla de Lepanto. Esa es pues la razón de ser de este libro que ahora tiene el lector entre sus manos.
La Monarquía Hispánica se vio obligada a emplear ingentes cantidades de recursos a contener el expansionismo otomano. Se trataba de un choque de culturas. En este frente mediterráneo la guerra fue despiadada y, a menudo, sin cuartel, presentando una dificultad añadida que la hace especialmente interesante: la mayoría de las operaciones son navales y anfibias contra plazas y enclaves costeros, requiriéndose grandes flotas y ejércitos embarcados para asestar los golpes al contrario. Es el caso de Castelnuovo, La Goleta, Argel, Bugia, Los Gelves, Mazalquivir, Malta o Lepanto. En cierto modo guarda grandes similitudes con la guerra naval en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial, en la que el elemento estratégico fundamental era la capacidad logística de proyectar enormes fuerzas a grandes distancias, y la capacidad para avituallarlas y mantenerlas sobre el terreno. En concreto, los dos hechos de armas que estudiaremos en este libro son operaciones navales y anfibias, del lado cristiano en el caso de Castelnuovo y del lado otomano en el caso de Malta.
Croquis del asalto general del 16 de junio al fuerte de San Telmo
Castelnuovo es un ejemplo de resistencia a ultranza, hasta la muerte, en unas circunstancias que se sabían desesperadas y perdidas de antemano. En el fondo es esa misma determinación, estoicismo y disciplina mostradas por los tercios a lo largo de las décadas, de la que hicieron gala una de las últimas veces en la batalla de Rocroi (1643): eran conscientes de que iban a ser derrotados, pero también de que al enemigo le iba a costar la misma vida llevarlo a término. Y de hecho así fue también en el sitio de Castelnuovo, cuya gesta del Tercio de Sarmiento sería cantada a lo largo y ancho de los reinos y estados europeos. El ejército otomano obtuvo una victoria pírrica y a cambio recibió un gran descalabro, que mermó considerablemente sus fuerzas e impidió a Barbarroja continuar con su campaña de castigo en el mar Adriático.
El Gran Sitio de Malta, por su parte, es en mi opinión uno de los asedios más importantes y espectaculares de todos los tiempos, en el que los caballeros de la Orden de San Juan, los soldados viejos españoles del Tercio de Sicilia y los malteses llevaron a cabo una de las grandes resistencias a ultranza del siglo, si no la mayor. También acapara un enorme interés por las tácticas y el armamento utilizados por ambos contendientes. En ciertas ocasiones recuerda a tácticas de combate cercano propias de los tiempos actuales, mediante la utilización del fuego griego en sus distintas modalidades, muy similares a las granadas de mano, las bombas de fragmentación o los lanzallamas.
Croquis de la isla y fuerte de San Miguel durante el asalto general del 15 de julio
Para relatar el Gran Sitio de Malta me he valido de la crónica que publicó en 1568 Francisco Balbi de Correggio, soldado español de origen italiano que luchó en el mismo, concretamente en el espolón de San Miguel y en la cortina de Claramonte en el puesto de Castilla, teniendo también la ocasión de acompañar a los cuatro Tercios Viejos de Sicilia, Nápoles, Lombardía y Cerdeña, que constituían el Gran Socorro, durante la gran escaramuza que trabaron con el ejército turco poco antes de que éste reembarcara para abandonar definitivamente la isla.
Como en otras ocasiones, he pretendido que el acercamiento a este periodo sea a través de una fuente de la época, debidamente preparada para que su lectura suponga una auténtica aventura histórica. He elegido el texto de Balbi como elemento vehicular por provenir de un testigo presencial de los hechos, alguien que narra las pequeñas cosas, las anécdotas, los combates y la visión de la contienda a pie de bastión en primera persona. Como bien dice el mismo Balbi en su obra: «Esto es todo lo que en este sitio y jornada ha sucedido según lo que yo vi, y con diligencia y verdadera relación recogí, sin tratar las cosas del Consejo ni discurrir sobre este particular, lo que le dejo a hombres más curiosos y más desocupados que yo, porque bien conozco que hay mucho que discurrir y que decir sobre este caso».
