Veremos hoy el caso del joven Möller, que con 24 años había ascendido desde cabo a mayor, recibiendo el mando de un batallón y convirtiéndose en uno de los jefes más jóvenes del Ejército Alemán, y más condecorados. Acabaría su carrera en el Bundeswehr.
Hasta cierto extremo, el cuerpo alemán de oficiales experimentó una revolución en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Al contrario que durante siglos de tradición, algunas normas no escritas se rompieron. Cada vez más responsabilidad fue puesta en jóvenes oficiales. Durante siglos y hasta la Primera Guerra Mundial, elmando de un regimiento estaba reservado a un coronel, o posiblemente a un teniente coronel. En 1940 y 1941, oficiales con la graduación de mayor fueron puestos en posiciones de responsabilidad, aunque su posición fuera «provisional». Para 1942, era batante común observar este tipo de fenómeno, en parte debido al sentido de responsabilidad y al excelente adiestramiento, y en parte por la gran cantidad de bajas que iba sufriendo el cuerpo de oficiales.