Sherman, el carro de combate estadounidense de la Segunda Guerra Mundial (IV)

Sin duda, el “glamour” de la torre de un carro de combate es inevitable, allí se maneja el cañón que destruye al enemigo y se dan las órdenes que hacen maniobrar el carro de combate, pero en esta serie de entradas que estamos dedicando al estadounidense Sherman [capítulo I, capítulo II, capítulo III], no podemos olvidar lo que pasa dentro del chasis del carro, donde se sitúan dos tripulantes singularmente importantes, ya que de ellos dependen elementos tan vitales como la derrota que va a seguir el blindado y la protección cercana contra la infantería.

El primero de nuestros protagonistas, sentado en el lado izquierdo de la caja, es el conductor: Driver, que aunque sigue órdenes del jefe del carro, debe ser capaz de determinar por si mismo el itinerario a seguir, obteniendo del terreno circundante la máxima protección a la vez que consigue que el carro esté siempre en condiciones de poder disparar contra el enemigo, es decir, ocultando el casco pero dejando la torreta por encima de los obstáculos en todo momento.

Para poder conducir, este tripulante dispone de las tradicionales dos palancas, que debe accionar para mover cada una de las cadenas. Mientras lo hace, debe procurar que el desplazamiento resulte tan suave como sea posible, ya que de lo contrario entorpece la labor del tirador. De hecho, el conductor gritará: Rough! si se dispone a cruzar una zona de terreno especialmente quebrada, o Changing course! cuando se disponga a girar.

“Conducir un carro de combate no es tan simple como conducir un vehículo de cuatro ruedas motrices, tuve que dar muchas clases antes de ser capaz de coordinar el cambio de marchas de un vehículo que pesaba 33 t. Los engranajes no se encajaban con facilidad, de modo que cambiar de marcha exigía un doble embrague y una musculatura adecuada. Nuestro vehículo tenía un motor radial Continental refrigerado por aire que había sido diseñado y desarrollado para aviones, pero que había acabado por ser montado en los carros de combate cuando no había otros disponibles. Siempre existía la posibilidad de que el carro se calara, si el motor no corría a las suficientes revoluciones y mientras uno se concentraba en evitar esto, también debía ocuparse de las palancas de dirección. El conductor dirigía el carro de combate tirando de la palanca derecha o de la izquierda o, si quería frenar, tirando de las dos a la vez. Esto exigía, sobre todo, experiencia, para lograr la coordinación adecuada”. (Hartman, T. (2003): Tank Driver, With the 11th Armoured from the Battle of the Bulge to VE day. Bloomington.

Además del conductor había otro hombre allí abajo, a la derecha, un ametrallador (bow gunner, también conocido como bog), que se encargaba de la ametralladora de 7,62 mm montada en el casco. Esta arma, montada sobre un bola externa capaz de pivotar, se apuntaba por medio del episcopio de la escotilla y se sabía dónde estaban yendo los disparos gracias a las balas trazadoras (eran los sistemas “intuitivos” de la época). Este episcopio, tenía una capacidad de giro de 360º y de unos 30º de inclinación, lo que permitía que el ametrallador pudiera ver, literalmente, en todas direcciones, aunque no pudiera disparar a todas ellas.

Durante el combate, la misión de este tripulante era observar los alrededores del carro y ametrallar tanto objetivos secundarios como cualquier lugar sospechoso de albergar enemigos, los haya o no. Sin embargo, con el tiempo se demostrará que esta función no es imprescindible y en carros posteriores, como el M48 Patton, se suprimirá el puesto de ametrallador.

Finalmente, es importante mencionar que el gran peligro al que se enfrentaban los dos hombres a los que nos hemos referido en esta entrada, no provenía solo de la acción del enemigo, sino también de la posición de la torreta, que en determinadas posiciones bloqueaba la escotilla de salida, y podía condenar a ambos a una muerte espantosa en el interior de su vehículo.

1 comentario en «Sherman, el carro de combate estadounidense de la Segunda Guerra Mundial (IV)»

  1. ¿No era tarea también del ametrallador usar la radio? Tenía entendido que una de las razones de suprimir ese puesto fue la reducción del tamaño de las radios y que su uso fue simplificado

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