En esta ocasión he vuelto a tratar los textos como en mis dos libros anteriores Los Tercios de Flandes en Alemania. La Guerra del Palatinado 1620-1623 (Salamina 2014) y La Guerra de Frisia. Las campañas del coronel Verdugo en el norte de Flandes 1579-1594 (Salamina 2015), adaptando los textos al español moderno para conseguir una lectura sencilla y amena, y glosándolos cuando ha sido necesario poner en contexto y desarrollar suficientemente el hilo cronológico de los hechos, añadiendo la perspectiva necesaria para la perfecta comprensión de los acontecimientos. En dichas glosas se abordan los personajes, los giros gramaticales, la jerga de los soldados y los términos burocráticos o propios de la milicia (costumbres, reglamentos, terminología castrense, usos militares, armamento, etc), así como cualquier otro detalle que me haya parecido importante para la comprensión de la obra. La forma de glosar el texto, como ya he indicado en los dos libros anteriores, imita la técnica utilizada por Liddell Hart en Rommel Papers, su biografía del mariscal de campo alemán. Las palabras o frases del texto de Balbi que necesitan ser comentadas aparecerán en el texto señaladas en un gris claro, indicativo de que llevan aparejado un comentario entre párrafos.
En esta ocasión también he introducido una novedad. He suplementado esa carencia de información de la que habla Balbi, en el fragmento citado más arriba, con la que aportan el resto de grandes cronistas de la orden (Bosio, Funes o Salazar) para cubrir esos huecos y carencias desde el punto de vista estratégico, como la relación epistolar entre el gran Maestre de la Orden de San Juan, La Valette, y el virrey de Sicilia, don García de Toledo, lo que se trataba en los consejos, o detalles de los combates no recogidos por nuestro protagonista.
Acompañando a los textos he incluido, como viene siendo habitual, una sección de unos treinta mapas y croquis donde he intentado reflejar fielmente los hechos ocurridos en los distintos teatros y localizaciones de las operaciones militares. En este sentido, tengo que agradecer profundamente la ayuda prestada por el Dr. Stephen C. Spiteri, profesor de la Universidad de Malta, que ha sido determinante para el diseño fiel de los croquis de las fortificaciones originales sobre las que se escenifican los distintos combates y asaltos del asedio (San Telmo, San Miguel, El Burgo o el puesto de Castilla). También debo mostrarle mi gratitud por el tiempo que se ha tomado en la selección, cesión y envío de diversas escenificaciones extraídas de las simulaciones gráficas que ha elaborado para su próximo libro y que son fruto de sus estudios e investigaciones, resultando de gran utilidad para poder ilustrar todas las operaciones que tuvieron lugar durante el sitio.
Representación del profesor Spiteri del bastión sur de San Telmo defendido por el capitán Miranda
Igualmente incluyo una selección de grabados de la época relativos a personajes, parajes, fortificaciones y hechos de armas tratados en ambos sitios, y una sección de tablas con las coordenadas geográficas de los topónimos citados en el texto de Balbi o en el resto de fuentes consultadas, que contienen el nombre actual y el antiguo del periodo, con el fin de que se puedan seguir las operaciones con herramientas como Google Earth, u organizar rutas turísticas temáticas por los sitios que fueron protagonistas de estos acontecimientos.
Son dos historias de los soldados de los tercios viejos en las aguas del mar Mediterráneo, la primera infantería de marina del mundo, de los caballeros de la Orden de San Juan, de los temidos jenízaros, hijos del gran Turco y de espahíes y corsarios berberiscos en uno de los frentes más despiadados de la edad Moderna.
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Aprovecho el hilo del artículo para adelantaros que en unos días estará disponible mi nuevo libro LOS TERCIOS EN AMÉRICA – LA JORNADA DEL BRASIL. SALVADOR DE BAHÍA 1624-1625
LA GUERRA DE FRISIA: LAS CAMPAÑAS DEL CORONEL VERDUGO EN EL NORTE DE FLANDES 1579-1594
LOS TERCIOS DE FLANDES EN ALEMANIA: LA GUERRA DEL PALATINADO (1620-23).
Continúa una línea muy acertada de mostrar la historia. ¡Enhorabuena!
Enhorabuena por dar a conocer estos acontecimientos históricos, que muchos se niegan a contar y a enseñar en España.