La batalla de Valmy (1792) – el comienzo del fin de los ejércitos dinásticos.

Librada el 20 de septiembre de 1792, fue uno de los enfrentamientos más destacados de la Guerra de la Primera Coalición (1792-1798).

En julio de 1792, se concentró una fuerza austriaco-prusiana en Coblenza, Renania, con el objetivo de marchar sobre París, rescatar al rey Luis XVI y poner fin a la revolución. Carlos Guillermo Fernando, duque de Brunswick, acompañado por el rey prusiano Federico Guillermo II, se hallaba al mando de una fuerza aliada de unos 84.000 hombres: 42.000 prusianos, 29.000 austriacos, 5.000 hessianos y 8.000 franceses exilados. Brunswick planeaba marchar hacia el oeste con el cuerpo principal flanqueado por dos cuerpos austriacos y pasar entre los dos ejércitos franceses defensores: el Armée du Nord (Ejército del Norte) del general Charles François du Perrier Dumouriez, y el Armée de Centre (Ejército del Centro) al mando del general François Kellermann.

Una vez que las fuerzas invasoras tomaran las pobremente aprovisionadas fortalezas fronterizas galas, podrían avanzar sobre Chalons, y desde allí el camino estaría expedito a París. Brunswick puso a su ejército en marcha a finales de julio en un avance más bien lento. El 19 de agosto, los aliados cruzaron la frontera. Longwy cayó el 23 de agosto y Verdún el 2 de septiembre. A continuación se introdujo en los densos bosques del macizo del Argonne, un terreno que favorecía a sus adversarios. Las lluvias torrenciales sembraron el caos en las líneas de comunicación de Brunswick y se declaró una epidemia de disentería entre sus hombres.

El gobierno de París ordenó a Dumouriez que se dirigiese al sur y bloquease a Brunswick. El 1 de septiembre, Dumouriez salió de Sedán y llevó al grueso de sus tropas a tomar posiciones en los pasos del Argonne. Aunque los hombres de Dumouriez lucharon bien y ganaron un tiempo valioso, Brunswick logró hacerse con un paso ligeramente defendido en Croix-aux-Bois, rodeando la posición francesa. Demouriez se retiró a Sainte-Manehould y Valmy, al sur del río Bionne el 19 de septiembre. Los generales franceses habían planeado retirarse más al oeste, pero la aparición del ejército de Brunswick en el norte les cortó el paso.

Aunque Brunswick estaba ahora más cerca de París que Dumouriez y Kellermann, necesitaba solucionar la amenaza que suponían los franceses para sus líneas de comunicación pero solo disponía de entre 30 y 34.000 hombres para llevarlo a cabo. Kellermann estableció una primera línea francesa con 36.000 hombres a lo largo de una cresta al oeste de Valmy. Sus tropas estaban integradas por una mezcla de soldados veteranos y voluntarios sin experiencia aunque con moral muy elevada.

La agotada fuerza de Dumouriez de 18.000 hombres formó una segunda línea al este de Valmy. La niebla de primeras horas de la mañana del día 20 de septiembre se disipó pronto  y una vez que Brunswick hubo identificado las posiciones francesas, se preparó para atacar. Contaba con 54 piezas de artillería y Kellermann tenía solo 36. Brunswick estaba confiado en la victoria, dado el alto nivel de entrenamiento y la veteranía de sus tropas.

La batalla de Valmy fue más un intercambio  de fuego artillero que otra cosa. Dio inicio cuando el rey Federico Guillermo II de Prusia ordenó que sus cañones bombardeasen las posiciones francesas como acción previa al asalto de la infantería. La artillería francesa, bien manejada por dotaciones francesas del ejército francés prerrevolucionario replicaron. La distancia de unos 2.200 metros entre ambos campos y el terreno ablandado por las lluvias hizo que el duelo artillero provocase pocos daños en ambos bandos. Los prusianos esperaban que las tropas bisoñas francesas salieran corriendo con la primera andanada, pero se sorprendieron al ver que eso no ocurrió.

A continuación, comenzó a avanzar la infantería prusiana. Quizá Brunswick esperaba que los franceses abandonarían sus posiciones, pero cuando vio que no ocurría, detuvo a sus tropas tras un avance de 200 metros. Entonces los soldados de los batallones franceses comenzaron a gritar «Vive la nation!». Brunswick ordenó un segundo avance a las dos de la tarde, pero sus hombres no llegaron a los 500 metros de distancia de las líneas francesas. Se ordenó de nuevo el repliegue. A las cuatro de la tarde, Brunswick convocó un consejo de guerra y anunció «No vamos a luchar aquí».

Las pérdidas de la batalla fueron menores: los prusianos perdieron 164 hombres, los franceses unos 300. Brunswick no se había mostrado entusiasta con la ofensiva y solo quería asegurar posiciones al este del Argonne con vistas a la planificación de una gran campaña la próxima primavera. El rey había insistido en continuar el avance hacia el oeste, pero el duque empleó el pretexto de la batalla como excusa para la retirada. El ejército prusiano estuvo en el área durante diez días, pero en la madrugada del 30 de septiembre al 1 de octubre levantó el campo y cruzó de vuelta la frontera el 23 de octubre.

La batalla de Valmy acabó con cualquier esperanza de aplastar la Revolución Francesa en 1792. El gobierno de París autorizó entonces a Dumouriez a invadir los países bajos bajo dominio austriaco, y el 6 de noviembre, sus fuerzas derrotaron a los austriacos en Jemappes. La batalla de Valmy es también importante porque marcó el final de la era de los ejércitos dinásticos y la llegada de los ejércitos nacionales.

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1 comentario en «La batalla de Valmy (1792) – el comienzo del fin de los ejércitos dinásticos.»

  1. Sabía que a pesar de la fama de la batalla no había sido precisamente un gran enfrentamiento, pero no sabía que ni si quiera llegó a haber combate de infantería. Desde luego o el ejército coaligado estaba destrozado por las enfermedades o es que ese general no tenía ninguna gana de luchar.

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