La batalla de Nasby, librada el 14 de junio de 1645, fue la última gran batalla de la primera fase de la Guerra Civil inglesa. Marcó la primera aparición del Ejército Nuevo Modelo del Parlamento y llevó directamente a la derrota y ejecución del rey Carlos I.
Aunque estaban en desventaja cuando comenzó la Guerra Civil, las fuerzas del Parlamento se fueron imponiendo gradualmente y para 1645, Carlos I estaba perdiendo la guerra. Los Realistas habían sido derrotados en la batalla de Marston Moor (2 de julio de 1644) y perdido el norte de Inglaterra. No obstante, este revés se había compensado con los éxitos Realistas en Escocia.
El Parlamento reorganizó sus fuerzas y entregó el mando a Sir Thomas Fairfax. Éste, ayudado por Cromwell, se esforzó en imponer disciplina y entrenar a estas fuerzas, que acabaron siendo conocidas como el Ejército Nuevo Modelo. En junio, Fairfax llevó a este nuevo ejército a buscar a las tropas Realistas de Carlos I. Fairfax iba al frente de unos 13.000 hombres, de los que 7500 eran caballería o dragones (infantería montada).
El rey Carlos marchaba al frente de una fuerza mucho menor de unos 7.400 hombres, de los que 3.000 eran de caballería. Los jefes Realistas tenían sus dudas sobre lo idóneo de tratar de hacer frente a los Parlamentarios, pero las dudas desaparecieron después de la victoria en Leicester el 31 de mayo, que decantó el debate a favor de los partidarios de la batalla.
Los dos ejércitos se encontraron cerca de la localidad de Naseby, a unos 32 kilómetros al sur de Leicester en Northamptonshire, en la mañana del 14 de junio. Subestimando las fuerzas del Parlamento, los Realistas abandonaron una excelente posición defensiva para buscar a un enemigo situado en terreno elevado al norte de Naseby.
En el bando Realista, el príncipe Rupert del Rin mandaba el ala derecha de 1.600 caballos y 200 mosqueteros. La infantería, a las órdenes de Lord Astley, ocupaba el centro y la caballería de Sir Marmaduke Langdale se situaba en la izquierda Realista. Carlos I iba con la reserva, detrás del centro, con 700 infantes y un número desconocido de caballos. La línea del Parlamento estaba formada por 3.200 caballos en la izquierda al mando de Henry Ireton y 3.500 en la derecha liderados por Oliver Cromwell. La infantería ocupaba el centro.
La batalla comenzó a media mañana con un avance Realista. La caballería del príncipe Rupert hizo retroceder a la de Ireton y la persiguió fuera del campo de batalla hasta el tren de bagaje. En el centro, la infantería Realista de Lord Astley consiguió un éxito inicial pero se vio pronto en apuros y flanqueada por la caballería de Cromwell, a lo que ayudó no poco la ausencia del príncipe Rupert. Para cuando éste se dio cuenta de su error y regresó a la refriega, era demasiado tarde: el centro Realista había comenzado a ceder terreno. La reserva del rey huyó y con ella cualquier esperanza de cambiar las tornas.
Aunque el grueso de la caballería logró escapar, los Realistas sufrieron entre 400 y 1.000 muertos, y otros 4.500 hombres fueron hechos prisioneros, incluida la mayor parte de la oficialidad. El Ejército Nuevo Modelo solo perdió 200 hombres. Entre el botín había importantes documentos escritos por Carlos I que se convirtieron en un útil material propagandístico de los Parlamentarios, ya que revelaban las intenciones del rey de traer mercenarios franceses y otorgar concesiones religiosas a los católicos ingleses.
Naseby provocó un sentimiento generalizado entre los Realistas de que la guerra había llegado a su fin. Cuando llegaron noticias de la derrota, los Realistas de la fortaleza de Carlisle, que habían resistido un asedio escocés desde el mes de octubre anterior, pidieron condiciones para capitular. Media docena de guarniciones Realistas se rindieron a finales de junio, y otra docena lo hicieron en julio. Casi otras dos docenas lo hicieron en enero de 1646.
Para finales de 1645, las fuerzas Realistas solo controlaban Gales, el suroeste de Inglaterra y unas pocas posiciones en las Tierras Medias. La ofensiva del Parlamento continuó, e incapaz de hacerles frente, el rey Carlos I se rindió finalmente el 5 de mayo de 1646.
Viene de La batalla de Pidna (168 a.C) – el fin de Macedonia